5. Presentaciones.

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En aquella puerta, Wladimir estaba divisando a la dulce mujer de sus últimos sueños en un ambiente más cercano comprobando que era realmente como la recordaba.

—Pues no, todavía no he tenido el placer de conocerla —musitó sonriéndole a Paula.

—Adentro te lo presentó galán —Martín lanzó una pequeña risa antes de hacer entrar a todos a su casa.

Paula miraba con detalle al chico de cabello rizado, hoy estaba más apuesto que ayer. Ambos estaban nerviosos porque sabían que no sólo se dijeron sus nombres, sino también se sedujeron mutuamente sin necesidad de estar cerca.

A lado de Wladimir estaba un joven que parecía ser la misma edad de él con pelo ondulado, tez morena clara, ojos grises y estatura notablemente alta. Usaba un short negro, un gorro blanco y una camiseta azul.

—¡Paula! ¡Él es David! Un gran amigo de tanto tiempo —proclamó Martín— ¡David ella es Paula!

—¡Hola! —dijeron ambos al mismo tiempo.

—El chico que no deja de mirarte es Wladimir —ahora presentó a Paula con ese apuesto muchacho que en efecto no hacía más que mirarla— ¡Wladimir! ¡Ella es Paula!

—Hola —Wladimir dio un beso en la mano de Paula— Mucho gusto

—Mu... Mucho gusto —sonrió levemente analizándolo un poco.

—Muy bien David ¿Por dónde quieres comenzar? —preguntó Martín a su viejo amigo.

—¿Qué te parece si comenzamos por el departamento de tu vecina? Sobre todo, para no incomodarla en la noche —respondió David quien empezó a sacar su equipo fotográfico y acomodó las cámaras—¿Puedes ayudarme?

—¡Yo lo hago! —dijo Paula con una extrema curiosidad hacia a la filmadora que David sacaba de su maleta.

David aceptó y le indicó a Paula como colocar los equipos y limpiarlos para finalmente poner el ángulo necesario para las fotos y filmaciones.

Wladimir seguía cada movimiento de Paula sigilosamente. Era mucho más hermosa que hace horas y encontrarla aquí sin duda era una señal que no iba a dejar escapar.

David probaba las cámaras y vio como la chica que estaba a su lado parecía estar familiarizada con una de ellas.

—Paula... —pronunció— ¿Tienes idea de cómo usar estas cámaras?

—Un poco —argumentó ella— Tengo un leve conocimiento ya que hace años ingresé a un curso de fotografía y recuerdo bastante sobre los enfoques —concluyó moviendo el lente de la cámara.

—¿Te gustaría ayudarme un poco? —interrogó con intriga— Así talvez recuerdas algunas cosas y aprender otras que te puedan servir.

—Ohh... Está bien —concluyó ella colocándose la cámara en el cuello y siguiendo las instrucciones del fotógrafo.

Los cuatro llegaron a la casa de la vecina y comenzaron con la filmación del documental.

David iba con Martín adelante mientras que Wladimir y Paula iban detrás a una distancia considerable.

—Así que vives aquí —susurró Wladimir acercándose lentamente.

—Por el momento, sí —respondió ella plantando su mirada en él.

—Entonces ahora podré visitarte por la puerta o mejor, por el balcón —rio el chico correspondiendo la mirada intrigante que le daba la muchacha.

—Me encantaría ver como subes por el balcón —dijo en un tono de broma, pero con algo que aún el joven no pudo descifrar.

EL CIGARRILLO FUGAZ (En Proceso y Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora