XV

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— Tao...

Su hijo, sentado a su lado lo miró inmediatamente mientras se despegaba de su abrazo para sentarse derecho, y KyungSoo solo le hizo un gesto afirmativo con la cabeza ante la pregunta silenciosa sobre si era o no su padre.

— Soo, ¿estás bien? — Escuchaba la voz de Tao como si estuviera lejos del celular, ligeramente baja  distorsionada.

— Si, ¿por? es raro que me llames directamente a mi. 

— Acabo de llegar a Corea, por fin pude tomar unas vacaciones. Estaba preocupado por cómo te estabas sintiendo, incluso el miércoles pensé que realmente podría pasarte algo grave, sentí como algo le pasaba al vínculo, pero no podía contactarte...

La salida con JongIn. Eso debió sentir el alfa, y se sorprendió por ello, pensaba que ese vinculo ya estaba lo suficientemente débil como para que pudiera sentir emociones que no sean intensas... o tal vez estuvo más alterado de lo que pensaba.

— Estoy bien, solo fue un problema con las feromonas de los niños que se mezcló con mi estrés.

— Debe ser mucho estrés, al menos hace un mes ya no puedo sentirte claramente. ¿Conociste a alguien recientemente? — Levantó una ceja, pero no dijo nada. —Puedes decirme si es así...

— No, Tao. ¿Dónde estás?

— De camino desde el aeropuerto al departamento de un amigo para poder quedarme un tiempo. Quisiera ver a los niños, y si es posible que se queden conmigo unos días, Lay no estará, así que el departamento está completamente libre.

— Aparecer de la nada no es bueno para ellos. — Tae abrió los ojos a su lado. — ¿Seguro que cumplirás el acuerdo que estás haciendo ahora? No les diré nada si solo estás haciendo promesas de humo.

— Sabes que no hago promesas de humo.

— Pero eres bueno desapareciendo. — Suspiró viendo a su hijo, y luego al suelo, arrepintiéndose por el tono duro que usó, motivado por la tensión. — Mira, envíame un mensaje y acordamos, y responde los mensajes de Tae.

— Lo sé... les debo una disculpa, te contaré todo, lo prometo. Salgamos un día a comer los dos, después de tu trabajo, hay cosas que debo decirte sin los niños presentes.

— Si, pero me debes decir con tiempo, todo. Tengo que hablar con JongIn para que se quede un poco más de tiempo con los niños ese día.

— ¿Ese quien es? — Se mordió la punta de la lengua, mirando como JongIn volvía de la mano de JuWoon hacía ellos, con una sonrisa en el rostro. —No me has mencionado a ningún JongIn que se quede con los niños.

— Hablamos luego, adiós.

Cortó la llamada no queriendo seguir hablando, y miró a TaeOh poniendo su dedo sobre sus labios para que no diga nada sobre lo que escuchó. Antes que le pueda decir algo, por suerte sonó una notificación en su celular y vio cómo respondía rápidamente sonriendo, debía ser Tao que está respondiendo los mensajes tarde, así que eso lo distrajo lo suficiente como para no tener que hablar frente a Ju. De todos modos Tae se encargaría de ponerlo al corriente, y si tenía dudas o un problema no dudaba en que el menor se lo diría. Tao no les prometería cosas solo por que si.

— ¿Lo pasaron bien? — Se levantó para acomodar la chaqueta de su hijo, que tenía las mejillas rojas por el frío exterior y el calor de su cuerpo por andar jugando. —¿Te cansaste mucho?

— No, el sr. JongIn es rápido corriendo, pero no tanto como yo.

— Lo vi, eres muy veloz. — JongIn solo le sonreía al lado, con la respiración agitada por estar jugando. Y observándolo bien, por la caída que tuvo tenía algunos trozos de césped seco pegados en su abrigo y cabello, así que se acercó y comenzó a quitarlos uno por uno. — Y parece que JongIn ya está cansado para seguir jugando, podríamos seguir caminando.

Alfa ¿Niñero? || KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora