Nitocris Lalisa | Lizkook

لم أنس أن أضع العنوان

Jungkook y Lalisa se encontraban desayunando en uno de los jardines de la mansión mientras el rubio se asegura de alimentar a su majestad dándole de comer en la boca, en los últimos días de gestación y con la fecha de parir ser cualquier momento la reina había externado sentirse más cansada para cualquier actividad, incluso el hecho de caminar le fatigaba demasiado rápido por lo que Jeon había optado por una actitud mas sobreprotectora con su esposa consintiéndole cualquier capricho.

– Más. – abrió la boca para que Jungkook colocara trozos de fruta en su boca mientras los sirvientes les mantenían abaniqueando con ayuda de hojas de árbol. Ese día hacía demasiado calor.

– Mi reina, un comunicado de la "asamblea de los reyes" . – el visir le dio el pergamino.

Jungkook se mantuvo en silencio pues sabía de esa notificación.

– Al parecer han aceptado mi invitación, el reino de oro abrirá sus puertas a los reyes y los ministros dentro de un mes. – eso solo era el comienzo de su plan.

Le harían ver los juegos sucios del imperio de piedra en su territorio mostrándoles las pruebas recaudadas y así liberar las excusas en contra del imperio de oro por declarar una guerra al sultán. En la guerra y como ley absoluta quien empieza sin motivo una disputa es quien pierde cualquier beneficios hacia el exterior, por eso era importante para Nitrocris aclarar que solo está defendiendo la dinastía de su nación. Las consecuencias recaerían en el imperio gobernado por la prepotencia del Mulay

– Egipto tendrá que elegir un lugar adecuado para la lucha, estoy pensando en la zona muerta, ¿qué opinas mi rey?. –

Le parece un buen lugar, un territorio sin dueño en las afueras del poderoso reino de oro donde los pueblos de ambos no fuesen perjudicados. Esos eran los beneficios de proclamar la guerra primero. 

– Ahora el siguiente paso es mandar las invitaciones a los reinos con la excusa perfecta de una festividad. – sonrió de medio lado.

– El Heb Sed será perfecto. –

El propósito de esta festividad es la renovación de la fuerza física y la energía sobrenatural del imperio. Todo estaba listo para cuando la reina lo diciera, sacar la carta maestra siempre ha sido parte de su mente brillante. 

Pasaron un par de días, la pelinegra llevaba consigo un comunicado perteneciente a Jennie donde le daba la bueno de noticia del Tlatoani unirse a ellos. Una gran noticia pues serían una excelente defensa y primer ola de ataque. 

– ¡Mi rey!. – llamó al pelinegro quien parecía hablar con el canciller.

Una vez que reconoció su voz Jungkook le miró, por el rostro de la faraona supo que eran buenas noticias pues no dejaba de alzar una clase de pergamino.

– Jungkook . – se apresuró a decir pero justamente cuando solo faltaba un metro a su encuentro se detuvo al sentir algo correrse entre sus piernas.

Su corazón empezó a latir tan rápido que un fuerte dolor debajo de su vientre se instaló haciéndola fruncir el ceño.

– ¡Mi reina!. – Jeon le auxilió tras ver el gesto de su majestad.

– ¡Ah!. – se quejó nuevamente. El rubio le sostenía en brazos y tras sentir el apretón en sus brazos y darse cuenta del liquido que ha pisado supo que era hora. Su hijo estaba por nacer.

– ¡Canciller por favor llame a la partera y las sirvientas!. – gritó.

– ¡La reina está por dar a luz!. – la noticia fue igual de impactante para el hombre con nemé quien dio una ultima mirada a la pelinegra para correr y solicitar ayuda.