Un plan simple, pero efectivo y disfrutable. Muchos pensaban que para poder divertirse fuera de casa era necesario realizar más pasatiempos como ir de compras, parar en una cafetería, jugar en los recreativos... Cierto era que dichas cosas ayudaban a pasar un buen rato, pero no eran necesarias cuando, sólo con estar juntos, era más que suficiente diversión. Así fue para Daiki. No habían salido de aquel parque en toda la tarde, y no le importó. Pasear y charlar también le gustaba. Así como Ichiro le contó sobre que era adoptado y que no conocía a sus padres biológicos, él consideró que era justo resumirle las partes más importantes de su vida como lo era su familia y el inicio de su amistad con Eiji, aunque omitió decir algo sobre su enfermedad, sobre el incendio de la panadería y sobre sus anteriores expulsiones de escuelas por pegarse con otros niños. Parecía que no, pero hablar sobre dos o tres temas de manera profunda consumió las horas de luz.
Estaba deseando volver a salir con él. Ah, y con Eiji también. Quería pasear con ellos, ir a sitios que desconocía y divertirse. ¿Quién iba a decirle que socializar con amigos era tan placentero? No se lo hubiera creído. Llegó a casa con una sonrisa en el rostro, sus padres estaban aliviados de que, al fin, su hijo estuviera saliendo de su cascarón de metal y anhelara relacionarse con gente de su edad. Era una buena señal y les tranquilizaba ser conscientes de que habían tomado la decisión correcta al mudarse a Tokio.
-¡No tan fuerte, vas a salpicar fuera! -exclamó el chico a su hermana. Esta le había pedido, casi suplicado, que se bañara con ella, que le apetecía sentarse en la tina y disfrutar un rato del agua caliente en su cuerpo sumergido. Por lo tanto, ahí se encontraban en el servicio de arriba, metidos en la bañera repleta de unicornios de goma de diferentes colores, un par de barcos de juguete y un delfín azul grande de plástico, ambos hermanos cara a cara.
-¡No soy yo, es el señor Aletas! ¡Él es muy fuerte y controla mi mano, waaah splaaash! -volvió a sumergir de golpe el juguete, salpicando de nuevo, aunque un poco menos. Las gotas llegaron hasta el rostro de Daiki, quien se había cubierto a tiempo con los brazos.
El chico no le dijo nada más, sólo reprimió las ganas de reír por los efectos de sonido que Yoko daba a sus movimientos.
-¿Y el señor Aletas que hará? Tiene dos barcos con unicornios a bordo en su mar. -miró ambos barquitos. No sabía cómo se mantenían en pie con los otros juguetes encima, pero parecía una escena surrealista. Unicornios piratas... Vaya idea.
-¡Este es mi mar y no me gustan los visitantes! -Yoko puso la voz ronca y más grave para imitar lo que supuestamente era el tono de un hombre. Con su mano libre, sujetó uno de los barcos sin sacarlo del agua. -¡Oh, no, señor Aletas, perdón, no sabíamos que este era tu mar! -hizo una representación de uno de los unicornios con otro tipo de voz. -¡Pero no podemos irnos, hay un tesoro cerca!
-Verás tú el tesoro... -comentó Daiki para sí mismo en alto.
-¡Aquí no hay tesoros, lo sabría! -respondió el señor Aletas. -¡Sí hay un tesoro! ¡Y SON TUS TRIPAS WUAJAJAJAJA! -al parecer, los unicornios piratas no eran tan inofensivos.
-Joder, qué bestia ha sido eso. -emitió una risa floja.
-¡Yoko, Daiki, ya es hora de salir, se os va a quedar el agua fría! -Tanjiro les habló desde el pie de las escaleras, por lo que utilizó un volumen alto para hacerse oír.
-Y todavía no te has lavado el pelo... -comentó el muchacho.
-¡Es que quiero que lo haga nii-chan, y estaba jugando!
Daiki soltó un bufido por la nariz, manteniendo una sonrisa.
-Está bien, date la vuelta. -Yoko hizo caso y le dio la espada, arrastrando el trasero. -Y la cabeza hacia atrás, mirando al techo. -tomó agua de la bañera en el cubo de madera que usaban y se la echó a su hermana a partir de la línea frontal del cabello, evitando la cara. Lo empapó dos veces más antes de tomar el champú con aroma a caramelo que tanto le gustaba a ella y comenzar a masajear su pequeña cabeza con él.
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Kimetsu no Yaiba: Next Generation
Fiksi Penggemar¿Alguna vez te has preguntado qué sería de nuestros jóvenes protagonistas en un mundo distinto, una dimensión alternativa en la que su hogar es la época moderna? Este spin-off de El Ascenso del Dragón cuenta las historias de Daiki, retoño de Tanjiro...