Rivales - Jenlisa -

Extra 7°

--¿Llevas dinero para el almuerzo?—pregunto Naiby, por quinta vez.

Jennie rodo los ojos, divertida por la preocupación de su madre.

--Si, mama. Descuida, tengo prisa, voy tarde—recordó al ver la hora en su móvil.

Faltaban veinte minutos para entrar a clases, si quería llegar a tiempo y llevar a Rosé, todo a la vez. Era mejor apurarse.

--¿Ruby? —pregunto la pequeña Ella, desayunaba junto a su padre mientras sonreía a su hermana --¿Cuándo viene Nuggets? Lleva mucho tiempo sin jugar conmigo—hizo un puchero.

Jennie frunció los labios, divertida, colgándose la cartera del hombro y comiendo una galleta del tarro sobre el refrigerador. Ella comía las veinticuatro horas del dia, no se cansaba.

--la has visto hace dos días, cuando llego de sorpresa con Rosé —apunto, sonriendo aun por el agradable recuerdo de aquella tarde.

Ver a Lisa con su hermana menor era de sus actividades favoritas, le parecían super tiernas. Incluso, el fondo de pantalla de su móvil era una foto de Lisa y Ella posando, la ojiverde hacia una mueca graciosa mientras la niña le daba un beso en la mejilla. Si en algún momento del dia sentía la necesidad de ver a sus dos personas preferidas, solo bastaba con desbloquear el aparato y allí estaban ¡Era perfecto!

(yo quiero y necesito esa foto)

--Eh, no. Ya van... mmm—la niña dejo de comer para contar con los dedos, como le enseñaron en la escuela –Van ochenta y dos horas, desde que no veo a Nuggets—las matemáticas no eran su fuerte.

--Son cuarenta y ocho horas, enana—la corrigió.

--Como sea—la niña rodo los ojos, Jennie le daba la razón a su ojiverde, a veces Ella se parecía tanto a Jennie que daba miedo –El punto, es que no la veo hace muchísimas horas, seguro ella me extraña—dijo completamente segura.

¿lo peor de todo? Jennie sabia que su hermana tenía razón, Lisa vivía preguntando por la pequeña niña y jugando con ella, cada vez que podía.

--Bah, no creo—bromeo, le mostro la lengua a una Ella con el ceño fruncido –Me extraña más a mi—aseguro.

--¡Mentira! Tu eres fea, yo soy linda, claro que me extraña más a mi—movió la mano, como si Jennie fuera inferior. (Ella Rules, chiks)

Naiby observaba a sus dos hijas, sonriendo, mientras colocaba mas sándwiches en el plato de su esposo. Se dieron una mirada dulce, al parecer hoy alguien no dormirá en el sofa.

--¿Fea? ¿Yo? —Jennie coloco una mano en su pecho, riendo con gracia --Soy increíble, tus celos me dan ternura—apretó las mejillas de su hermanita, esta se removio lejos de sus manos.

--¡No estoy celosa! —comprobado científicamente, estas dos son hermanas y nadie puede negarlo.

--Por favor, todos piensan asi—estaba bromeando, su hermanita indignada era un acto digno de ver. Fue por la cocina, hablandole, mágicamente una manzana estaba en sus manos y le daba un mordisco –Hasta Lisa, ella piensa que soy hermosa—sonrió como tonta, recordando que la ojiverde se encargaba de remarcarle lo perfecta que era, cada que tenía oportunidad.

Alejandro quiso hacer un comentario de padre celoso, basto una mirada fulminante de Naiby, para hacerlo callar. Suficientes experiencias traumáticas con una cabello enojada, para el resto de año. (Además, el sofá no es cómodo)

--¿Nuggets? —la niña achico los ojos, confundida, Jennie cubrió su boca para no reir.

¡Por dios, esa reacción fue tan Lisa Manoban! Al parecer la pequeña niña era una combinación de ambas, como si fuera su propia hija, el corazón de Jennie se hincho de felicidad ante la idea.