5. 𝑇ℎ𝑎𝑛𝑘 𝑢, 𝑛𝑒𝑥𝑡

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Desde que pise la entrada del edificio Royal necesité urgentemente ahogarme en un kilo de helado para cesar mi llanto. Tuve la fortuna de no encontrarme en el camino al señor Seok, el encargado del edificio. La primer persona que conocí cuando me mudé, es un hombre muy dulce, él abuelo de toda la instalación. Es jubilado y ni con ello abandonó el edificio, creo que nadie dejaría que se fuera, se ganó el amor de todos y está es su casa.

Él repartidor no se digna a aparecer con mi pedido, se que la lluvia es un impedimento, aunque, cada vez que hago un pedido es entregado en la puerta de mis vecinos. La señora Jong -una anciana de setenta años y cercana al señor Seok,- espantó al pobre chico en una ocasión gritando que ella no pidió nada. Llamándolo ladrón....

Generando que el señor Seok llegue en lo que canta un gallo con el pecho en alto salvando a su damisela. De hecho, desde aquella escena inefable comenzamos a bromear con Taehyun sobre que ellos llevan una relación a escondidas. Ninguno tiene hijos y pareja...

Pero eso no es importante ahora.

Mi mente no deja de atormentarme con los recuerdos lindos que tuve con Jin Ho, completamente angustiada de que nuestro tiempo se convierta en una separación oficial. No quería alejarme de él más de lo que ya estoy.

El sonido del timbre llama mi atención, me levanto de mí sofá verde tratando de controlar mis sollozos y me acerco a la puerta desganadamente. ¡Ja! Que no piense pedirme propina porque no la merece por llegar tarde.

Abro la puerta esperando ver al repartidor pero no es él, hago el ademán de cerrarla y una mano grande y bronceada se sitúa en la misma.

—¿Bella que te sucedió?

—Sólo es una irritación por cortar cebollas, Tae. No te preocupes —contesto y lo veo poner los ojos en blanco—. Por favor no estoy de humor, me gustaría estar sola...

Tan típico del señor Kim es no escucharme, creo que se está volviendo más viejo de lo que es porque de todos modos ingresa a mi departamento. Que bueno que no lee la mente, no le gusta cuando me mofo de la edad que tiene.

—Los amigos estamos siempre, no te dejare sola en este estado —tiene el ceño fruncido, relaja el gesto y me estrecha entre sus brazos, intento evitar que salga el sollozo que tengo guardado—. Además, dejaron un kilo de helado en mi puerta...

Se lo arrebato de las manos. Otra vez...

—¡Eso es mío! Ya es como la cuarta vez que pasa, mi sospecha de que el repartidor tiene un amor platónico contigo es cada vez más real —ríe cubriéndose la boca.

—Ahí estás de nuevo, me alegra que seas una parlanchina como siempre.

¿Parlanchina? Si, está claro que es un viejo.



—¡Otra romántica no por favor!

Me cubro los ojos exasperada.

—¡Oh vamos! Es una película nueva y dicen que es muy linda.

Taehyun está parado frente a mi con el control en la mano izquierda buscando películas, totalmente embelesado con los nuevos estrenos de una pagina de internet. Quiero darle una nalgada por el exuberante trasero que ven mis ojos, no, mejor dejo mi mano quieta en el sillón debo recordar que él no es un hombre de mi edad que tolere aquellas bromas.

Posteriormente de tomar una ducha caliente por orden del señor Kim, decidimos pasar la noche viendo películas.

No sabía que se trataría de películas románticas.

Género del cine que aborrezco. ¿En qué cabeza entra ver películas de cierto género en pleno luto amoroso? Por supuesto, a quien más que a mi mejor amigo y vecino.

𝑇𝑟𝑖𝑝𝑙𝑒 𝑂 | 𝚁𝙴𝚃𝚁𝙾𝚄𝚅𝙰𝙸𝙻𝙻𝙴𝚂 𝙸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora