15 enero 2020
-Señorita, vamos a aterrizar- Escuché decir a una azafata mientras me tocaba el hombro sultilmente para despertarme.
Me estiré disimuladamente mientras sentía como el avión iba bajando, minutos después oigo en megafonía que hemos llegado.
Los Santos, la ciudad dónde me crié y de la cual tuve que despedirme muy pronto.
Cogí mi maleta de la cinta para salir del aeropuerto, iba mirando el móvil cuando choqué con alguien.
-APARTA- Me gritó de forma agresiva el desconocido con el que había chocado.
-¿Perdón?- Dije de forma fría levantando la cabeza al oír una respuesta tan irrespetuosa.
Pude observar un chico de altura media, rubio y ojos azules, vestido de traje con una corbata morada, de algo me sonaba.
-¿Acaso no ves por dónde vas?- Esa voz, es igual.
-Perdona, me podrías decir tu nombre?- Dije de manera amable para poder convencerlo.
-¿Para qué lo quieres saber niña?-Me dijo con el mismo tono de antes mientras me miraba.
-Curiosidad, no voy hacer nada con él, soy nueva en la ciudad- Mentí pero al menos serviría de algo.
-Gustabo con b de bombón- Dijo de forma graciosa, si que era bipolar. Alto, ¡¿GUSTABO?!
-¿Gustabo García?- Intenté que mi voz no sonara cortada, si estaba en lo correcto, lloraría ahí mismo.
-¿Cómo conoces mi apellido? ¿Te conozco de algo?- Me dijo de manera seria al escuchar su apellido.
-S-soy Leah, Gustabo- Dije mientras sentía como mis ojos comenzaban a humedecer se.
-¿L-Leah? N-no puede ser, pensé que no volverías- Dijo de la misma manera que yo.
-N-No hermanito, he vuelto- Le contesté al borde del llanto.
-¡MI HERMANA!- Dijo de repente mientras se lanzaba a abrazarme y aplastandome con sus brazos.
-Si Gus, soy yo, pero me aplastas- Dije de manera difícil mientras lo abrazaba también.
-Lo siento, esque no sabes cuánto me has echo falta estos años- Me dijo mientras me soltaba y me miraba con una sonrisa.
-Tú a mí también rubio, pero sabes que no podía volver hasta terminar mi servicio- Y era cierto, me tuve que marchar de Los Santos a los 15 años para servir en Alemania, pues Los Santos no era seguro y siempre fue mi sueño.
-¿Qué ha sido de ti estos años Gus?- Volví hablar yo, note que tenía la cara con restos de pintura de cara Blanca.
-Bueno, debo contarte, eres la única persona que me queda en estos momentos- Dijo de manera seria mientras cogía mi maleta.
-¿A dónde vamos?- Solté al ver como empezaba a caminar en dirección contraria del aeropuerto.
-Debo contarte muchas cosas hermanita, vamos a una cafetería y lo hablamos- Dijo de manera un poco seria. No me pareció mal, yo aún debería buscarme un lugar para vivir y un trabajo.
Horas después de estar con mi hermano, quedé más confundida que cuando me fui de Los Santos. Gustabo había estado en el CNP y ahora en una mafia, al principio no le creí, pero cuando me comentó lo de Pogo, ahí sabia que iba en serio, es un trastorno que ambos tenemos desde que nacimos, pero yo siempre me tomaba las pastillas, él decía que eran absurdas...
No volví a saber más de Horacio, mi pequeña perla, pero según me ha contado mi hermano están separados, pues el trabaja para el CNP y este último para la mafia. Gus ha decidido que me va a meter en la mafia, pues soy buena con las armas, y no estaba segura, pero siempre me manipula, aún siendo yo más manipuladora que él.No sé como en menos de 6 horas han sucedido miles de cosas, pero ahora estoy camino a la casa de mi hermano.
-Mañana conocerás a los integrantes y a los Jefes, sé que Nadando te aceptará en cuanto te haga unas pruebas- Me comento mientras bajábamos del coche, pude observar su piso, no era muy grande pero si lo suficiente para ambos.
Al entrar vi como en el suelo había botellas y más plásticos en el suelo.
-Gus, ¿por qué no puedes hacer limpieza de vez en cuando?- Dije mientras intentaba no pisar una bolsa de frituras.
-Oh sí, debería hacer limpieza algún día, ya me ayudarás- Dijo de manera tranquila mientras se dirigía al refrigerador y sacaba una cerveza.
-¿Quieres?- Me ofreció mientras me enseñaba la cerveza.
-No gracias, de momento solo quiero dormir- Le contesté mientras bostezaba y me dirigía a la habitacion que me había indicado con la maleta.
Cuando entre abrí la maleta y saqué el pijama, pude observar como la habitacion era de color verde y blanco, una cama mediana con una mesilla y armario, básica pero confortante.
Una vez me metí en la cama caí rendida mientras notaba como los párpados se me cerraban en cuestión de segundos, definitivamente había sido un día largo.
Holaaa, sé que quizá voy muy rápido, pero quería acabar este capítulo de introducción para empezar con la historia de verdad.
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𝕊𝕆𝕃𝕆 𝕋𝕌́ ✔︎𝚈𝚞𝚗 𝙺𝚊𝚕𝚊𝚑𝚊𝚛𝚒✔︎
Fanfiction-¿𝚈𝚘? ¿𝙴𝚗𝚊𝚖𝚘𝚛𝚊𝚛𝚖𝚎 𝚍𝚎𝚕 𝚙𝚎𝚕𝚘 𝚝𝚘𝚖𝚊𝚝𝚎? -𝙲𝚊𝚎𝚕𝚊' 𝚎𝚗 𝚖𝚒𝚜 𝚎𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘' 𝚋𝚘𝚗𝚒𝚝𝚊.