~ PALABRAS SILENCIOSAS ~Stefan
Amanecí junto a su puerta, como un gamma que se siente privilegiado al poder asumir la tarea de cuidar de su Líder.
Arian estuvo despierta toda la noche, lo sabía. Escuchaba el activo ritmo de su corazón, cada respiración y me preguntaba; si esa imposibilidad de conciliar el sueño ambos la teníamos por causa de la maldición.
Cuándo escuché el agua cayendo contra las baldosas observé mi reloj, el cual marcaba las seis de la mañana. Decidí ir hasta mi habitación, para también darme una ducha y descansar la vista al menos por unos minutos.
Mientras avanzaba en mi rutina de higiene, no podía dejar de pensar en las cosas que me contó la noche anterior. En cómo salió de sus labios el motivo por el cual la maldición del dolor la alcanzó.
Sin duda ella era una flor del desierto.
Una hembra valiente, determinada, fuerte y capaz.
La mujer de ojos grandes, verdes e inquisidores; de voz dulce y carácter inquebrantable.
Ella me atraía a su presencia como un imán, atraía mi mirada con su delicada belleza, mis oídos con su voz, me enojaba como nadie y ponía a colgar de un hilo todo lo que había en mi reserva de autocontrol.
Arianna Volk estaba poniendo patas arriba toda mi supuesta estabilidad, y yo quería ese caos que significaba tenerla en mi vida.
Cuando me encontraba bajando las escaleras para ir hacia el comedor y tomar el desayuno, decidí saltarmelo e irme directamente a resolver los asuntos prioritarios con nuestra conversación aún activa en mi memoria.
Asigné un buen grupo de gammas en puestos de vigilancia con el muro de piedra y la cabaña como objetivos. Y me encargué de supervisar la instalación de cámaras ocultas en lugares casi impensables.
Tras la instalación me adentré al bosque con Delilah y otros dos deltas, buscando cualquier mínimo rastro de la posible vampiresa que estuvo espiando a Arianna.
Era más fácil pensar que se trataba de alguien relacionado con su manada, pues solo lleva unas semanas en mi territorio y no había manera de que pudiera tratarse de algo que tuviera que ver con nosotros.
No encontramos nada, más allá de lo que Delilah encontró en la madrugada.
Solo me quedaba revisar las cámaras ya instaladas, principalmente esas que tuvieran al menos la posibilidad de haber captado algo acerca de la posible intrusa.
Me encontraba en mi despacho, observando a la castaña luchando con Ryan, y siendo jodidamente floja con él. Quería enseñarle toda la teoría antes de llevarlo a la práctica, yo no estaba de acuerdo con eso, pero había decidido entrometerme lo menos posible.
Ella sabrá lo que hace, cómo y cuándo lo hace.
Estaba a punto de empezar a revisar las grabaciones de seguridad, cuando mi teléfono sonó, reclamando mi atención.
—¿Sí?
—Líder —la voz de mi jefe de seguridad se escuchó al otro lado de la línea—, hay un individuo de nuestra raza que pide verlo personalmente. ¿Lo dejamos entrar?
—No, retenlo —contesté—. Iré enseguida.
Colgué.
Me ajusté la pistola plateada a mi cintura, cargada de balas compuestas por nitrato de plata y salí de mi despacho. Me encaminé hacia los portones que daban acceso al mundo exterior, fuera de los muros de mi manada. No andaba con provisiones de ropa para después de transformarme, porque no pretendía hacerlo.
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Insomnio © [+18]
Hombres LoboLibro #2 Serie «Wachsend». Arianna Volk, una jóven gamma que pertenecía a Wachsend, la manada más poderosa del Mundo oculto, se había visto obligada a vivir acontecimientos muy dolorosos para su vida, que la habían llevado a refugiarse entre luchas...