💐Capítulo 2💐

230 5 0
                                    

—Naia—susurran en mi oído.

—¡Naiara!—Me despierto de golpe y Uriol le da un zape a Ferrán que lo mira mal.

—Te dejo con el loco este, me voy a Tarragona.

Asiento y me da un beso en la frente.

—Adiós.

—Adiós—decimos a la vez y Ferrán se tumba a mi lado. Coge el mando de la tele y entra en Netflix.

—¿Tú crees que Uriol piensa que no me afecta?—pregunto.

—No, no lo creo, eres igual de humana que él, no eres un robot.

—Hombre, si fuera un robot acabaría con la humanidad, Ferri—reí.

Ferrán sonrió y puso la serie en Netflix.

Se recostó en la cama y le rodeé su torso con mi brazo, estaba tan a gusto con él que creo que me dormí porque Ferrán me susurró de que se iba y que durmiera bien.

Escuché la puerta cerrarse y cerré los ojos, pensé en mi hermana, tenía dos años más que ella, y era como mi mejor amiga, nos queríamos mucho y nos apoyábamos mucho pero ese coche que se saltó el stop en un cruce, se llevó por delante a mi hermana y tal vez si lo hubiese llegado a saber, nunca la hubiera dejado salir, no quiero enterrarla, quiero revivirla, aún la necesito en mi vida, al igual que a mi madre.

A mi madre la asesinaron, mi padre la asesinó, después él se mató pero que estúpido matar a alguien en una piscina y a las cinco de la tarde, una pena que no estuviera, hubiera matado yo a mi padre, pero Ferri siempre me dice que si él se mató será porque se sentía culpable.

Cada tarde voy a la playa para ver cómo atardece y espero allí a Uriol y a Ferri.

Me levanto de la cama, me ducho, me pongo algo cómodo, como algo y saco a Thor a la calle, cuando lo dejo en casa, salgo y voy andando hasta la playa. Cuando llego, me siento sobre la arena y observo el cielo: "Qué guapa estás, Laia" pienso.

 Me abrazo las piernas y me relajo escuchando las olas romperse.

—Esperaba encontrarte aquí—se sentó a mi lado.

—¿Ya has vuelto de Tarragona?

—Sí, la semana que viene más o menos la enterraremos al lado de nuestros padres.

—El que está al lado de mi madre no es mi padre, es alguien que la mató.

—Naia...—vaciló.

—Esa es la verdad, Uriol, nuestra madre está enterrada junto a su asesino.

Uriol suspira y se levanta.

—¿Vas a quedarte?—da por finalizada la conversación, siempre lo hace cuando no le gusta el tema de conversación.

—Le pediré a Ferrán que me lleve a casa.

Uriol asintió y volví a la marea. El agua mojaba mis dedos de los pies cuando se rompía una ola.

Ferrán se sentó a mi lado y abrazó mis hombros.

—¿Estás bien?—me preguntó.

—No, estoy bastante en contra de que mi madre esté enterrada al lado de su asesino.

—Yo también, pero es Uriol el que lo decidió, él sabrá.

Ferrán tenía razón, mi madre estaba enterrada al lado de mi padre porque Uriol lo decidió así, pero eso no cambiaba nada.

Ferrán agarró mi mano y empezó a jugar con mis dedos.

—¿Te acuerdas de cuando nos conocimos?—se rió él solo—Que bonita estaba Valencia aquella tarde.

Ferrán tenía la manía de recordar bonitos y graciosos momentos nuestros cuando estaba triste para hacerme reír o sonreír.

—¿Qué hacías en la playa?

—Nada, ¿qué hacías tú?

—Por aquella época mi casa era la tercera guerra mundial, mis padres se habían peleado y yo me peleé con Uri, y desde entonces vengo a la playa a relajarme.

—¿Cuántos años teníais?

—Pues...—lo pensé, realmente no supe cuando fue eso. Solo sé que Ferrán y yo teníamos quince años—, mi hermano tenía 17, yo 15 y Laia 13.

—Llevamos ocho años siendo amigos, que fuerte.

—Y tres como mejores amigos, que no se te olvide.

—Que fuerte.

Nos reímos.

—Que pena que tú te fueras a Barcelona antes de que yo me fuera a Manchester.

—Nos hubiéramos separado de igual forma pero me alegré de que no tendría que aguantarte.

Ferrán me miró ofendido.

—¿Perdona?—preguntó con exageración.

Me reí.

—Te quiero mucho, Ferri, pero acéptalo, eres inaguantable.

—Me parece muy fuerte y todo por tu parte.

Me volví a reír y Ferrán sonrió.

—Yo también te quiero mucho, pero también tienes que aceptar que eres insoportable.

Sonreí y apoyé mi cabeza en su hombro.

—¿Te puedo confesar algo?

—Claro.

—Con quince me gustabas, pero conocí a Sira y ya no me gustas.

—Nunca me gustaste—fui sincera—pero me alegro saberlo.

Ferrán sonrió y nos levantamos.

—Vámonos, anda.

Salimos de la playa y fuimos a su coche.

Llegamos hasta mi casa y me bajé del coche de Ferrán.

—Te espero mañana en la fiesta que voy a hacer en mi casa.

—¿Una fiesta? ¿Yo?

—Sí, tú, tienes que salir, Naia, tienes que relacionarte y Uriol no te va a hacer salir, yo sí, así que ninguna palabra y mañana vas a mi casa por la noche con un vestido de los tuyos elegantes.

Que pesado es cuando se lo propone.

—¿Qué celebras?

—La liga.

Rodé los ojos.

—Está bien, iré—Ferrán sonrió—pero nada de beber.

—Eso está hecho, nada de beber para la niña.

Me despedí de él y entré en casa.

—¡Uriol ya estoy en casa!

La casa me recibió en silencio así que supuse que estaba dormido. Cuando llegué a mi cuarto, me puse el pijama y me dormí con los cascos puestos.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Un cap un poco largo pero hay muchos así y espero que no os parezcan aburridos.

---💙✨

Don't Leave Me [Eric García]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora