Capitulo 21: La profecía perdida

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La luz de la sala se atenuó inmediatamente, de modo que parecía que estaban sentados en el claro de un bosque al anochecer y aparecieron estrellas en el techo. Hubo exclamaciones y gritos contenidos de asombro al parecer esta sería una clase totalmente diferente todas las demás.

—Echense en el suelo —les indicó Firenze con voz sosegada— y observan el cielo en él está escrito para los que saben ver el destino de nuestras razas—Sasuke se echó sobre la espalda y miró al techo una titilante estrella blanca le hacía guiños desde lo alto—Ya sé que en la clase de Astronomía habéis estudiado los nombres de los planetas y de sus lunas —prosiguió Firenze con voz queda—y que han trazado la trayectoria de las estrellas por el firmamento. Los centauros llevamos siglos desentrañando los misterios de esos movimientos. Nuestros hallazgos nos han demostrado que el futuro se puede vislumbrar en el cielo...

—¡La profesora Trelawney nos daba Astrología! —exclamó Parvati levantando la mano—Marte causa accidentes, quemaduras y cosas así, y cuando forma un ángulo con Saturno, como ahora —trazó un ángulo recto en el aire—significa que hay que extremar las precauciones al manejar cosas calientes...

—Eso son tonterías de los humanos —dijo Firenze con serenidad la mano de Parvati descendió con languidez—Daños triviales pequeños accidentes humanos — continuó el centauro, y sus cascos se oyeron sobre el húmedo musgo del suelo—En el contexto del universo, esas cosas no tienen más relevancia que los correteos de las hormigas, y no les afectan los movimientos planetarios

—La profesora Trelawney... —empezó a decir Parvati dolida e indignada

—... es un ser humano —la atajó Firenze escuetamente—Y por lo tanto está cegada y coartada por las limitaciones de vuestra especie.

—Quizá Sybill Trelawney pueda predecir no lo sé —prosiguió Firenze con la charla—pero en general pierde el tiempo con esas estupideces halagadoras que los humanos llaman «leer el futuro» En cambio, yo estoy aquí para explicaros la sabiduría de los centauros, que es impersonal e imparcial nosotros buscamos en el cielo las grandes corrientes del mal y los cambios que a veces están escritos en él podemos tardar cien años en estar seguros de lo que estamos viendo—Firenze señaló la estrella roja que Harry tenía justo encima—En la década pasada vimos indicios de que los magos vivían un periodo de calma entre dos guerras. Marte, el rey de la guerra, brilla intensamente sobre nosotros, lo cual sugiere que la batalla podría volver a estallar pronto. Los centauros podemos intentar predecir cuándo sucederá quemando ciertas hierbas y hojas, y observando el humo y las llamas...

Fue la clase más inusual a la que había asistido jamás. Quemaron salvia y malva dulce en el suelo, y Firenze los invitó a buscar ciertas formas y algunos símbolos en el acre humo que se desprendía de las hierbas, pero no pareció que le preocupara ni lo más mínimo que ninguno de los alumnos viera los signos que él describía. Contó que los humanos no eran muy buenos en aquel arte y que los centauros habían tardado muchos años en dominarlo; concluyó diciendo que de todos modos era una tontería poner demasiada fe en aquellas cosas, porque hasta los centauros se equivocaban a veces al interpretarlas. Firenze no se parecía a ningún profesor humano que Harry hubiera tenido hasta entonces. Daba la impresión de que su prioridad no era enseñarles lo que él sabía, sino hacerles comprender que nada, ni siquiera los conocimientos de los centauros, era infalible. Apenas sonó la campana  los alumnos salieron en fila con cara de perplejidad para su siguiente clase que en caso de slytherin tenían historia de la magia en el segundo piso.

Desafortunadamente el tiempo de los visitantes del pasado tubo también que terminar ese tarde, hubo una despedida pequeña organizada por el director donde les explico lo que pasaría cuando regresaran a su tiempo por lo que no debían preocuparse si alterarían alguna cosa ya que volverían al momento exacto que desaparecieron porque no recordarán nada. Entre tanto, los TIMOS cada vez estaban más cerca algo que los profesores y Hermione seguían recordando a los alumnos. Todos los de quinto estaban más o menos estresados a excepción de Sasuke que incluso aprovechó para cobrar las asesorías extras, después de echarse a llorar durante la clase de Herbología y afirmar, entre sollozos, que era demasiado tonta para aprobar los exámenes y que quería marcharse cuanto antes del colegio Hannah Abbott fue la primera en recibir una pócima calmante de la señora Pomfrey. 

Un Uchiha En Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora