XVII

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Dios santo que vergüenza. 

Sentía que podría morir mientras corría por las calles, resbalando por culpa de sus zapatillas lisas y la nieve que suavemente cubría la acera. Necesitaba llegar a su departamento lo más rápido que pudiera para esconderse, y rogar, rogar que nadie lo hubiera notado, que no hubieran visto nada. Con la respiración acelerada y la nariz roja entró en el edificio, y solo corrió escaleras arriba para no toparse con nadie en el elevador.

Cuando ingresó su contraseña con sus dedos fríos y presurosos, simplemente entró y tiró sus zapatillas en el recibidor para tirarse de cara en la cama, con las piernas colgando del colchón. Claro, por su mala posición comenzó a resbalar al suelo, pero solo se dejó a cuerpo muerto hasta quedar incómodo con el cuello doblado, así que terminó por acostarse de espalda sobre la alfombra. 

Cómo era posible... cómo era posible que el olor de KyungSoo haya sido tanto para él, pero tan abrumador, que lo pudo llevar a tal extremo de... excitación. No podía, no podía dejar de pensar en la horrorosa sensación de ser consciente de esa parte de su cuerpo justo cuando los niños estaban teniendo un momento tan conmovedor con su padre. 

Que horror, que horror.

Y no es que fuera un puritano alérgico a su propio cuerpo y a sus reacciones, sino que pasara solo por unas simples feromonas, y en público, con niños presentes, con un adulto presente que no tenía ningún tipo de relación de ese tipo con él, y que de hecho no tenía más relación con él que una amistad platónica. Quería morir, esa era la sensación que tenía mientras se cubría la cara con ambas manos. 

Al menos podría decir que nadie lo notó, pero si era obvio que salió huyendo de esa casa tan rápido como pudo, y era obvio que KyungSoo notó que su cercanía le era incómoda. Esperaba que no lo malentienda, o que creyera que por salir con su ex esposo, él estaba enojado. Y no es que estuviera feliz, de forma personal, pero sabía que no era su asunto si ellos salían o no, y de todos modos, los niños estaban felices porque sus padre se reúnan.

Pero una erección... pudo haberse enojado, o puesto a la defensiva porque el omega no solo tenía el olor de sus propias feromonas encima, sino que tenía el fuerte aroma de las feromonas de otro alfa, que dio por hecho debía ser Tao, y eran bastante fuertes, así que definitivamente era un alfa dominante como decían los niños. Pero no, ninguna de esas dos opciones eran buenas para su cuerpo, tenía que ser la más incómoda y adolescente reacción. Rodó por sobre la alfombra hasta quedar acostado sobre su estómago; de todos modos ya no había nada que pudiera hacer, ya había sido embarazoso, y no podía volver el tiempo atrás, pero cada vez que cerraba un poco los ojos le volvía la escena como un flash. 

Al menos, sacando algo en limpio, ahora si estaba completamente seguro que las veces que encontró aromas cítricos eran las feromonas de KyungSoo. Tenía un olor intenso a limón, como a la cáscara cuando lo exprimes. Y ese aroma le era realmente hipnotizante, sinceramente le gustaba a pesar que tenía tendencia al gusto por aromas en general más dulces, y en feromonas pasaba similar, tendía a buscar las que se parecieran a las suyas. Pero las de KyungSoo olían de maravilla, así que agradecía la vuelta de Tao, pero no quería volver a encontrar los aromas mezclados, prefería evitarlo. 

Y no sería mala idea no estar presente cuando esos dos se vean por un rato si es que siguen enlazados por lo que queda de año mientras él tenga que trabajar ahí. No podría seguir resistiendo, y no quería pasar otra vez por un episodio así de vergonzoso. Guardar distancias con él mientras la presencia de Tao de vueltas era la mejor opción, si señor, de todos modos, las ocasiones en que podía estar con KyungSoo no eran tantas.

Otra vez giró sobre su cuerpo para mirar el techo. Ahora que dejaba de hundirse en la vergüenza, sentía el cuerpo sumamente cansado; estaba más tenso de lo que podría admitir esperando que KyungSoo vuelva a casa, pero no sentía que fuera por celos al menos, o si es que eran celos, eran en menor medida. Su mayor preocupación era que la pudiera pasar mal, o terminaran discutiendo o peleando en esa cena, y volviera un omega claramente deprimido a casa, fingiendo estar bien para que sus hijos no se preocupen. Parece que juzgó demasiado mal el cómo podrían interactuar ambos, un vínculo los unía, no es como que pudieran actuar de forma desinteresada uno del otro, o como que pudieran odiarse.

Alfa ¿Niñero? || KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora