«twenty three»

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Penúltimo capítulo:

Nunca pensé que terminaría siendo secuestrada, pero aquí estoy. En una fábrica abandonada a las afueras de Seúl, amarrada de manos y pies sentada en una silla, lo único que falta para que todo éste teatro parezca una película es que me amordacen.

Y al parecer han escuchado mis pensamientos porque ese tipo, el que antes me apuntaba con una pistola y me manoseaba viene con un pañuelo en mi dirección.

Esto me aterra, no veo la hora de salir de aquí y que esta pesadilla acabe. Las lágrimas no han cesado de salir de mis ojos y maldigo una vez más por no haberme fijado bien antes de montarme en aquel auto.

Es que soy estúpida, lo sé.

Ni siquiera puedo verle el rostro a los matones, ellos siguen con sus pasamontañas, lo cual lo hace imposible. Van vestidos totalmente de negro y llevan pistolas en sus cinturas. La fábrica está desalojada completamente, hay una mesa en una de las esquinas con una jarra de lo que parece ser agua y las ventanas están tapadas con tablas y clavos que impiden el paso de luz desde el exterior. De aquí no debo salir viva.

Cuando la puerta del lugar emite un chirrido agudo sé que ha llegado el cabecilla del grupo.

Me remuevo en mi lugar forcejeando con la soga de mis manos al ver a ese hombre y no, ésta vez no es mi padre. Debí haber sospechado más sobre él. El chico sonríe con sorna al verme y no duda en acercarse a mí. Limpia mis mejillas, es irónico la delicadeza que utiliza para tocarme.

- Hola Clí - lo odio, su tono de voz es repugnante.

Me pregunto qué es lo que realmente quiere de mí.

- ¿Cómo te han tratado éstos tipos?

Su pregunta irónica me hace gritarle pero la tela del pañuelo que tengo en la boca no me deja. Al parecer le he conmovido porque desata el nudo de la tela para dejarme hablar.

- ¿Qué.. quieres? - sollozo.

- A ti - sonríe acariciando mi cabello - Pero bueno, ya te tengo aquí - sus estúpidas caricias me hacen apartar la cabeza para que no me vuelva a tocar.

- ¡Déjame! - le grito atreviéndome a escupirle el rostro.

La punzada de ardor en mi mejilla me hace llorar el doble, me ha partido el labio con la fuerza de esa cachetada.

- Te odio.

- Yo que tú me comportaría mejor - comienza a caminar a mí alrededor hasta que está a mí espalda y deja caer su mentón sobre mi hombro para hablarme al oído - Dime. ¿Todavía llevas puesta esa lencería con la que modelaste hoy?

- Estás enfermo.

- No, yo solo aprecio las cosas bellas y tú, créeme, eres preciosa.

- No soy una cosa - recalco la palabra.

- Jefe la están llamando - le habla uno de los tipos vestidos de negro con mi teléfono móvil en mano.

- Oww mira, es Jungkookie - me enseña la pantalla - ¿Qué debería decirle? Que estás conmigo, sí, eso - chasquea la lengua - Nah, mejor le colgamos. ¿Debería traerlo aquí para que vea lo bien que la vamos a pasar?

YOUR EYES TELL // JEON JUNGKOOK; BTS  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora