16. Primera Sección.

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—¿Quieren que yo sea su primer modelo? —interrogó Wladimir con una evidente expresión de sorpresa— ¿Por qué?

—Porque te ajustas al perfil que busco—recalcó David— Eres alguien que ha pasado por algo caótico, algo difícil de superar y aun así lo lograste.

Al oír aquello Paula miró a Wladimir confundida. Él siempre lucia alegre y muy animado.

¿Qué tuvo que suceder para aquella tan positiva vibra se apagara por un tiempo?

—¿Y eso que tiene que ver conmigo? —interrogó el tatuador sin entender nada todavía de lo que quería hacer su amigo

—Todo... Querido amigo...—rio David— Lo que te pasó a ti es algo inusual... Y si cuentas tu autosuperación y como has mantenido intacta tu dignidad... De seguro muchas personas van querer también comentar sus testimonios. Y, sobre todo, eres apuesto... —enfatizó lo último con tono "sensual" guiñándole el ojo a manera de broma a su amigo. —No hay nada más misterioso que un hombre atractivo con una historia trágica —mofó haciendo referencias a los estándares actuales en cuanto a ideales amorosos.

Wladimir soltó una risa.

—No creo loco... Yo no soy para nada fotogénico —aseguró con algo de humor— Sabes que en mis redes sociales la mayoría fotos que tengo son de mis trabajos —comentó

—Sí lo sé —espetó el fotógrafo — Pero eso no tiene nada que ver... Además, Paula está de acuerdo conmigo. ¿Verdad? —interrogó está vez mirando a la muchacha quien esta vez fingía leer el periódico, pero en realidad, intentaba entender qué clase de historia fatal invadía por dentro al tatuador

Precisamente por eso Paula no escuchó la pregunta.

—¿Paula? —llamó David con un tono ligeramente alto que hizo que la chica dejara de "leer"

—¿Sí?

—Tú y yo estamos de acuerdo en que Wladimir sea primer el modelo de mi E-book. ¿Cierto?

Ella observó levemente a aquel muchacho churón y asintió con una leve sonrisa.

—¿Lo ves? —musitó el fotógrafo— Eres nuestra única y mejor primera opción, loco. ¡Ayúdanos!

En ese instante Wladimir observó a Paula. Ser parte del proyecto sería una perfecta excusa para tenerla cerca.

Conocerla más y así tener un poco de noción sobre lo que ha pasado últimamente a la vez que aclaraba sus inquietudes respecto a lo que él consideraba sentimientos.

—¡Está bien loco! —articuló aún con algo de inseguridad— Tienen que enseñarme como posar —enfatizó perdido en la mirada de la mujer.

De acuerdo —sonrió Paula— Aunque no es necesario posar —lo miró levemente también perdiéndose también en la mirada recíproca de Wladimir

David simplemente intentaba no interrumpir aquella especie de coqueteo.

Aun así, todo lo que se creía que era magia se desmoronó cuando llegó la orden de café y bizcochos.

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Cristina Echeverría estaba en su habitación realizando algunas tareas de su instituto, ya que mañana volvería a trabajar en el Bar y no tendría otro día libre hasta nuevo aviso.

Sin embargo, no podía concentrarse por dos motivos.

El primero se trataba de Paula...

Desde su perspectiva aquella chica lucia mal en el baño, estaba segura de que su malestar no era simplemente por una migraña, más bien parecía algo distinto...

EL CIGARRILLO FUGAZ (En Proceso y Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora