Extra 1°

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Jennie odiaba llegar tarde a clases, menos si seria durante su clase favorita, la de ingles. Muy curioso puesto que ella era coreana, y hablaban coreano en su casa, pero a ella le iba mejor en el otro idioma. No habia dormido muy ayer, le costaba pegar el ojo en la noche y termino leyendo sentada en su cama, despertándose mas tarde de lo acostumbrado. Cruzo la entrada, esquivando ágilmente a los estudiantes en el pasillo para llegar al salón. Un pequeño pensamiento le llego.

¿Dónde estaría Lisa Manoban?

Hizo una mueca, sin entender muy bien el porque debia pensar en ella. Desde el inicio de clases le sucedía, de vez en cuando la pelinegra de ojos verdes acudía a sus pensamientos. Era absurdo, ella no se implicaba directamente con la chica, simplemente observaba a Rose fastidiarla a ella y sus amigos. Nunca intervenía, solo sonreía a su mejor amiga. Además, Manoban era cierta manera... irritante para Jennie, su presencia la alteraba. Por ello no la defendía de las constantes burlas que recibía, igual la ojiverde podía defenderse. Y tambien, no quería perder el adorable rostro que hacia Lisa cada vez que peleaba con Rose.

Se detuvo en pleno pasillo.

¿Qué acaba de pensar?

Sacudió la cabeza, debía de ser el sueño. Fue nuevamente en camino a su clase, ahora rezando para no cruzarse a la perdedora de Manoban en todo el día. Pero la mala suerte le dio una patada mental, al entrar por la puerta y pedir disculpas por su retraso, allí estaba. Suspiro fastidiada, no entendía el porqué, pero en verdad no quería ver a Lisa. el único asiento libre era uno junto a la ojiverde, la castaña estaba pensando en simplemente dejarlo ser, ni que fuera a hablarle. Solo la tendría que soportar esta clase, era al parecer la única que compartirían por hoy.

Mientras caminaba varios chicos la miraban embobados, ella sonrió coquetamente ya que en secreto disfrutaba un poco al saber que la encontraban linda. Se fijo brevemente, no quería darle importancia, la ojiverde estaba con el rostro escondido tras un libro alzado. Jennie arqueo una ceja ¿Qué pretendía? Tomo asiento mirando al frente, captando todas las explicaciones de la profesora Raquel. Anotaba los apuntes limpiamente en su cuaderno.

Después de unos veinte minutos, por la vista periférica, observo un pequeño movimiento a su izquierda. El asiento donde estaba Lisa. sin querer parecer interesada le lanzo una mirada de reojo, abrió los labios sorpresivamente al verla. El libro que cubría el rostro de Lisa había resbalado de la mesa, dejando ver a una ojiverde dormida. Jennie se sorprendida ¿Quién podía dormir en inglés? Si la materia era maravillosa, Jennie no podría.

Aun sabiendo que Lisa no le veía le lanzo una mirada de reproche, se sentía indignada, lo demostró apartando el rostro y mirando la clase. Pero una pequeña curiosidad le hizo volver a verla, quería asegurarse que en verdad la chica dormía.

La ojiverde habia cambiado de posición entre sueños, estaba con los brazos cruzados sobre la mesa y la cabeza recostada en ellos, con el rostro hacia Jennie. La castaña la observaba sin darse cuenta, aun con parte de su atención en la clase. Lisa dormía con los labios entreabiertos y su cabello ligeramente revuelto por el movimiento, un mechón negro cubría su frente. Respiraba lentamente y parecía muy tranquila.

Después de una hora, toda la atención de Jennie se la había ganado la imagen durmiente de la ojiverde, ni ella misma se habia percatado de aquello. De lanzarle miradas fugaces habia pasado a observarle fijamente, con la barbilla apoyada en su mano.

Un pensamiento tonto llego a la castaña: Lisa Manoban era muy linda. Al menos al dormir, Jennie se justifico. La observaba descaradamente, su rostro, cejas, labios y ese adorable mechon de pelo cruzándole el rostro.

Detuvo su respiración rápidamente al ver a Lisa arrugando la nariz, sintió un incómodo cosquilleo en su estomago al pensar que la ojiverde la pillaría mirándola, pero se removió un poco hasta que finalmente cambio de posición escondiendo la cara entre sus brazos. Inconscientemente la castaña fruncio el ceño, rápidamente frustrada, por no tener mas la visión del rostro de Lisa dormido.

Después se dio cuenta de lo tonto que era aquello y decidió volver a ver la clase, un poco confundida por su actitud. Abrió los ojos al ver la pizarra repleta de oraciones y conjugaciones que no entendía muy bien, habia perdido el hilo de la clase y por ello no comprendía que tema estaban viendo. Maldijo interiormente e intento guiarse por su libro de texto.

--Señorita Kim—le llamo la profesora, sonriendo. Jennie era una de sus menores estudiantes y necesitaba que diera el ejemplo --¿Podría pasar a la pizarra para completar la siguiente oración?

Jennie trago fuertemente, mirando lo que decía en el pizarrón sin tener idea alguna.

--Yo... disculpe, profesora. No... entendí muy bien, no sabría como ¿podría volver a explicarlo, por favor? —dijo con el rostro ardiendo, todos la observaban sorprendidos y la profesora Raquel se mostraba igual.

--Por supuesto, veamos si esta vez puede lograr comprender, señorita Kim—dijo amablemente dirigiéndose a explicar la conjugación en el pizarrón nuevamente.

Jennie asintió, copiando todo y queriendo dejar de sentir vergüenza por lo ocurrido. A su lado Lisa hizo un pequeño ruidito entre sueños, Jennie se obligo a si misma a no voltear a verla. Ya a pocos minutos de terminar la hora de Ingles, la peor clase que habia tenido hasta ahora, volvió a ver a Lisa que, increíblemente, seguía dormida.

Jennie le fulmino con los ojos, recogiendo sus cosas y queriendo salir lo mas pronto posible. Culpando a Lisa de lo sucedido en clases, todo era culpa de ella, por ello la ojiverde le caia tan mal.

Al escucharse la campana salio de primera, sin importarle ver si la ojiverde despertó, estaba enojadísima con ella. Todo era su culpa, idiota Manoban. Aquel pensamiento la acompaño todo el dia, incluso aquella noche minutos antes de dormir. Le fue mal en su clase de Ingles todo por culpa de Lisa Manoban y su tierna forma de dormir, arrugando la nariz y haciendo ruiditos adorables ¿Qué estudiante dormía durante clases? (Muchos...)

Si la ojiverde hubiera estado despierta en la clase, nada de eso hubiera sucedido. Si, todo era culpa de ella. Lo que Jennie no comprendía era que no tenia sentido echarle la culpa a Lisa. era de ella misma por lo que, sin ser consiente, comenzaba a sentir por la ojiverde. De todas formas, Jennie empeoraría con el pasar de los días, solo quedaba desearle suerte.























Rivales - Jenlisa -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora