La mayoría de tiempo Marinette se encontraba perdida en sus pensamientos, añorando que alguno de sus padres la abrazara con fuerza y prometiera protegerla o que Brigeth reviviera y le trenzara el cabello mientras le repetía lo valiosa que era. Solo quería amor. Pero la realidad era que lo único que tenía era Felix. Lo cual era igual a salir con el diablo, pero al menos el dolor era algo.
-¿Puedes correr Cheng?- cuestiono el entrenador mirando con preocupación a la chica que con trabajos podía ponerse de pie.
-Si puedo- respondió Marinette fingiendo una sonrisa y el profesor negó.
-Descansa Cheng, hablare con tus hermanos después- comento el hombre alejándose de la chica quien se dejó caer con tanto dolor que quiso llorar.
Kagami por su parte se sentó a lado de su hermana menor quien se tensó al sentirla cerca como si fuera un animal herido lo que ocasiono culpa en la mayor quien notaba aun el aroma a sangre de su hermana. Lo que sea que Agreste le hizo la había jodido mucho.
-¿Por qué lo haces si duele?- cuestiono Kagami dejando un jugo a lado de la menor –No tienes que hacer cosas que te lastiman, el amor no debería sentirse así.
-¿Cómo se debería sentir ser amada?- pregunto Marinette con brillo en los ojos lo que termino por romper a Kagami.
-No debería doler, debería ser cálido, deberías ser feliz, emocionarte, no vomitar y llorar- respondió la mayor con rabia.
-Felix me ama- aseguro Marinette con una sonrisa pequeña en los labios y las mejillas sonrojadas –De verdad lo hace.
-¡Si el te amara no te violaría!- exploto Kagami poniéndose de pie -¡Alguien que te ama no te obligaría a hacer eso!
-¡El me ama! ¡Me quiere! ¡Me cuida! ¡Me protege! ¡¿Por qué no lo entiendes?!- grita la menor de los Cheng llorando un poco -¡Tú eres quien no me quiere! ¡Tú fuste quien me alejo!
Kagami está apunto de replicar cuando Marinette sale corriendo de las gradas, algunos espectadores se cuestionan seriamente que acaba de pasar pero no le dan importancia como los idiotas que están acostumbrados a ser.
Marinette por su parte sigue corriendo pero el aire escapa de sus pulmones, como si se ahogara en la tierra, el mundo se vuelve pesado y el ruido desaparece.
Adrien quien mira todo corre hasta la chica y la toma entre sus brazos antes de que su cuerpo caiga al suelo, la chica resuelta ser más liviana de lo que imagino lo que es totalmente aterrador porque se siente como si cargara a alguien sin vida.
-Estúpido Adrien, no pienses en eso- se regaña en un susurro mientras corre a la enfermería.
(...)
Felix detestaba la universidad hasta el punto de querer vomitar, odiaba estar rodeada de adultos pretenciosos que creían ser mejores que el resto pero aun así asistía a cada clase por mucho que lo odiara.
-¿Cómo está la pequeña Cheng?- cuestiono Nataniel sentándose a su lado en las gradas.
-No podía caminar esta mañana- suelta él rubio con una sonrisa arrogante –Pero aun así tuvimos sexo, la hice jadear tanto, debiste ver cómo me pedía que parara... fue jodidamente caliente.
-Eres repugnante- escupe con asco el tecladista.
-Nadie es perfecto en este mundo- sentencia Felix encendiendo un cigarrillo entre sus labios –El infierno está vacío y Dios le permitió caminar entre nosotros.
Nataniel no responde, se limita a mirar a los demás estudiantes caminar en el campo y algunos atletas correr en la pista. Es un lindo día y sería mejor si el demonio en persona no estuviera a su lado, sería mejor si simplemente Félix Agreste desapareciera de la existencia.
-Tocaremos en un bar, no lleves a Marinette, deja que descanse al menos una noche- pide Nataniel poniéndose de píe y sin mirar a Felix.
-¿Desde cuando eres tan moralista?- cuestiona él rubio apagando su cigarrillo.
-Desde que comenzaste a follarte a una niña- reclama apretando los puños con fuerza.
-Solo es sexo Nataniel, no es como que la esté obligando... Marinette me importa- confiesa Felix cerrando los ojos –No espero que lo entiendas...
No quiero entenderlo, es asqueroso- sentencia el tecladista alejándose del lugar.
El mayor de los Agreste se queda en soledad, está realmente cansado de tener que explicarles a las personas lo que Marinette significa, el cómo realmente no es un juego enfermo o alguna mierda turbia como todos imaginan. No lo es. El nunca le haría daño a la pequeña.
Como podría hacerle daño a alguien que lo salva de la oscuridad todo el tiempo, como podría abrazarla con tanto amor si no la quisiera. Claro que podía lastimarla a tener sexo pero era normal y tampoco era como que la menor de los Cheng se resistiera o se negara.
-Joder es irritante- gruño tomando su mochila dispuesto a regresar a casa y prepararse para el concierto.
(...)
Adrien miraba con preocupación a Marinette quien insistía en que podía regresar a su casa sola, la azabache estaba realmente pálida y helada algo que no le daba la seguridad a Adrien de dejarla volver sola.
-Te acompañare- exclamo él chico quitando la mochila rosada de las manos de Marinette–No puedes negarte.
-Eres una molestia- gruñe Marinette tratando de recuperar su mochila y fracasando.
-Esta molestia no te dejara volver sola a casa- exclamo Adrien con una brillante sonrisa –Mi madre crio a una persona obsesionado con la fantasía no a un cobarde.
-Eres tan raro- bromeo Marinette sonriendo por primera vez –Muy raro.
-Gracias, es mi especialidad- finalizo Adrien agachándose para que la omega se subiera en su espalda.
Marinette miro con duda a Adrien, subió torpemente en su espalda logrando que el rostro del chico se volverá totalmente rojo por la cercanía, una vez que Marinette se sintió segura Adrien comenzó a caminar sin prisa y con cuidado de no lastimar más a la chica que se quedó dormida rápidamente.
Para Adrien era tierno como Marinette actuaba ruda y al final terminaba siendo de las personas más dulce que alguien podía conocer, era algo que se veía a simple vista con el brillo de sus ojos, la forma en la que acomodaba su cabello o como jugaba con sus manos. Ella era adorable.
Felix por su parte se deja caer en el sofá, el departamento está en total silencio lo que es incómodo, está acostumbrado a estar con Marinette y el estúpido ruido de sus caricaturas de fondo mientras penetra a la chica. Está acostumbrado a tenerla en su pecho, a sentir su pequeño cuerpo temblar y tratar de recuperar el aliento mientras el la cuida.
Era casi cómico el cómo era dependiente de Marinette a estas alturas. El quien siempre tuvo todo lo que quiso en el mundo ahora estaba babeando por una niña de secundaria que ni siquiera había tenido su primer celo. Pero era mejor que terminar como Brigeth Cheng y Angus Parck, muertos por una sobredosis hace dos años. Todo era mejor que esa mierda.
CONTINUARA.....
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CRIMEN FABORITO
Teen FictionCRIMEN FABORITO PROLOGO Lo odiaba. Odiaba la música fuerte que parecía gritarle que era una idiota. Odiaba el sabor de la marihuana en sus labios. Odiaba la amargura en su paladar cada que la cerveza bajaba por su garganta. Odiaba marearse entre el...