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—¡Cristian, cuidado!
Bajo el celular con el que estaba grabando cuando vio que Cristian se había llevado puesto a su hijo.
Valentino no era su hijo de sangre pero lo sentía así, la mama los había abandonado cuando tuvo la primera oportunidad, supuestamente no quería tener hijos con el.
A milena le partía el corazón cuando el nene la llama mamá, ella lo conocía a Cristian desde que Valen tenía tres meses y habían empezado a salir a los dos meses, practicamera la figura materna de Valentino y Cristian no podía haber elegido mejor. No se arrepentía para nada de tenerlos en su vida.
—Vos sos pelotudo o te haces—Dijo levantando a Valentino del piso, el padre se pensaba que era un jugador de veinte año y no un nene de uno.
—Es para que se acostumbre.
—Las bolas, mirale la cara y las manos.
Ambos miraron como el nene estaba abrazado al cuello de Milena y miraba a Cristian con el ceño fruncido. Sus cachetes estaban llenos de pasto y suciedad.
—Deja de malcriarlo.
—Deja de ser tan bruto.
Cristian se burlo con una sonrisa y le hizo un movimiento con la cabeza.
—Bien que te gusta.
Milena le tapo las orejas a Valentino y le pego la cabeza a su pecho.
—Desubicado, voy a bañarlo y mejor que vos juntes esto.
Cristian levanto las mano quejandose.—Pero si yo no fui.—Pero Mile ya habia emprendido camino hacia adentro de la casa.
Mientras bañaba al Valen, el video que subió se hizo bastante viral, Cristian aparte de juntar los juguetes afuera, empezo a hacer la comida, videos con manteca, nada muy extravagante.
Después de comer, Cristian fue a acostar al nene a su cuarto mientras ella hacía su rutina para dormir, usaba una camisa del Cuti con unos shorts finos para descansar porque últimamente todo le apretaba.
