La gruta neón

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Habían pasado tres meses aproximadamente desde la llegada de Aaron, es decir, ya eran mediados de julio. Ahora se conocían mucho mejor. Un día tranquilo se encontraban sentados en el suelo de la sala contándose anécdotas de tiempos pasados.

Era el turno de Aaron, quien contaba una anécdota familiar con un poco de melancolía. Repentinamente se percató de algo: cuando Raquel hablaba de su familia solo mencionaba a su madre.

―Oye, ahora que recuerdo, nunca he oído de algún otro familiar tuyo además de tu madre. ¿Tienes más familia? ¿Qué fue de tu padre? Claro, si no te molesta hablar de ello.

―La verdad no lo sé. Mi madre nunca me comentó de nadie más, ni siquiera de mi padre, prácticamente conozco la palabra por leerla.

―¿En alguno de esos libros? ―dijo Aaron señalando al librero para cambiar el tema, ya que no quería incomodar a Raquel.

―Esos mismos.

―¿Has leído todos?

―Una gran parte. También hago otras cosas en el día, ¿sabes?

―Bueno... De cualquier manera has leído bastante.

―Supongo.

―Recomiéndame algo para leer, quizá así dejes de decir que soy un inculto.

―¿Qué preferirías leer? ¿Terror?, ¿ficción?, ¿algo más filosófico quizá?

―Solo que no tenga palabras complicadas, como las que usas a veces, por favor.

―¿Otra vez con eso? Vamos, "entelequia" no es una palabra complicada, eres un inculto simplemente.

―¡¿Cómo quieres que conozca una palabra que nadie usa?!

―¡Dile eso a Aristóteles!

―Mejor yo escogeré el libro.

Aarón comenzó a revisar el librero desde arriba hasta abajo, en busca de algún libro de su interés. Llegó al final del último estante, en el cual vio un libro con un lomo de un atractivo morado mezclado con azul que decía "la gruta neón".

―¿De qué es este libro? ―preguntó Aaron tomándolo.

―¿"La gruta neón"? Nunca lo he leído, pero creo que es una investigación científica.

La portada poseía la imagen de una gruta iluminada por un bello color neón en las paredes. Aaron comenzó a hojear el libro mientras Raquel se acercaba. En las primeras páginas había información de los autores: Elena Santberry, una importante botánica, además de Yahir Fold y Eric Noon, ambos científicos microbiólogos.

El libro era acerca de una expedición a una gruta recién explorada en medio de algún bosque. De acuerdo a los autores era un lugar peculiar, pues sus paredes brillaban de un intenso azul neón, aunado a las peculiares especies de plantas endémicas nunca antes vistas. Al parecer, anteriormente se había tratado de investigar, sin embargo, accidentes o desapariciones misteriosas acababan con los intentos. Finalmente se abandonó la idea por el peligro, al menos hasta la investigación ahí relatada.

Ahora, ¿por qué en una investigación principalmente de botánica había involucrados varios microbiólogos? Pues, al parecer, fueron llamados por Santberry por posibles patógenos extraños descubiertos en dicha cueva.

El descubrimiento de la gruta en conjunto con sus extraños seres fue exorbitante para el mundo. Con el paso del tiempo se descubrieron características similares a las de organismos antiguos, no modernos. ¿Sería acaso un lugar relacionado al inicio de la vida?, ¿una cueva del tiempo?

Por esas mismas razones la investigación se volvió más grande, ya que Fold y Noon tenían esperanza en descubrir alguna medicina revolucionaria con inspiración en esas nuevas especies con cualidades únicas. Todo eso ocurrió aproximadamente dos años antes de la catástrofe producida por las esporas.

Espora MoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora