XLII

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— ¿Sabe? He pensado cosas muy curiosas en el último tiempo —La mujer asintió, invitándolo a continuar— Pensé en lo que dijo, y de hecho si recuerdo periodos en los que me sentía mal sin justificación, y eran extraños, cortos... Recuerdo que a los dieciséis, por ejemplo, no pude asistir a la escuela por una semana porque me sentía rechazado, deprimido... pero después la sensación desapareció de la nada. ¿Qué podría haber sucedido?

Hablaba observando el cielo mediante la ventana que tenían al lado, hablando y hablando de lo que se le viniera a la mente, mientras dejaba que su cuerpo solo se moviera con sus palabras.

— Bueno... no soy psíquica, si no me das un poco más información-

— También estuvo esa ocasión a los veintiuno en que me embargó un angustia inmensa, y después tuve un ataque de risa de la nada en medio de una junta de mi padre-

— ¿Pudiste ir al cementerio, JongIn? —Sus ojos encima de su cuerpo le hicieron removerse y dejar la verborrea, enderezandose incómodo en el sofá. Y ella asintió— Entiendo la dificultad y que quieras distraerme desde hace media hora, pero el acuerdo era intentarlo... has avanzado mucho en los últimos meses, hay mejoría en general en tu estado y el trabajo ya no te es una carga, pero si persisten los sentimientos confusos sobre la muerte...

— Es demasiado difícil para mi ir —Le tembló la voz y carraspeó— Lidiar con la rabia y resentimiento me fue más fácil que... pensar en que definitivamente no está ni estará jamás conmigo.

— Bueno, los cierres y rituales pueden ser necesarios... ¿Te has permitido sentirte triste?

Lo había hecho, en los últimos meses había trabajado en todo lo que tenía que ver con su padre; pelear contra el viento y recuerdo, hacer las cosas distintas, buscarse a sí mismo bajo la gran e imponente sombra que el hombre había dejado en la silla de la oficina, y llorar cada vez que un recuerdo le asaltara la conciencia, siempre tomado de la mano de KyungSoo, que pacientemente permanecía a su lado reconfortando. 

Los días primaverales mejoraron su ánimo, pero aumentaron su nostalgia, y había lugares a los que aún no se atrevía a ir.

— Todo lo que he podido.

— ¿Cómo ha resultado eso?

— No siento que haya avanzado.... a veces me cuestiono el sentido de todo esto, él está muerto, no hay nada que pueda hacer al respecto más que vivir mi vida, agradecer por lo que tengo y pensar en el día a día, pero me encuentro a mi mismo a veces, en las noches en que duermo solo, sentado pensando... dándole vueltas a su recuerdo y me parece tan... irreal.

— La muerte es dolorosa, JongIn. Nos deja vacíos que no sabíamos que podrían existir, nos enfrentamos a nuestra mente y nuestras acciones, pero hay algo que es difícil de decir y recordar... la muerte de un cercano, podría no dejar de doler —Otra vez le embargó el nudo en su garganta— Pasará el tiempo, y si nos lo permitimos, solos o con ayuda, podemos llegar a el punto que en que vemos hacía atrás sin llorar o sin culparnos, pero seguirá ahí... y está bien que hayan emociones displacenteras presentes, solo que ellas no deberían absorbernos.

— ¿Y cuál es el sentido de todo esto entonces?

— Que puedas vivir en tu propia piel, en tu propia mente, y que no te aten y absorban los sentimientos. Has avanzado mucho, JongIn. Puedes separar la culpa de tu dolor, dejar de cargar con todo lo que sucede a tu alrededor, pero un paso muy importante es que también puedas quedar tranquilo contigo mismo, y despedirte adecuadamente de tu padre.

— Intentaré hablar con KyungSoo al respecto... no puedo hacerlo solo.

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Alfa ¿Niñero? || KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora