💐Capítulo 18 💐

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—¿Cómo estáis?

Odio la diferencia horaria—Eric hizo un puchero y sonreí. Me preparaba la comida mientras ellos se iban a dormir ya.

Mañana jugamos contra el Arsenal, ¿lo sabes?

Habló Ferrán y asentí.

—Lo sé, lo sé, pero no podré verlo, no aguantaré hasta las dos de la mañana.

¿Allí será a las dos de la mañana?

—Sí, más o menos, ¿por?

Quiero volver a España.

—No os queda mucho.

Secuéstrame, cariño.

Me reí.

¿Cómo te va a secuestrar? ¿Por telepatía?

Algo mejor que estar sin ella.

Negué con la cabeza mientras mantenía una sonrisa en mi cara. Sabía que Eric lo decía de coña porque si algo le gustaba era poder jugar en distintos países pero no le gusta estar lejos de mí.

—Os dejo dormir ya que he terminado de hacer la comida.

Vale, adiós, te queremos.

—Adeú.

Colgamos la videollamada y me giré para mirar a Isa.

—¿Qué?

—Eric te quiere mucho.

Sonreí.

—Toma—le di su plato de filetes y sonrió.

—Gracias.

—De nada.

Comimos en silencio, hoy hacía dos meses de su muerte y de su embarazo, estaba algo mejor, me dolía pensar en él, en su muerte pero todos me estaban ayudando y me encontraba un poco mejor cada día. Yo creo que si no fuera por Eric, no sé qué sería de mí. 

Cuando terminamos de comer, recogí la cocina y me quedé en el salón viendo A través del Mar, Isa se había ido a tomar una siesta y me quería ver la peli puesto que la primera me gustó mucho.

Justo cuando terminó la peli, tocaron el timbre. Me levanté y fui a abrir.

—Hola, ¿eres Naiara Rodríguez?

Asentí.

—Esto es para ti—me entregó una caja—puedes firmar aquí.

Firmé y cerré la puerta.

—¿Qué es eso?

Me llevé la mano al corazón por el susto e Isa sonrió.

—Lo siento.

—No pasa nada, no sé lo que es, no he pedido nada.

Dejé la caja sobre la mesa del comedor y cogí un cutter para abrir la caja.

Cuando la abrí, sonreí como una tonta enamorada que soy.

—¿Qué es?

Isa se asomó a la caja y sonrió al mirarme.

—De verdad, dais asquito.

Me reí.

Cogí la camiseta blanca y le di la vuelta, 24 y Eric. Yo no podía quererlo más.

La doblé y la dejé sobre la mesa porque en la caja había más cosas. Otra camiseta y una nota.

Cogí la nota primero y la leí en voz alta.

Sabíamos que si te regalábamos la camiseta nos ibas a dar suerte en el partido.

Chillé y salté como enamorada que estoy.

—¿Quién más te iba a regalar una camiseta?

—Ferrán.

Y efectivamente, la otra camiseta era de Ferrán.

—Ya tengo dos más para la colección.

Isa negó con la cabeza y fui a dejarlas en mi cuarto, solo por la camiseta intentaría quedarme hasta las dos de la mañana para ver el partido. 

Y lo intenté, pero me quedé dormida. Isa me hizo una foto dormida en su regazo y se la mandó a Eric riendo.

La muy hija de puta me dejó en el sofá y me desperté con dolor de espalda pero bueno, tampoco sirvió de mucho porque perdieron. 

Don't Leave Me [Eric García]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora