~ CAPARAZÓN ~
Stefan
Sorprendentemente no dijo nada de camino a la mansión.
Teclee un mensaje rápido en mi teléfono.
Puede que se me haya escapado, pero no pararé hasta descubrir quién rayos estuvo observándola a esas horas de la noche.
Nos adentramos a la casa y subimos juntos las escaleras, yo llevando su maleta y ella delante de mí.
Me vi obligado a desviar la mirada del frente.
Ella llegó a su habitación en el ala para invitados y se detuvo a esperarme. Yo había ralentizado mis pasos por mero instinto de supervivencia.
—Apresúrate —dijo en un susurro apenas audible, casi con temor.
Me tragué un gruñido.
—Voy. ¿Por qué susurras? —pregunté subiendo los últimos dos escalones.
—Es casi medianoche, los demás deben estar durmiendo —caminó hasta llegar a la puerta y adentrarse al pasillo de las habitaciones y detenerse en la del fondo.
—No lo creo —conocía a los lobos lo suficiente como para saber que a esta hora hacían de todo, menos dormir.
—Pues con más razón, termina con esto de una vez si no quieres que nos vean —dijo, tratando de abrir la puerta con más de la mitad de la llave fuera de la cerradura.
Me detuve enfrente de ella.
—¿Qué pasa si nos ven? —Le quité la llave, sin tocarla y la introduje hasta el fondo.
—Van a empezar a especular... cosas.
—¿Qué tipo de cosas? —Abrí la puerta.
—Cosas acerca de nosotros —levantó la mirada hacia mí—, que te relacionas con otra hembra, además de las que forman parte de tu familia, por ejemplo.
—No me importa.
—Que bien. —Tomó su maleta y se adentró a la habitación con toda la intención de cerrarme la puerta en la cara.
—Arianna —mi llamado la detuvo.
—Dime —levantó el rostro para mirarme directo a los ojos y clavar su mirada en lo más profundo de mi ser.
—Quiero asegurarme de que estés bien.
Noté el momento justo en el que dejó de respirar.
—¿Quieres quedarte conmigo? —preguntó, incrédula.
Era sorprendente que aún no se enterara de lo que era capaz de hacerme.
Me tenía pegado al ventanal blindado que daba hacia el área en la que entrenaba con Ryan, desde el primer día.
Me hacía tener más ganas de estar en la cabaña a altas horas de la madrugada y estaba al pendiente de las cámaras todas las noches, solo para saber la hora exacta en la que decidía salir de la mansión.
—Por tu seguridad. Y porque quiero estar contigo.
Sus ojos escanearon todo mi rostro.
—No estamos en la cabaña, Stefan.
—Hablo en serio cuando digo que no me importa lo que piensen de nosotros —dije al borde de la desesperación.
Ese pequeño vínculo (que digo, eso sucedía mucho antes de los rasguños que le hice con mis colmillos) me hacía parecer un desquiciado, me hacía querer estar pegado a ella, verla y sentirla cerca de mí a cada segundo.
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Insomnio © [+18]
Hombres LoboLibro #2 Serie «Wachsend». Arianna Volk, una jóven gamma que pertenecía a Wachsend, la manada más poderosa del Mundo oculto, se había visto obligada a vivir acontecimientos muy dolorosos para su vida, que la habían llevado a refugiarse entre luchas...