XLIII

1K 129 12
                                    

No pensaba, apenas escuchaba, su corazón bombeando en sus tímpanos le impedía escuchar cualquier otra cosa que no sea su propio organismo y sus ojos... sus ojos estaban fijos en los de JongIn de forma inevitable, no podía apartar la mirada aunque quisiera, sentía que estaba amarrado a ella. El color dorado brillante inundaba su iris, y sus pupilas dilatadas viajaban por todo él, desde sus ojos a sus labios, a su cuerpo y de vuelta a sus ojos.

JongIn no le estaba hablando, solo estaba sobre su cuerpo en medio del recibidor manteniéndolo aprisionado, y cada vez que quería intentar moverse, él se acercaba más, apretando la mandíbula y los labios, en un gesto rabioso y tenso. 

Sus feromonas, tan dulces, inundaban la casa y se mezclaban con las suyas, era una mezcla extraña, fuerte, embriagadora que contrastaba al silencio absoluto. De alguna forma, su cuerpo había dejado de arder con desesperación apenas ese alfa se le puso encima, no sentía dolor ni molestia, pero si un deseo arrollador que jamás, ni siquiera en su celo anterior al lado de JongIn, había sentido.

Quiso hablarle, por mero instinto quería tranquilizarlo por cualquiera sea el problema que lo tuviera en ese estado, pero el peso de su lengua en su boca solo le permitía abrir y cerrar la mandíbula como si boqueara por aire. Así que la opción era intentar tocarlo, pero apenas su mano intentó subir al rostro de JongIn, él tiró de su muñeca dejándola contra el suelo.

— No me toques mientras traigas ese horroroso aroma encima —Su voz grave le hizo dar un suspiro y se mantuvo quieto de nuevo.

Claro, debía apestar a muchos alfas por estar en la reunión y posterior cena, y en específico debía oler a Sehun; considerando el tiempo que el pobre debió tenerlo afuera del restaurante esperando por ayuda su ropa debía estar impregnada. Por eso JongIn estaba tan furioso y quieto en vez de solo hacerse cargo de su deseo, estaba molesto, posesivo y molesto.

— Si dejas de... si me das espacio, podría intentar quitar la ropa que-

— No es tu ropa, eres todo tu —La mueca de asco que hizo le dolió más de lo que podría admitir abiertamente por su orgullo, pero ahí estaba punzando en su pecho la sensación de rechazo.

Está bien, era un alfa en celo con un omega en celo en frente, la suma era uno más uno, pero no estaba pasando dos. JongIn había preferido estar sobre su cuerpo haciendo una escena de celos demasiado intensa en vez de solo arrinconarlo contra una pared y penetrarlo como debía ser, y le estaba haciendo sentir mal, así que solo le quedaba hacer lo único que un omega podría hacer en su situación.

— Alfa... —Su tono de voz susurrante, grave y necesitado pareció captar la atención de JongIn de la manera adecuada— Te necesito...

Si le preguntaban, por años y años había evitado ser el tipo de omega que ruega a un alfa enojado por los celos, en otras ocasiones, con otras personas, solo había pasado de largo independientemente de lo que su cuerpo necesitara o le dijera, se consideraba un ser racional y competente, pero ahora... su única racionalidad le gritaba que le muestre el cuello a JongIn y se abra de piernas para conseguir todo lo que necesitaba. 

No pensaba llegar a ese extremo, pero sí a la manipulación tan clásica entre alfas y omegas.

— No me rechaces por favor...

Esta vez volvió a levantar su mano, la que no estaba siendo aprisionada por el alfa, y la subió lentamente por su brazo, cubierto por su suéter gris, sintiendo lentamente sus músculos ahora definidos por su asistencia periódica al gimnasio, hasta llegar a su hombro y base de su cuello. Acarició la piel con la punta de sus dedos y soltó un gemido suave, como un suspiro, al sentir su calor, y por fin algo brilló diferente en esos ojos.

Alfa ¿Niñero? || KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora