Oda me besó.
Fue repentino, como una lluvia súbita en medio de la calle. Estaba en mi oficina cuando él llegó de la nada. Charlábamos mientras yo arreglaba unos papeles. En cierto momento necesitaba organizar unos documentos en un estante a sus espaldas, y me acerqué hacia él con toda la intención de guardarlos. Él no se apartó, y yo no le pedí que lo hiciera. Su cabello me hizo cosquillas en la mano cuando acomode la carpeta justo al lado de su cabeza. Estábamos hombro a hombro, nuestras piernas se tocaban. Con tan sólo mover su cara hacia la izquierda nuestros labios se habrían encontrado; Y eso hizo.
Fue un toque, una colisión entre nuestros labios. Nada más, y nada menos. Lo impactante fue que nadie se apartó, al menos no al instante. Yo me alejé un paso, tambaleante e indeciso. No sé qué cara habré puesto, pero Oda se río.
—Aquí no puedo fumar, ¿Verdad? Iré a hacer unos recados. Por la noche te espero en el bar.
Y se fue, como si no hubiera pasado absolutamente nada. Me dejó solo con mi tormenta de pensamientos y delirios. Miré el librero por algunos instantes —una eternidad condensada en minutos— como si aquello me fuera a dar alguna respuesta. En lugar de eso, sólo conseguí rememorar aquel momento una y otra vez, hasta que la pena me obligó a cubrirme el rostro.
No era mi primer beso. Ya fuese en la oficina o en algunos bares había conocido a mujeres, relaciones de una noche que acabaron cuando nos separamos y nunca nos volvimos a ver. Pero nunca me había besado con un hombre, y mucho menos con alguien a quien considerase tan cercano, como Oda.
El tacto cálido, su barba picando sobre mi rostro, todos esos detalles vinieron a mi en los momentos más inoportunos del día.
Cuando guardé los documentos, recordé el tacto de su mano sobre la mía y dejé caer lo que tenía en mis manos en ese momento. Un poco más tarde, cuando intentaba redactar una biografía, sólo conseguí tirar una docena de hojas de papel antes de resignarme a que el pensamiento me invadiera.
Sentía el rostro afiebrado y el corazón acelerado, como si después de mucho tiempo alguien por fin hubiera impulsado la bomba inerte en mi pecho. Tal vez fue sólo la novedad del suceso, tal vez fue algo más. Fue así como la alarma de las cinco de la tarde me encontró. Sentado en mi escritorio, con la mirada fija en la pared, me di cuenta de que aquel beso no me había desagradado en absoluto. "¿Volvería a repetirlo?", me pregunté, y no me sorprendió hallarme en un ambiguo "tal vez".
Sólo con eso pude acallar los pensamientos sin orden que llegaban a mí, en un momento por lo demás apropiado: La tarea a continuación no era algo que pudiese prolongar por ningún motivo.
Tomé mi maletín, cerré los archivos, y me despedí del señor Tanaguchi. Salí de la mafia con la cabeza en alto. Los hombres con traje que me encontraba a mi camino me saludaban con una inclinación de cabeza, un gesto de respeto. Yo se los devolvía. Caminé hasta salir de sus territorios, una vez en territorio neutro pedí un taxi, que me llevó hasta una estación de metro. No llegué a abordar. En lugar de eso, caminé en otra dirección, y pedí otro taxi. Y así, un camino que bien podría ser recorrido en menos de una hora se convirtió en una maraña de trayectos sin orden aparente.
Hacía tiempo que el sol se había ocultado cuando llegué a los distritos suburbanos. La gente caminaba con la cabeza gacha, y no había niños jugando en la calle. El alumbrado público era escaso. Las pocas lámparas que había eran amarillentas y titilantes, a un parpadeo de no volver a encenderse jamás. En cierto momento giré en uno de los tantos callejones, y me interné entre la basura y las casas de cartón. Al fondo, vestido con un impecable traje que no encajaba con los muros sucios y grises, había un hombre que parecía pertenecer a la Port Mafia; Yo sabía que no lo hacía.
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Por amor a la decadencia [ChuuAngo]
FanficUn fanfic del fandom de Bungo Stray Dogs. La vida rara vez es como uno anhela. Ango Sakaguchi, un saco de recuerdos más ajenos que propios, así lo cree más que nadie. Siendo hijo adoptivo del señor Taneda, director de la División Especial de Poderes...