💐Capítulo 19💐

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¡Naiaaaa! ¡Hemos ganado!

Sonreí ante la felicidad de Eric y Ferrán. Habían ganado el clásico de pretemporada callando muchas bocas por parte de algunos aficionados merengues.

—Ole mis niños, estoy muy orgullosa de vosotros.

Os dejo tortolitos.

—Adiós.

Byee.

Ferrán se levantó y se fue dejándome sola en videollamada con Eric.

¿Qué andas haciendo?

—Tonterías.

Sonreí inocente.

¿Y eso?

—Isa a pasado por casa de mi hermano y me ha dado mi antiguo...—me quedo en silencio recordando el nombre—, ¿porta lienzos? ¿cabestrillo? ¿caballete? ¡Caballete! ¡Eso! Que no me salía, la puta madre.

Eric se rió.

¿Estás pintando?

—Puede ser, en realidad solo estoy haciendo líneas randoms, no creo que de aquí salga una obra de arte pero se intentará no pinto hace mil años—sonreí.

Pongo el móvil sobre el vaso de una vela aromática y le enseño las líneas que tracé en el lienzo.

De ahí sale algo seguro.

—No sé—me encogí de hombros—lo que sí sé es que Isabella me lo dió justo cuando hablaba con Susana y le expliqué a la psicóloga que esto me relajaba hace años pero que ya no me relaja.

A lo mejor es porque no lo has vuelto a hacer.

—No creo porque muchas cosas que hacía antes y ahora no me siguen pareciendo relajantes, por ejemplo, surfear.

¿Hacías surf?

—En los veranos solíamos ir a Lisboa, y pues alguna que otra ola cogía.

Me tendrás que enseñar a surfear entonces.

—Créeme, solo lo hacía los veranos y siempre me caía así que mucho futuro no tienes conmigo siendo profesora.

Nos reímos. Me gustaba estos momentos que tenía con él, estar simplemente hablando, contando anécdotas y riéndonos. Nos separan muchos kilómetros pero volveríamos a estar juntos en menos de lo que se dice pronto.

Te echo de menos—hizo un puchero con los labios.

—Y yo a ti.

Pedri me dice que me tienes a tus pies y sinceramente, no se lo voy a negar.

—No te tengo a mis pies, tú te arrastras.

No seamos mentirosos, cariño.

Sonreí.

—Tenéis un par de días de descanso cuando volváis, ¿no?

Sí, ya después a currar.

—Si quieres nos podemos ir a Portugal esos días.

Vale, como quieras.

Nos volvimos a quedar en silencio.

—Hoy me he encontrado con dos gatos callejeros.

Oh, ¿tenían hambre?

—Sí, llevaban un par de días vagando alrededor de casa y me dieron pena, por eso esta mañana fui a comprarles pienso y les deje un tupper con comida y con agua.

¿Eran chiquititos?

—Pues no sé, la verdad.

Mientras hablábamos seguía haciendo líneas sin sentido, ya me saldría algo, por ahora solo tenía líneas.

¿Sigues haciendo líneas?

—Cada vez le veo menos sentido.

Eric se permitió contagiarme de las carcajadas que soltó.

Te dejo cariño, que ya ha vuelto Ferrán y tiene sueño, te quiero.

—Y yo, hablamos mañana.

Hablamos mañana, adeú.

—Adeú, t' estimo.

Don't Leave Me [Eric García]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora