Capítulo 9

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Audrey

-¡Que te quites la camisa! -Me gritó Eiden.

No tenía otra opción, firmé ese contrato.

Empecé a desabrocharme la camisa, al quitármela, la puse sobre el escritorio a mi lado.

No me atreví a ni siquiera a verlo a los ojos, sentía mucha vergüenza, no quería que me viera vulnerable.

Con todas mis fuerzas alcé la mirada hacia él.

No me veía a los ojos como suele hacer, veía mis brazos y muñecas. Su mirada se veía como una mezcla entre ira y sorpresa.

-Fue Gael, ¿verdad? -Preguntó a la vez que apretaba con más fuerza sus puños.

No podía responder, no hallaba la manera de librarme de esta situación.

-Y me dices a mí el ilógico -Ríe este.

Mi enojo empezó a elevarse.

-¿Por qué insistes en meterte en mi vida?

Acababa de confesarle a Lia que Eiden fue el padre del bebé que perdí, ya tuve suficiente por hoy y ahora él viene a hacer un escándalo cuando es lo que menos necesito.

-No eres nadie para decirme ilógica.

-Sabes, por un instante creí que eras la misma de antes. ¡Pero no! Lo único que haces es reprimirte y dejar que te hagan lo que quieran. -Luego susurró- Que cobarde.

-¿Cobarde? Mira quien lo dice, cuando el único cobarde aquí eres tú.

-¿Cómo te atreves a llamarle así a un Windsor? ¡¿Por qué seria yo un cobarde?! ¿Por lo que ocurrió hace años?

-¡Me atrevo de la misma manera en la que me has faltado al respeto! -Azoté ambas manos en el escritorio- Y no te atrevas a sacar ese tema, te recuerdo que fuiste tú quien huyó en cuanto los problemas empezaron a surgir.

-¿Huir? No quieras sacar conclusiones haciéndote la víctima aquí, yo sé qué clase de persona eres -La rigidez en su cuerpo era evidencia de tensión.

-No digas incoherencias Eiden y no digas que me conocías bien. Tú no sabes nada. -Respondí mientras sentía cómo una lágrima caía sobre mi mejilla.

-¡Mírate Audrey! ¡Te la pasas defendiéndote de mí como si fuera un monstruo y a él no le dices nada mientras te hace mierda!

Me colmó la paciencia.

-¡¿Por qué eres tan...tan... -Dudé en terminar la pregunta.

Pasé mis manos sobre la cabeza, no podía perder la cordura.

-¡¡¿Tan qué?!! -Gritó.

-¡¡TAN IMBECIL!! -Grité de vuelta.- Solo eres un egocéntrico con dinero, todos aquí tienen que agachar la cabeza ante ti. Estas acostumbrado a tener el mundo a tus pies, jamás te has dejado ver de una forma más humana.

-¿De qué sirve? Si cuando lo hice me hiciste pedazos Audrey.

Eso me dejó atónita.

-Eso no es cierto...-Respondía mientras me le acercaba más- Tú objetivo con las mujeres es solo buscar satisfacción en ellas, te vale un comino lo que son en verdad.

-Te equivocas -Respondió acercándose más a mi cara.- Yo sí daba todo mi mundo por una sola persona. . .y me fallaste.

En eso se escuchó a alguien llegar.

-Cariñooo -Cantaba una mujer rubia al acercarse a la oficina de Eiden.- Te traje una sorpresa.

Traía puesto un saco abierto en la que se lograba ver su sostén y bragas.

Alba: Una Luz de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora