Epilogo

5.4K 200 30
                                    

Lisa estaba abriendo la puerta levemente, evitando emitir cualquier ruido, no queriendo despertar a la durmiente, aún. Su esposa le había ordenado despertar a la niña, sus suegros se encontraban en un crucero por el mediterráneo y las dos adultas estaban encargadas de cuidar de la adolescente, hace dos semanas desde que llegaron a la casa.

Despertar a la chica de dieciséis años ya formaba parte de la rutina, ya que Lisa era la única capaz de interrumpir el sueño de la chica sin terminar lastimada. Si su esposa intentaba despertar a su hermana menor normalmente terminaba golpeada por una almohada o recibía quejidos negativos de la niña, por esa razón Lisa era la encargada de levantarla todas las mañanas.

--Eh, despierta bella durmiente—comenzó diciendo la ojiverde, sentándose en el borde de la cama y sacudiendo levemente sus piernas.

--Mmm—fue lo único que recibió como respuesta.

Lisa inspecciono el cuarto de la chica, aun sin levantarse de la cama, algunas revistas y la ropa regada por el suelo. El ordenador estaba encendido y mostraba la aplicación de ¡Tunes abierta, parecía que alguien se quedo hasta tarde escuchando canciones de The 1975. Lisa sonrío, era en parte su culpa que la adolescente tuviera una obsesión con esa banda y Lana del Rey ya que desde pequeña la ojiverde le regalaba discos de sus artistas favoritos para su cumpleaños.

--Vamos, Ellie, tienes que despertar—Lisa insistió una vez mas lanzándose juguetonamente sobre el cuerpo de Ella Kim bajo las mantas.

Ella volvió a gruñir acurrucándose mas en la cama e intentando apartar a su ojiverde favorita de encima, aun no entendía como su hermana soportaba por Lisa todos los días. Era muy entusiasta y lo peor era que le daba resultado, siempre las dos hermanas terminaban obedeciendo a Manoban.

--No, Lis, vete—dijo jadeando por la falta de aire cuando Lisa volvió a lanzarse aplastando su estomago –¡Ahg!

--Si no quieres otro ataque sorpresa, levántate—la amenaza iba enserio y Ella sabia eso.

Aun así, se resistió, ayer había durado hasta tarde escuchando música y mirando por la ventana, ella quería dormir al menos unas... doce horas mas, si, aquello se escuchaba de maravilla.

--Déjame.

--pero ya es de mañana, tienes que ir al instituto—le intento quitar la almohada de la cabeza forcejeando durante un rato.

Ahora por culpa de la ojiverde la castaña estaba mas despierta de lo que quería estar, ella gruño nuevamente. Se resignaba a moverse de la cama, eso hasta que algo de lo que dijo Lisa le llego con claridad a la cabeza: instituto.

De un salto se incorporo en la cama, logrando hacer caer a Lisa de culo al suelo. Ella se rio un poco, su cuñada podría tener veintisiete años, pero a veces era casi tan infantil como ella. Ni hablemos de su hermana, Jennie aun saltaba por los regalos el dia de navidad.

--¡Tengo que cambiarme, se me hace tarde! —la menor de los Kim pego un salto corriendo al cuarto de baño, parecía entre emocionada y feliz.

--Pero ¿ahora porque tanto entusiasmo? –Lisa rascaba su cabeza formando una mueca ya que le dolía el trasero ¿Por qué los pisos de madera debían de ser tan jodidamente duros? ¿Cuál era la necesidad?

Ella volvió a salir del baño quitándose el pijama y cambiándose a trompicones por unos shorts y un jersey, Lisa alzo su ceja observando el apuro de la chica.

--Descuida, Ellie, aún faltan veinticinco minutos. Puedes llegar—aun así, Ella le miro sacándole la lengua – aun asi Ella le miro sacándole la lengua y con los ojos brillantes, cepillando su cabello.

Rivales - Jenlisa -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora