Me despierto y cuando bajo a la cocina, me encuentro a mi hermano preparándose un ibuprofeno.
—Buenos días—digo y me mira.
—Buenos días—se toma el ibuprofeno.
—¿Te encuentras bien?'
Le pregunto mientras me hago el café.
—Creo que ayer bebí demasiado.
—Vete arriba a descansar anda.
—Sí, mejor.
Me dió un beso en la mejilla y subió arriba. Terminé de preparar el café y mientras me lo tomaba, Ferrán me llamó.
—Ey, tu hermano no me coje el teléfono.
—Tiene resaca, no te lo va a coger.
—Bueno, pues ya lo llamo mañana—hizo una pausa para beber algo—¿Tú cómo estás?
—Estoy bien.
—¿Vas a ir a la playa esta tarde?
—Sí.
—Vale, iré con Eric, que el niño no puede ir solo a la playa.
—Llevaros un balón.
—Pues entonces vamos para comer, que no tenemos entrenamiento.
—Vale, pero yo no llevo comida.
—Ni yo, Eric la llevará.
—Vale, pues nos vemos después de desayunar.
—Vale. Adiós, Naia.
—Adiós, Ferri.
Colgamos y me terminé el café.
Cuando lo hice, me puse un bikini, le dejé una nota a Uriol y salí de casa. Salí de mi urbanización privada y llegué hasta la playa.
Le mandé un mensaje a Ferrán diciéndole que ya estaba en la playa, dejé las cosas en la arena, me quité el vestido y me metí en el agua.
Acaba de empezar junio pero parece que estamos en agosto.
Me tiré un buen rato en el agua hasta que decidí salir porque vi a Ferrán pelearse con la sombrilla.
—¿Te ayudo?
Ferran me miró.
—¿Sabes ponerla?
—Sí.
—Entonces, todo tuya—se alejó de la sombrilla y en menos de diez minutos ya estaba puesta.
—¿Por qué no dices antes que sabías ponerla?
—Es para verte a ti hacer gilipolleces.
—Yo también te quiero.
Le saqué la lengua y me senté al lado de Eric.
—Yo me voy al agua, chavales—avisó Ferran.
—¿Qué tal?
Le pregunté a Eric.
—Bien, un poco agotado de la fiesta de ayer, pero bien.
—Me alegro—le sonreí y Eric me lo devolvió.
—¿Y tú qué tal?
—Pues...—suspiré—, no sé que decirte, ahora mismo mi mundo es un puto caos, en pocas palabras.
—¿Te han pasado muchas cosas?
—Sí, estoy deseando que llegue el verano para que me dejen un poquito en paz.
—Pues teniendo el mejor amigo que tienes no creo que te dejen en paz—nos reímos.
—Nos queremos mucho, somos como hermanos.
—¿Desde cuándo os conocéis?
—Desde 2015 cuando ambos teníamos 15 años, desde entonces somos inseparables.
—Desde 2015..., eso es mucho.
—Antes era gilipollas—apoyé mis palmas en la arena—, ahora es gracioso y divertido.
—¿Se lo has dicho a Ferrán?
—¿El qué?
—El que antes era gilipollas.
—Ah, eso lo sabe desde hace mucho, no ves que siempre se lo decía.
Eric se rió.
—¿En serio se lo decías?
—Claro, eso era lo que más le decía, pero cuando nos separamos, creo que eso fue lo que nos volvió más pacífico entre nosotros.
—¿Os separasteis?
—Claro, yo me mudé aquí a Barcelona en 2018 y él se fue un año después a Manchester.
—Os tirasteis dos años sin veros y seguís siendo mejores amigos.
—Claro pero porque nos hacíamos videollamadas pero vamos, era una puta tontería porque Aymeric nunca lo dejaba en paz.
—¿Conoces a Aymeric?
—A todo el City, vaya.
—¿Y por qué a mí no?
—Nunca estabas en la habitación, Eric, no te quejes.
Ferrán se sentó a mi lado.
—Eso también es verdad.
Sonreí y apoyé mi cabeza en el hombro de Ferrán.
—¿Te acuerdas cuando me enseñaste a hacer toques por videollamada?
—Fue un desastre, pero lo conseguiste.
Me reí.
—¿Sabes hacer toques?
Miré a Eric.
—Sí, me enseñó él.
—Espera, espera.
Se levantó y cogió el balón que se habían traído.
—Toma.
Me dió el balón y me levanté.
—¿Qué quieres que haga?
—Los toques.
Asentí y empecé a hacerlos aunque por culpa de Ferran que no paraba de contarlos se me cayó por los cinco toques.
—No cuentes—le di un zape a Ferrán.
Volví a hacerlos y esta vez sí que me salieron y cuando llegué a veinte, más o menos, lo solté.
—Impresionante—Eric aplaudió y Ferrán sonrió satisfecho.
—Que buen profesor soy.
—Tampoco te lo creas tanto.
—¿No es verdad?
—No.
Ferran me miró mal y sonreí inocente.
Comimos, jugamos al volley ball donde perdí por culpa de Ferran y después de bañarnos y salpicarnos juntos, volvimos a casa.
—¡Adiós!
Entré en casa y después de ducharme, me acosté en mi cama. Había sido un gran día y muy divertido y no me importaría estar todo el verano así.
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Don't Leave Me [Eric García]
Fanfiction<<Don't Leave Me>> No me dejes. Naiara vive en Barcelona, su hermana acaba de morir y no está en las mejores condiciones, su mejor amigo le insiste para que salga de fiesta con él y su equipo de fútbol y cuando va a esa fiesta lo conoce...