Constelaciones en la niebla

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―¿Por qué decidiste encargarte del cultivo? ―preguntó Aaron a Ana.

Se encontraban regando las plantas. Entre ellas había albahaca, cebolla, tomate y caléndula.

―No hay nada más que anhele hacer, es así de sencillo. Estoy en paz conmigo misma.

―¿Contigo misma?

―Sí, soy feliz estando aquí sin nada más que hacer, no hay nada de lo que me pueda arrepentir de no hacer. Además, me gusta estar aquí. No todo es una meta o un anhelo, pero eso se relaciona con sentirte bien contigo.

―Entiendo.

―Y ¿tú por qué quisieras ayudar? ¿Por qué soñabas con hacer un cultivo en tu aldea?

―¿Por qué se volvió mi sueño?... ―hubo un silencio―. Había olvidado la razón: alguien me lo pidió.

Aquella plática fue el día anterior al que...

―Así que esta es tu última noche aquí.

―Lo es, esperar más no sería correcto.

―Para aprovechar más el tiempo te irás al amanecer, ¿cierto?

―Cierto.

―¿Alguien te acompañará?

―Desafortunadamente no. Gael dijo que no puede solicitar que un guardia me acompañe por la falta de personal, por lo tanto tendré que pedir ayuda en la próxima aldea, con suerte alguien de ahí sí lo hará.

―Espero que sea de esa forma.

Debido a la hora del día, ya era difícil distinguir sus figuras dentro de la casa. Qué se le haría. ¿Qué debían decir ante una despedida? Caminaron juntos hasta sus cuartos en silencio.

―¿Dijiste que los celulares servían para la comunicación?

―Sí, lo dije el último día en la cabaña.

―¿No crees que serían grandiosos para momentos como este?

―Lo serían...

Ya no se podían ver cara a cara, ya no podían saber si los ojos del otro estaban cerrados, apagados o brillaban como estrellas, ya no podían cambiar de decisión... o ¿sí podían? "No tomes una decisión hasta que Raquel esté con un pie fuera de la aldea".

―¿Alguien te lo pidió? Es una forma extraña de conseguir un sueño. No es una respuesta que haya escuchado de nadie más ―dijo Ana el día antes de la noticia.

―Teniendo en cuenta eso, ya no estoy seguro de que sea mi sueño.

―Es difícil decir de dónde surge un sueño. Lo importante es que estés seguro de qué es lo que quieres.

―Lo que quiero es alcanzar esa paz que tienes tú, ¿cómo la alcanzaste?

―Viviendo. No es algo que se pueda "alcanzar" es algo a lo que llegas en algún punto. Un punto al que no sabías que debías llegar hasta que estás ahí. Creo que la única forma de llegar es seguir el camino tácito. El problema es encontrar el camino.

Estaba tratando de hallar ese camino. Dos senderos había frente a él, donde su cama. ¿Los dos lo llevarían al mismo lugar? ¿Uno de ellos solo tendría como resultado un barranco? Era momento de dormir.

Ese recuerdo que había sido capaz de olvidar. Esa petición que se transformó en deseo quizá en verdad no era más que los restos de su pasado aferrándose a su autocreencia, a su propia mirada de quién era en la vida: un personaje soporte que ayudaría a los otros a cumplir sus objetivos. Así era su vida. ¿Así seguiría siendo de acompañar a Raquel? Acompañarla, ayudarla, dejarla, ¿qué tan malo era ser un soporte?, ¿qué tan malo era querer no serlo?

Espora MoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora