Los Cheng regresaban a su apartamento, habían pasado una noche relativamente relajada pero cuando Luka Cheng abrió la puerta no pudo controlarse a sí mismo en lo más mínimo pues tan pronto encontró a Felix abrazando a su hermanita corrió a alejarlo de ella.
-¡¿Qué mierda haces aquí?!- cuestiono el azabache protegiendo a Marinette con su cuerpo.
-Toda su familia saluda golpeando o es algo de ustedes- bromea Felix con una sonrisa arrogante en el rostro.
La mandíbula de Luka se tensa a la par que Felix camina sin miedo alguno del adolescente. Marinette quien se mantiene detrás de su hermano comienza a temblar siendo invadida por la ansiedad al sentir que Felix podría lastimar a su hermano.
-¿Vienes?- cuestiono él rubio hablando a Marinette quien no responde –Vamos princesa, no tienes por qué tener miedo.
Luka pierde la cordura al escuchar ese apodo por lo que sin dudarlo golpea a Felix quien retrocede unos pasos para tocar su labio manchando sus dedos de su propia sangre. Felix trata de respirar pero el simple hecho de que alguien como Luka se atreviera a golpearlo provoca que quiera darle una lección al chico.
-Alto- exclama Marinette poniéndose en frente de su hermano pues noto las intenciones agresivas de Felix–Esta bien, nos vemos en dos horas ¿De acuerdo?
-Me parece perfecto- sentencia Felix acercándose y besándola frente a sus hermanos quienes miran aquello con asombro –No tardes mucho.
Kagami está a punto de lanzarse a golpear a Felix cuando la mano de Amber la sujeta con fuerza asegurándose de que no cometa alguna locura porque es claro que ni siquiera los tres juntos podrían defenderse de Felix.
-Nos vemos después cuñados- se burla el alfa abandonando el departamento de los Cheng.
Amber es la primera en reaccionar corriendo a tomar entre sus brazos a Marinette quien comienza a llorar, Kegami cierra la puerta asegurándose de que Felix no pueda volver a entrar mientras que Luka mira sus nudillos morados sintiéndose frustrado por no poder hacer nada.
-Está bien Mari- susurra Amber acariciando el cabello de su hermanita –Estamos aquí, no te vamos a soltar.
-Lo siento mucho- solloza la pequeña con tanto dolor que sus hermanos no pueden evitar querer llorar –De verdad lo siento.
(...)
Luis da un par de vueltas por los pasillos de la clínica, Scarlette ha estado atendiendo a algunos niños desde que llegaron por lo que él se encuentra totalmente aburrido hasta que la risa de un hombre castaño llama su atención.
-Lo prometo Max, cuando estés mejor te llevare a ese parque de diversiones- asegura Patric Mondragon despeinando el cabello del chico quien sonríe –Pediré unas vacaciones, te inscribiré en la escuela, tus cosas ya están en mi casa hara que todo sea más fácil.
-El no volverá ¿verdad?- cuestiona el pequeño casataño mirando sus manos con miedo –No tendré que volver a verlo.
-El nunca más te hará daño Max, yo mismo lo encerré en la cárcel- aclara Patric con una sonrisa triste al ver el comportamiento de su sobrino –Mientras yo este contigo nada en el mundo te hará daño.
Max asiente más tranquilo, Luis mira con detenimiento al hombre identificándolo como algún policía o agente por la placa en su cinturón junto con el arma enfundada. Luis se regaña mentalmente al tener la absurda idea de preguntarle por Brigeth Cheng aunque la probabilidad de que la conozca es realmente nula.
-Tengo que volver con los demás- exclama Max mucho más animado –Gracias por venir a verme hoy.
El hombre abrazo al chico quien se marchó por el pasillo, Luis analizo la expresión en el rostro de Patric que era una mueca similar a la frustración que el sentía al conocer la situación de Marinette. Una expresión de dolor que muy pocos entenderían.
¿Te puedo ayudar chico?- cuestiono el hombre castaño con amabilidad mientras trata de descubrir porque ese chico le recuerda tanto a alguien desagradable.
-¿Conoces a Brigeth Cheng?- la pregunta de Luis ocasiona que el rostro del hombro se vuelva severo –La conoces- asegura el chico con una sonrisa que provoca que Patric suelte un largo suspiro –Necesito que respondas unas preguntas por favor.
-Supongo que eres un Agreste- exclama Patric masajeando su sien con su mano derecha –Hablemos fuera de este lugar, no quiero tener que arrestarte frente a todos.
(...)
Patric Mondragon enciende un cigarrillo entre sus labios mientras trata de relajarse a sí mismo pues tiene a una absurda copia masculina de Félix Agreste y Fernando Agreste frente de el, dos de los hijos de puta más grandes con los que había tenido la desgracia de coincidir.
Fernando Agreste debía estar cumpliendo una larga condena en la cárcel por extorción, violación, venta de drogas e incluso se trataba de culpar por los múltiples asaltos que sucedieron en él pais, pero para desgracia de todas las víctimas él se había suicidado cuando se encontró acorralado por la policia.
Y luego estaba Félix Agreste, un maldito en pocas palabras, tal vez en parte por la educación y la violencia de la que había sido observado desde la infancia o solo un producto de un trastorno obsesivo compulsivo llevado a un límite inhumano. Patric recordaba con claridad como estuvo a nada de poner a ese maldito tras las rejas, tan cerca después de haber obtenido una confesión de violación hacia Brigeth Cheng pero tan repentinamente el suicidio de la chica ocurrió, el caso se cerró.
Pero el chico frente a él era diferente, su mirada mostraba un brillo que ni siquiera Fernando o Felix poseían, era como si el no estuviera podrido por dentro y eso lo relajaba un poco porque seguía sin olvidar que el chico quería respuestas sobre Brigeth Cheng.
-¿Qué quieres saber?- cuestiono Patric mirando el cielo en busca de un poco de paz.
-¿Por qué Brigeth Cheng se suicidó?- se apresura a hablar el rubio con mucha curiosidad.
-Porque Félix Agreste la violo durante mas de un año, porque difundió videos por todo el internet de la violación y porque se terminó convirtiendo en un adicto - confiesa el hombre mirando el rostro impactado de Luis–No sé qué busques muchacho pero aléjate antes de que salgas lastimado, estas son cosas que no deberías saber.
-¡Mientes!- explota Luis empujando al castaño quien deja caer su cigarrillo –¡Mi hermano jamás lastimaría a alguien!
-Si buscas la verdad debes estar preparado para salir jodido de ello y para encontrar cosas que no te gustaran- sentencia el hombre empujando a Luis.
-¡Tu estas mintiendo!- grita el rubio negándose a creerle -¡Debe de haber un error! ¡Mi hermano nunca haría algo tan horrible!
-Puedes decidir creerme o no, pero cuando compruebes que yo te estoy diciendo la verdad habla a este número y te ayudare- asegura el castaño agachándose y dejando una tarjeta a lado de Luis quien sigue consternado por lo que Patric despeina su cabello tratando de darle consuelo –Mira sé que lo que te acabo de decir es una bomba, pero nunca mentiría con algo tan serio.
Luis se pone de pie con prisa tomando la tarjeta y corre, necesita pensar en las palabras de Patric pero se niega a aceptarlo porque no entiende como puede ser posible que su hermano haya empezado aquello, como puede ser real que alguien que lo vio crecer lastimara a Brigeth y posiblemente a Marinette.
"-Te creo- confeso Luis con una sonrisa –Solo es raro, pero supongo que puedo confiar en ti ¿Verdad?
-Claro que sí, siempre te diré la verdad enano- respondió Felix con una sonrisa en la que Luis decidió creer."
El chico se recargo en un árbol mientras comenzaba a llorar, si lo que aquel hombre había dicho era verdad entonces su hermano le había mentido, si aquello era verdad entonces Felix era quien violaba a Marinette y él tendría que sacar toda esa mierda para detenerlo.
Continuará.
Les aviso como abran notado en la historia en el capitulo, anterior able sobre lo que paso con Félix y Bridgette, pues les aviso que abran más capitulos que ablen de lo que paso con ellos y lo que paso el día de su muerte, y también de un secreto que Félix y ella ocultaron, uno que su se descubre será el fin de lo que Marinette sentía por el. También de como fue su relación cuando, ella estaba viva.
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CRIMEN FABORITO
Teen FictionCRIMEN FABORITO PROLOGO Lo odiaba. Odiaba la música fuerte que parecía gritarle que era una idiota. Odiaba el sabor de la marihuana en sus labios. Odiaba la amargura en su paladar cada que la cerveza bajaba por su garganta. Odiaba marearse entre el...