~ ENIGMA ~
Stefan
Observé el expediente una más de tantas veces, intentando comprender por qué Aleksandre me envió a una niña de diecinueve años cuya experiencia en el campo se limitaba al entrenamiento como actividad de ocio hacía tan poco tiempo.
Arianna Volk Pierce.
Alemania.
26 de febrero.
Hija única.
Adoptada.
Demasiado importante para los líderes de Creciente. Porque de no serlo, el Líder y el segundo al mando de cierta manada no me tendrían en la mira.
Sabía que era hija de Sebastian, él y su esposa decidieron adoptarla, sin embargo, no había nada más acerca de su procedencia además de la nacionalidad Alemana. ¿Y a mí por qué me interesaba? Mi existencia se limitaba al cuidado de mi manada y de mi familia, Ryan era mi punto débil. Confiaba en Aleksandre, pero me resultaba difícil no comportarme como el padre sobreprotector que era.
Solté un suspiro, levantándome del escritorio para dejar la computadora a un lado y me acerqué al ventanal negro que daba hacia la zona de entrenamiento, desde mi despacho. Ella se encontraba allí conversando con mi hijo desde hacía un largo rato, ambos sentados en el piso cuando ella no estaba haciendo movimientos lentos como demostración.
Le dije a Aleksandre que la observaría durante una semana, y que si no conectaba con mi hijo su apreciada protegida se iría de regreso a Creciente. Al parecer eso no había sido nada difícil para ella, pues tuvo la atención total de mi hijo durante todo el tiempo que permanecieron en la zona de entrenamiento.
¿Por qué se empeñaba en dar pelea? A pesar de ser una loba en realidad parecía un ángel mensajero enviado a la tierra temporalmente para cumplir una asignación de Lo divino.
Resultaba difícil imaginarla en una lucha. Sus facciones eran suaves, delicadas y bien definidas; su rostro un lienzo repleto de pecas y sus ojos de un tono casi esmeralda, almendrados, sin embargo, sus irises se notaban más grandes de lo que se podía llamar normal. Era de figura delgada, atlética y no tan alta, pero al mismo tiempo no tan baja. Su cabello castaño (en ese momento atado) acariciaba sus hombros descubiertos haciendo un curioso contraste con su piel blanca.
—Y aún así, tendré que ser su guardaespaldas, además de vigilarla como un niñero.
Bufé, molesto. En ese momento sentí el olor de alguien que conocía muy bien. Permanecí cerca del ventanal aún cuando escuché la puerta abrirse minutos después.
—Hermano.
—¿Hiciste lo que te pedí? —Pregunté, sin mirarlo.
—Sí, Chris dice que estará lista para ésta noche —palmeó mi hombro en señal de apoyo.
Lo encaré, imitando su gesto.
—Te lo agradezco.
—Seguro. —Se sentó frente al escritorio, poco después dejé de observar el entrenamiento casi por terminar de mi hijo, para volver a mi tarea anterior.
—¿Es su expediente? —Zack señaló la computadora.
Asentí.
—¿Aún dudas de ella? ¿No la viste?
Coloqué mis manos encima del escritorio y clavé mis ojos en los suyos.
—¿Qué se supone que deba ver? —Mi frente se arrugó por puro instinto—. ¿Que es una irreverente y que por ser de una manada poderosa como la suya se cree…?
—Debes ver —me interrumpió, justo cuando en su rostro de imbécil apareció una amplia sonrisa que he deseado borrar desde que tenía memoria—, que la enviaron aquí para que se distrajera. No está bien, como tal vez ya pudo observar desde su trono, mi rey —se levantó y rodeó el escritorio hasta estar justo detrás de mí, tomando mis hombros giró mi cuerpo ligeramente hacia la derecha, donde a través del ventanal me recibió la imagen de Ryan y Arianna jugando a algo que parecía ser una lucha cuerpo a cuerpo—. Es demasiado transparente.
Aparté sus manos de mis hombros, molesto.
—Yo solo veo a una niña que intenta parecer mala.
Se carcajeó, volviendo a su lugar.
—¿Y tú qué ves? —Pregunté, curioso.
Sus cejas se elevaron cuando fingió estar en modo pensativo.
—Solo un poco más que tú, hermano. Por desgracia tengo un gran porcentaje de tus genes, eso me hace medio estúpido.
—Al menos aceptas que tú también lo eres —Solté una risa.
—Arian es especial.
—No me digas —me hice el sorprendido—. Ya hasta le tienes un diminutivo, que diferentes somos.
Se encogió de hombros dando la vuelta en la silla giratoria para observar hacia el ventanal.
—Eso hace la amargura —bromeó—. Solo mira, Stefan, tu hijo está fascinado con esa chica.
—Lo sé. Pero no nos sirve de nada si puede traer problemas a futuro.
—¿Qué problemas podría traernos? ¿No has dicho que es como una niña pequeña?
Me mordí la lengua para no decir la estupidez que se me iba a escapar.
Era característico de Zack ser tan parecido a mí físicamente, tan diferente en carácter y mi vista cuando mis ojos no podían ver tan profundo. Mentiría si dijera que sus burlas no eran un alivio en mi día a día, tenía razón al llamarme amargado, últimamente rara vez tenía motivos para reír.
Era mi hermano, mi amigo, mi consejero y el segundo al mando en nuestra manada. Hubiera preferido estar en su lugar y no ser yo quien tuviera que heredar el legado de nuestro padre. A través de los años había tenido que luchar con su sombra entre nuestra gente; aunque éramos sus hijos, Zachary y yo éramos muy distintos a él.
Desde nuestra infancia aprendimos a repugnar los hombres de su tipo. Contrario a lo que creímos, desde que cumplí los dieciocho años se largó de la manada, pues al ser por legado yo el nuevo Líder tal vez temió por su vida y huyó como el cobarde que era. De haberlo querido encontrar ya lo hubiese hecho, pero escuchar su nombre no era algo que me resultase agradable; mientras no se acercara a mi familia no nos interesaba saber más de él.
Nunca me interesé por los temas relacionados con la manada, solo me centraba en entrenar apesar de ser lo suficientemente fuerte para acabar con mis adversarios. Mis entrenamientos no eran sutiles, todo lo contrario, a ellos le debía mi falta de delicadeza la mayor parte del tiempo; pues me concentraba en ello buscando ser lo suficientemente ágil y astuto como para enfrentar a seres poderosos e igual de cerdos que mi padre.
—¿Tan difícil es darme una respuesta?
Solté un gruñido.
—No me molestes.
—¿Te comieron la lengua? —Se rió.
—Dejame solo, tengo trabajo que hacer. Por favor lleva a tu sobrino a darse una ducha en cuanto él y su entrenadora acaben sus actividades recreativas.
Se levantó, sin borrar su sonrisa cínica.
—Como ordenes.
Salió del despacho dejándome sumido en mis cavilaciones.
La noche llegó más rápido de lo que esperaba y me decidí a dejar el trabajo para llegar temprano a nuestra cena familiar, cena a la que se había sumado una hembra con carácter tergiversado…
Un jodido enigma.
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Insomnio © [+18]
Про оборотнейLibro #2 Serie «Wachsend». Arianna Volk, una jóven gamma que pertenecía a Wachsend, la manada más poderosa del Mundo oculto, se había visto obligada a vivir acontecimientos muy dolorosos para su vida, que la habían llevado a refugiarse entre luchas...