~ ATARAXIA ~Arianna
Cuando mis ojos se abren, la sonrisa que ilumina mi rostro surge de inmediato. La sensación que se instala en mi pecho es de pura satisfacción al saber que pude hacerlo, que pude cerrar los ojos y dormir profundamente sin experimentar sueños indeseados.
—Nuestra técnica dió excelentes resultados.
Doy un respingo.
Mi mirada lo busca hasta dar con él, recién duchado, vestido completamente de negro. Se sienta en la cama y se inclina para colocarse las botas mientras yo lo miro como quien contempla el primer rayo de sol al amanecer.
El sentimiento que crece en mi pecho precede la complacencia que me inunda poco después.
¿Así será cada vez que despierte junto a él? ¿Me sentiré tan ligera y conforme con todo a mi alrededor, como si estuviera justo en el lugar al que pertenezco?
—Buenos días —mi voz se escucha rasposa y la garganta me escuece. Estiro mi cuerpo y me sirvo un vaso de agua, sintiendo su mirada sobre mí.
—Buenos días —responde.
Mientras tomo mi vaso de agua observo cada uno de sus movimientos por el rabillo de ojo.
—¿Cómo te sientes? —pregunta al levantarse para poder colocar los bordes de la camiseta por dentro de sus pantalones.
—Aliviada —admito—, como si me hubieran quitado un enorme peso de encima.
—Me complace escucharlo —susurra con complicidad, sonriéndome con la mirada.
—¿Cuánto dormí?
—Dos días.
Mi boca se abre ligeramente.
—¿Y tú? —inquiero—. ¿Pudiste hacerlo?
Él niega.
—No pude. Aunque, no me desespero —me dedica su recurrente sonrisa ladeada, mientras entorna los ojos en mi dirección—. Sé que solo es cuestión de tiempo. En cualquier momento voy a terminar rendido junto a ti y pensarás que estoy muerto.
—No digas eso —suelto una risa leve—. ¿Cuánto tiempo llevas así?
Se queda pensativo.
—Desde ese ataque a mi manada en el que asesinaron a Rachel.
Trago en seco.
—¿Hablamos de…?
—La edad de Ryan.
—Seis años —concluyo.
Él asiente.
—Eso es demasiado, Stefan.
—Cierto —su sonrisa tiembla—. Pero sé que algún día sentiré tanta paz como para volver a descansar.
Al terminar de arreglar su ropa vuelve a sentarse en la cama, más cerca de mí.
—Poco a poco siento que vuelvo a vivir, Arian —extiende su brazo hasta rozar mi mejilla con sus nudillos.
Ese mínimo contacto hace que tiemble. Ese toque tan ligero hace que mi piel se erice, protestando por más.
—Y tú tienes mucho qué ver con eso —susurra, delineando mi barbilla—. Todo, diría yo.
Permanecemos en silencio durante unos segundos en los que cierro los ojos y me permito disfrutar de su caricia.
—¿Cómo te sientes con todo esto?
—Favorecido —dice a penas termino la pregunta—. Eres muy preciada para Lo divino, ángel.
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Insomnio © [+18]
LobisomemLibro #2 Serie «Wachsend». Arianna Volk, una jóven gamma que pertenecía a Wachsend, la manada más poderosa del Mundo oculto, se había visto obligada a vivir acontecimientos muy dolorosos para su vida, que la habían llevado a refugiarse entre luchas...