𝐀𝐂𝐂𝐈𝐃𝐄𝐍𝐓𝐄𝐒 ━━ F.V.

𝟎𝟏𝟎

El corazón le latió como nunca antes, a pesar de todos esos momentos terribles dónde su corazón se desesperaba por bombear la suficiente sangre, está vez fue diferente. Está vez fue como si su cuerpo entero hubiera reaccionado más allá del miedo en sí, fue más fue como si se tensara por su sola presencia, sumergiendola en una burbuja llena de oscuridad que comenzaba a asfixiarla con la precisión que ejercía su mal vibra en sus hombros.

Su mente se desconecto de lo terrenal cuando observo sus penetrantes ojos oscuros, como olvidarlos, esa mirada que había quedado grabada en su mente al verlo en una sola vez que bastó para dejarla aterrada. Había sido aquella vez a través de la pantalla de su televisor, pero esos ojos le habían dejado una sensación extraña, que ahora sabía, no era solo miedo.

También era pánico, un pánico histérico que hacía que su cuerpo entero le gritara en la cara que saliera corriendo lejos. Y esos nervios se vieron proyectados en sus facciones, su rostro estaba tan sorprendido que sus ojos se saltaban de sus cuencas con horror, mientras su mentón temblaba desesperadamente a punto de soltar el llanto.

Fue cuando sus manos sudaron, comenzando a sacar la tensión y los nervios con el zangoloteo de temblores. Ahí estaba, sudando a mares mientras el llanto se veía venir en sus agudos ojos montados en pánico y, debido a la sorpresa y desesperación, el vaso que antes se encontraba en sus manos ahora iba cayendo lentamente delante de ellos hasta terminar haciéndose añicos contra la baldosa.

El dolor pronto vino a ella con una ráfaga, el punzante dolor en ambas sien casi la hace tambalearse, si no fuera por sus manos fuertemente apretadas en el borde, ahora ya estuviera en el suelo enfrente de ese hombre vestido de payaso mal vestido de franjas y pompones rojos que adornan su traje oscuro. El maquillaje mal aplicado y desubicado le hizo temblar, pues se veía más siniestro o, se atrevería a decir, psicópata que antes.

—Nos veremos pronto.

Escuchó su voz dentro de su cabeza, seguido de un pitido que la hizo temblar, sosteniendo su cabeza con ambas manos intentando cubrir sus oídos para evitar que ese molesto sonido dejará de escucharse antes de que comenzarán a sangrarle los oídos. Sus piernas temblaron cuando se separó de la encimera con dolor, soltando gemidos mezclados con el llanto que provocaba no poder silenciar ese estúpido sonido.

Cayó de lleno contra el suelo antes de que siquiera logrará sostenerse, desgarrando su garganta cuando el sonido la aturdió por completo en mayor frecuencia y de sus labios saliera un grito que dejaba salir todo ese dolor que le cegó la mirada, formándose círculos blancos hasta hacerse cada vez más borrosos y de pronto todo a su alrededor se volviera opaco y confuso.

Todo le daba vueltas en la cabeza, pero, aunque el payaso se encontrará a unos centímetros de ella, ella sentía como si se encontrará a unos metros. Sin embargo, lo observó mareada como se acercaba a ella para arrodillarse frente suyo en cuclillas, mirándola con la cabeza ladeada mientras llevaba ambos dedos índices de sus manos hacia la comisura de sus labios para levantarlos sobre su piel haciendo la más terrorífica sonrisa que jamás había visto.

Realmente no lo pudo ver con claridad, solo se había dedicado a observar con atención esa sombra frente a ella que juraba era él, viéndolo entre la tenue vista que aún conservaba. Pero, después de sonreírle como un completo psicópata, se levantó con movimiento lentos y tranquilos, dirigiéndose hacia las escaleras dentro de la cocina, viéndolo irse, pudo ver cómo más personas entraban a la habitación mientras ella aún se encontraba en el suelo con las manos en las orejas y un rostro de pánico con dolor.

Después de eso, solo recordó sentir los párpados pesados al ser tomada entre unos brazos que la abrazaron aún en el suelo, sintiendo su mejilla contra su fuerte pecho fue cuando sus largas pestañas fueron revoloteando mientras paulatinamente esas sombras se iban agrandando hasta convertirse en solo una pantalla negra.