𝐀𝐂𝐂𝐈𝐃𝐄𝐍𝐓𝐄𝐒 ━━ F.V.

𝟎𝟎𝟕

Los rayos de sol entraban directamente sobre su piel, las sábanas que cubrían su cuerpo y parte de su rostro evitaban que la luz le molestara en su totalidad, pero aún podía sentir la calidez del sol escabullirse en las micro fibras de la tela.
Su cuerpo se sentía cansado y sin ganas de mover un solo músculo, pero, con los sonidos de la ciudad activa y algunos otros que se podían escuchar fácilmente provenir de la primera planta esto se volvía prácticamente imposible. Era obvio que sus ganas por levantarse eran nulas, pero ahora su cerebro parecía jugarle en contra al no poder conciliar el sueño una vez más. 

Su mano sobresalió agresivamente de entre las sábanas para tomar el borde de este y descubrir su rostro, la luz inmediatamente la cegó con el rápido movimiento. Gimió ante el repentino ardor sobre los párpados, frotó suavemente sus dedos sobre ellos, para tener un poco más acostumbrada la vista: su cuerpo se estiró lo más que pudo mientras el sonido de sus huesos crujir era lo único que se escuchaba al igual que algunos sonidos de satisfacción de su parte.

Sin muchas ganas de por medio, levantó su cuerpo como pudo para sentarse en el borde de la cama con algunos jadeos perezosos que se escapaban de su boca. Sacudió su cabello con una mano mientras miraba a su alrededor en busca de ese chico castaño que la noche anterior se había pasado de cariñoso, y con algunas, sino que demasiadas, hormonas de por medio. Sin embargo, su entrecejo se frunció con confusión al dirigir su mirada por toda la habitación sin éxito alguno.

Sus pies se movieron entre las pantuflas acolchadas de color oscuro cuando se intentó levantar, sino fuera por un dolor inesperado que apareció en su pecho casi de inmediato. Temblorosamente, su mano se dirigió a su pecho cuando su trasero tocó la cama, esa punzada hizo que su cuerpo temblara y el dolor viajará como una corriente eléctrica recorriera todo su sistema nervioso hasta hacer que sus piernas fallaran y su cuerpo sufriera un espasmo.

—Ah… mierda —murmuró, adolorida.

Su pequeño ataque fue interrumpido por un pensamiento fugaz, recordando así que ahora se encontraba totalmente sola, no había nadie que pudiera ayudarle en este mismo momento dónde quería rasgarse el pecho. Y es que por más que quisiera, no podía llamar al chico castaño que se encontraba en la primera planta, pues este mismo se encontraba grabando un vídeo para el canal del que ahora considera su pareja.

Se dejó caer plácidamente sobre las sábanas que cubrían la cama mientras soltaba un sonoro suspiro, su mano aún no se alejaba de su pecho al seguir sintiendo ese ardor que causaba que su respiración se entrecortaba y un dolor de cabeza comenzará a atormentarla y, en ese mismo instante donde sentía todo el cuerpo arderle hasta la punta de su cabello; un hormigueo se presentó en su estómago hasta sentir como la cena le recorría torturosamente la garganta.

Ignorando completamente todos los demás malestares, se levantó de la cama prácticamente corriendo sobre el resbaloso piso de madera hasta llegar al cuarto de baño, dejarse caer de rodillas frente al retrete y dejar salir toda la cena. Sus manos se sostuvieron fuertemente del borde del inodoro al sentir el inmenso quemazón de lo que provocaba el jugo gástrico por su garganta.

—¿Por qué no está, señora Sylvia? —reprocho al aire, limpiando sus labios con algo de papel higiénico.

· ┉┅━━━━━━━━━━━┅┉ ··

Su cabello goteaba alguna que otra gota escurridiza sobre el piso de madera, sus pies cubiertos por un par de calcetines grises avanzaban sigilosamente hacia una persona en específico, intentando hacer el mejor sonido posible aunque sabía que estaba absolutamente perdido en la pantalla de su móvil. Su cuerpo permanecía firme ante la oscuridad de lo que solía llamarle “la zona”, ya que ahí era donde la mayoría solía pasar su tiempo de relajación.