El principio de la expansión del mensaje no fue nada fácil y a lo largo de estos primeros años no parecía que hubiera ningún atisbo de esperanza. Para colmo, la muerte de su tío y de su mujer dejó al Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) desamparado, más vulnerable que nunca. La situación era insoportable y su vida corría peligro en Meca. Las voces que circulaban por la ciudad aseguraban que los coraichitas querían El cambio de la trayectoria. matarlo, por lo tanto resultaba imprescindible cambiar el rumbo de su misión. Fue entonces cuando él decidió extender el mensaje fuera de Meca para incluir a las tribus de la península Arábiga.
Esta etapa marcó una transformación en la trayectoria del Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él). Después de la muerte de su tío protector, Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) quedó bajo la protección de Motaam, hijo de Adei, un hombre no creyente que podría cambiar de opinión y abandonarlo en cualquier momento. El Mensajero (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él), consciente de esto, decidió buscar seguridad en una tribu árabe que residiera fuera de Meca. Así conseguía dos objetivos: el de ayudar a encontrar la iluminación a la tribu que le acogiera y el de encontrar apoyo fuera de las fronteras de su amada ciudad.
Cuando llegó la temporada de peregrinación, Meca se llenó de peregrinos y de gente venida de todos lados acompañada de camellos y caballos que cargaban con alforjas y variadas pertenencias. Montaban entusiasmados sus carpas y una vez todo listo descansaban allí un buen rato antes de continuar su viaje a pie con dinero en el morral.
El mercado de Meca rebosaba de color, olores a exóticas especias perfumaban el ambiente y seductoras telas adornaban los puestos. Algunos compraban objetos para su familia, otros escuchaban embelesados a poetas que recitaban bellas narraciones. Había también aquellos que andaban buscando a alguien que cuidara de sus animales y de su tienda en lo que se ausentaban durante su peregrinación. Era un periodo animado y alegre, ideal para que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) hablara con las tribus sobre la existencia de un único Dios y, de paso, pedirles protección.
Lo que en principio parecía una tarea fácil se acabó convirtiendo en un verdadero tormento. Uno de los obstáculos a los que hubo que enfrentarse fue la resistencia de la gente a escucharlo ante el miedo a la reacción de los coraichitas. Por otra parte, su tío Abu-Jahl se apostó a las puertas de la ciudad para advertir a los visitantes del peligro que corrían si escuchaban a su sobrino pues aseguraba que estaba loco. Como este poderoso miembro de la comunidad formaba parte de la familia de Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) nadie puso en duda su palabra. La tarea del Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) no iba a ser nada fácil. Tuvo que pasar por 26 tribus diferentes durante tres largos años antes de conseguir su objetivo.
La vida del Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) continuó por un tiempo en Meca rodeada de tristeza y hostilidad causada por los coraichitas. A pesar de todo, estaba convencido de su misión y no permitió que las dificultades lo desanimaran para seguir adelante. Esta actitud podríamos aplicarla en nuestra vida cuando suspendemos un examen, cuando perdemos un ascenso o rompemos un compromiso, por ejemplo. Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) nos diría que continuáramos buscando y luchando por conseguir nuestro objetivo. Lo que en la actualidad conocemos en Psicología como "mentalidad de crecimiento" no es nada nuevo, es la lección que Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) nos enseñó hace muchos años con su actitud.
En los primeros intentos el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) acudió a la parte del mercado donde se recitaba poesía. Se colocó en el centro para que todos pudieran verlo y, sin previo aviso, rogó en voz alta: "Por favor, ¿alguien podría llevarme a su territorio y cobijarme bajo su protección? Los coraichitas me han prohibido compartir mi mensaje". El problema era que mientras hablaba tenía dos personas pegadas a él como su sombra: Abu-Lahab, su tío odioso y Abu-Jahl su tío lejano y su peor enemigo. Mientras Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) hablaba, ellos gritaban a pleno pulmón que no lo escucharan. Su voz quedó sepultada bajo la de sus detractores. ¡Intento fallido!
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¿Quién es Mahoma?
SpiritualeEste libro está inspirado por la serie de Amr Khalid sobre el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él), basado en ella y elaborado más por nosotras. Escrito por: Somayh Naseef Editado por: Elena Rodriguez