الفصل الثامن

521 88 6
                                    

Sin carruaje, sin alimentos y sin agua es difícil sobrellevar el salvajismo del desierto. Lalisa no sabe cuántos días llevan caminando y el trayecto para llegar a la primera aldea parece interminable. No quiere decirlo pero la pérdida de sangre a causa de sus heridas que sigue sin controlar y la prolongación de su propia resistencia alarga su agonía. Necesita curarlas de manera apropiada y no con simples parches.

Si sus suposiciones son ciertas llegarían al primer asentamiento en un par de horas. Pero solo es suposición pues el desierto está empezando a jugar con su mente.

– Mi reina... - alza la mirada para encontrarse con su general quien luce igual de terrible que ella y le regala una sonrisa que devuelve la esperanza. A la distancia ve fuego, la risa de la gente le quita esa gran carga para finalmente sucumbir a su propio agotamiento.

La reina de Egipto yace en los brazos de su guardia real.

Han pasado tres días desde que Jungkook llegó y ver a soldados caminar de un lado a otro con armas a través de la gran residencia de la reina le hace tener toda clase de pensamientos pesimistas. 

– Mi señor, el desayuno está esperando. – el príncipe mira al sirviente que ha sido designado para él.

Un joven alto de piel ligeramente caramelo y ojos cuya sonrisa se refleja en los mismos. Asim parece ser la única persona quien no muestra  incomodidad hacía él durante esos días donde los guardias como personal de la residencia preferían no mirarle.

Asim le ha explicado que no es nada personal porque los sirvientes no tenían forma de entender al recién llegado y preferían no incomodar al príncipe. A diferencia de Asim quien llegó a tierras doradas tras ser vendido como esclavo y quien recordaba perfectamente su idioma natal, el coreano. Asim poseía rasgos de las tierras asiáticas al igual que el príncipe y el eunuco.

– Listo su majestad. – SeokJin vistió cómodamente al príncipe.

Desde que llegaron se dieron cuenta que sus ropas no les favorecía pues resultaba en constante cambio de prenda por el sudor y la insoportable sensación de la tela quemar sus pieles. Así que algo simple y fresco sacado del guardarropa que Asim ha informado ser parte de las atenciones de la reina le parece increíble. 

– Tengo la sensación de que algo le ocultan a mi principe. – comentó SeokJin sirviendo un poco de agua con esencia de jazmín.

– No debe preocuparse por nada. Debería gozar este tiempo donde puede estar tranquilo. – Asim quiso desviar la conversación.

– No me gusta que me mientan Asim y no soy ningún idiota como para no intuir que la residencia está resguardada. –lo ha concluido. – Es como si no quisieran que alguien les sorprendiera con algún ataque. – le hizo saber su opinión.

– No es así su majestad. –

Todo el personal de la residencia está al tanto de la situación, pero incluso ellos mismos sabían que debían callar al tratarse de la reina.

– Los guardias solo están buscando, no tiene nada que temer. Aquí es muy seguro. –

–¿ A quién buscan?. – ignoró la expresión de sorpresa del joven sirviente.

Asim lo ha arruinado.

– No me compete hablarlo su majestad. –

No había nada que les disgustara más a Jungkook que sentirse aislado de los sucesos. Odiaba sentirse incompetente.

– ¿Por qué no puedo saberlo? – alzó un poco la voz haciendo que el sirviente bajase la cabeza de manera sumisa.

– ¡Porque se trata de la reina!. – dijo el joven sirviente al sentir la presión del príncipe de Loto.

Nitocris Lalisa | LizkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora