Diario Agrícola Del Doctor Li Jin

28. El médico milagroso salva a madre e hijo en la puerta fantasma

A decir verdad, cuando Li Jin oyó estas palabras, por su mente pasaron innumerables pensamientos.

Por ejemplo, con tres taeles de plata se podían comprar dos piezas de tela, y con una pieza de tela se podían hacer cuatro camisas largas.

Con tres taeles de plata se podían comprar tres meses de carne para el joven, de la que se come todos los días.

Con tres taeles de plata también se podían comprar tres cortes de papel Xuan, con el que se podían copiar libros sin necesidad de secarlos durante tanto tiempo como con el papel de hoja de bambú.

......

Cuando el doctor Wu vio que Li Jin no respondía durante mucho tiempo, pensó que se trataba de una negativa silenciosa.

Sólo pudo decir: "El señor Li está ocupado con sus deberes, así que soy yo quien le ha acosado".

Li Jin dijo: "En realidad no, puedo. Pero realmente no tengo mucha experiencia en la práctica de la medicina, así que en ese caso, vendré a verte después de clase todos los días del próximo mes y te haré primero una receta, y podrás hablar de agosto después de que creas que es factible, ¿te parece bien?".

Era cierto que no había escrito muchas recetas de medicina china.

Pero como académico, aún tenía en la cabeza lo que necesitaba aprender.

Además, en su época, muchas recetas de medicina china estaban abiertas al público, por lo que era mucho más fácil aprender que en la antigüedad.

El doctor Wu no esperaba que ésa fuera la última idea que propondría Li Jin.

¿Cómo no iba a estar de acuerdo?

Así que dijo: "En ese caso, mencionaré la tarifa de la consulta de julio al tendero, y se te subvencionará un poco, y luego se incluirá el almuerzo".

Li Jin aceptó de inmediato.

El joven había dado a luz a principios de junio, y para cuando acabara julio, en agosto ya estaría casi bien.

Tenía que ganar más dinero por sí mismo.

Chen Xiran vio que Li Jin estaba dispuesta a sentarse dos horas al día por un tael o tres taeles de plata.

Eran cuatro horas, y para cuando Li Jin regresara a la aldea, probablemente serían más de las siete.

Él mismo había podido comprar un colgante de jade y un pisapapeles por unos pocos taels de plata.

Sintió profundamente que no había sido fácil para Li Jin, y de repente se arrepintió de haber ayudado a ese doctor Wu a encontrar a Li Jin.

¿No sería mejor dejar que Li Jin tuviera más tiempo para estudiar sus deberes?

¡Todavía tiene que hacer los exámenes el próximo febrero!

Pero como Li Jin ya había aceptado, era inútil que dijera nada en ese momento.

Por suerte, Li Jin tiene un gran sentido del autocontrol y no dejará de hacer los deberes.

Fue a casa de Li Daniu para preguntar si vendían tela de algodón, pero Li Dainu le dijo que no.

"Mi esposa ni siquiera puede tejer una al mes, y no se vende en el pueblo, así que ya no teje".

Li Jin preguntó: "Si encargo uno, ¿cuánto me costará?".

Li Daniu dijo que no recordaba el precio y que se lo preguntaría cuando su esposa volviera de lavar la ropa.

Cuando Li Daniu terminó la frase, sacó las piezas de xiangqi y dijo: "Mi esposa volverá en el tiempo de una taza de té, así que podemos jugar una partida".