18. Estragos.

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Desde la sala solitaria de una clínica lejana a la ciudad, estaba Antonio sollozando por todo lo que estaba sucediendo y podría suceder más después.

Su madre Julia estaba en terapia intensiva mientras que su tío René quedó en un coma aparentemente temporal.

La incertidumbre junto con el miedo lo hacía caminar de un lado al otro, jalándose con brusquedad el cabello y perdiendo poco a poco la cordura.

Fue entonces que Wladimir llegó demasiado consternado en busca de respuestas...

—¿Qué fue lo que pasó? —cuestionó él incrédulo de que su tía y padre estuviesen aquí internados.

—Mi madre está luchando por su vida y tu padre... —susurró Antonio con tono desatinado y poco alentador —No se sabe cuándo va a despertar... O si lo hará...

En aquel instante la vista del tatuador parecía nublarse y su cuerpo quería derrumbarse nuevamente en suelo tal como sucedió en la cúpula hace algunas horas... No pudo articular alguna palabra, en cambio derramó unas pequeñas lágrimas que intentó ocultar, se mordía el labio, sus ojos reflejaban una mezcla de ansiedad y miedo mientras esperaba noticias del médico".

Para él, todo esto parecía ser una jodida pesadilla.

Antonio también estaba en silencio, rezando mentalmente por que surgiera un rayo de esperanza para sus familiares...

Y por el momento, Wladimir tan solo pensaba en René.

Porque a pesar de tanta discordia, ese hombre aún seguía siendo su padre.

Y estaba seguro que tampoco merecía estar aquí... Luchando entre la vida y la muerte...

Los primos Martínez se quedaron en silencio por un instante, hasta que llegó el doctor con noticias poco prometedoras.

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Paula no podía pegar un solo ojo durante la madrugada ya que la preocupación por aquel tatuador, no la dejaba hacerlo.

Cuando estaban en la Torre de la Iglesia, Wladimir recibió una llamada que perturbó aquel ambiente que se estaba creando entre ellos.

Era la segunda vez en el día que sucedía lo mismo.

Aun así, cuando lo vio desplomado en el piso, no tuvo otro instinto que ayudarlo a levantarse e intentar saber que sucedía...

Wladimir le comentó lo que pasaba y que debía irse lo más antes posible...

Paula comprendió y lo dejó irse pronto.

Una parte de ella quería ir con él y ayudarlo a la vez que así podría estar un poco más junto a él.

Sin embargo, no era pertinente estar ahí. ¿O sí?

Antes de ir a la clínica el muchacho, la dejó en casa y prometió llamarla.

Y Ella esperaría aquella llamada fuera cual fuera el tiempo de espera.

Para distraer su mente intentó ver una película para ya quedarse dormida... Sin embargo, nada podía quitarle este insomnio...

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El amanecer había llegado de manera inevitable, y Wladimir aún se sentía abrumado por las palabras que le dijo el doctor.

EL CIGARRILLO FUGAZ (En Proceso y Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora