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Ser la única mujer en una mafia podía sonar un tanto raro, pues pensé que no tendría con quien hablar las llamadas "cosas de chicas", pero con estos orangutanes me he dado cuenta de que si puedo por muy mal que suene, como ahora mismo, hablando de temas triviales mientras nos dirigimos a una joyería.

-De pequeño pensaba que el periodo le ocurría a hombres y mujeres, por eso un día salí llorando de mi habitación hacia la de mi madre para decirle que no me llegaba- Todos los presentes en el coche soltamos una carcajada que no podíamos aguantar ante la confusión de Juanjo, mi niño era pequeño aún.

Una vez llegamos nos colocamos cada uno en su lugar, sería mi primera vez negociando, antes solo atendía a los rehenes, pero desde el trato de armas todos confian en que soy buena para esto.

Ayudé a Yun con los rehenes para dejarlos donde el mostrador, una vez colocados, me dirigí hacia la puerta y con el arma en las manos observe los policías que se encontraban al otro lado de la puerta, me relaje y dejé salir mi lado que se parecía a Gustabo.

-¿Con quien tengo el placer de negociar?- Dijo un policía cansando llegando hasta la puerta, una vez levantó la vista pude ver sorpresa en su cara al ver la silueta de una mujer.

-Vaya vaya, ¿dónde vas tú a negociar bonita?- Su tono de sobrado me hervia la sangre, en cualquier momento le soltaba dos tiros, pero aún no era el momento.

-Me aburria y decidí venir a robar una joyería, suele ser de mis pasatiempos favoritos- Le contesté vacilando con el mismo tono que utilizo él.

-Vaya, si la princesita parece de barrio- Habló él en tono burlon.

-Mira guapo, va a ser que no tengo ganas de negociar, ¿qué tal si contamos?- Me miró confundido sin entender, supuse que era nuevo, cualquier policía lo habría entendido.

-10,9,8,7...- Comencé la cuenta atrás mientras retrocedía de la puerta y cogía mi arma en posición.

-4,3,2,1... ¡YA!- se empezaron a escuchar los tiros por todas partes.

-Abatido uno- Hablé por radio al disparar al comisario de las barbas.

-Otro abatido- Está vez fue Nadando de tirados abatido a otro.

Después de unos minutos quedaban 2 policías en pie, acabé a batiendo a uno quedando sólo el superintendente 6 lo comunique por radio.

Bala cuidao'- Escuché por radio a Xiaomi sin saber a lo que se refería, solo estaba centrada en apuntar a Conway, sentí un pinchazo en el hombro, por la adrenalina solo lo ignore hasta que conseguí abatir a Conway.

-He conseguido abatir a Conway-Dije por radio feliz mientras salíamos de la joyería camino a los coches.

Salimos gritando y nos montamos rápidamente en los coches para dirigirnos a la sede.

Una vez entramos hicimos recuento de todo, era bastante cantidad, cuando tenía más conciencia note como mi hombro ardía, giré la cabeza y vi la herida de bala en este, note la sangre seca y nueva en mi brazo.

-¡Leah! pol dioh' qué te desangla'- Dijo Yun llegando a mi lado y colocando un pañuelo en mi hombro haciendo presión.

-Solo ha sido un roce de ba-... No termine la frase ya que sentí como me dormía al no tener fuerzas, note como unos brazos me cogían por la cintura.

Desperté en mi habitación con el hombro vendado, recordé todo y escuche un crujido, levante mi vista y pude ver a Yun con un vaso de agua y una pastilla, se sentó en el borde de mi cama junto a mí.

-Wow, ¿desde cuando tan caballeroso Kalahari?- Le dije de forma graciosa a ma vez que cogía el vaso junto a la pastilla.

-Casi te noh' dehmayah' en el salón, habíah peldio' mucha sangle Leah- Me dijo en un tono ¿preocupado?
Termine de tomarme el agua y la pastilla y me senté en forma de indio junto a él.

-Gracias- Dije en un susurro casi inaudible, quería agradecerle pero tenía mucho orgullo.

-¿Cómo? puedes lepetilo, no te he ehcuchao bien- Me contestó de forma burlona mirándome a los ojos.

-Gracias- Dije mientras cogía un cojin y le daba en la cabeza con este.

-Ehh, con esah no Lubia- Comenzó a hacerme cosquillas, me eché hacia atrás mientras seguía haciéndome cosquillas y no podía parar de reir.

-Ya-ya pelo tomate- Dije intentado recuperar el aire y volver a sentarme.

-¿Cuántah veceh te he dicho que no me digah' así me cago en puta- Me hablo a la vez que se acercaba a mi, comencé a reírme sin parar por su expresión.

-¿Qué te hace tanta glacia pitufilla?- Se acercó a mi de manera que nuestras respiraciones chocaban, cuando deje de reír me di cuenta de que estaba mirándome a los ojos fijamente, imite su acción y pude ver como bajaba la mirada a mis labios, hice lo mismo con los suyos, ¿quería besarlo y él a mí? me pregunte a mí misma.
Mi cabeza dió un golpe de realidad y me di cuenta, ¿esto hará con todas? me aparté lentamente y él confundido también se levantó de la cama.

-Buenas noches pelo tomate- Me despedí burlona mente sabiendo que le molestaba.
Se giró y me sacó la lengua como un niño pequeño, me dio demasiada ternura. Pero no iba a caer, este está acostumbrado a todas caigan por él, bien Kalahari, no voy a ser una de tu lista.

𝕊𝕆𝕃𝕆 𝕋𝕌́  ✔︎𝚈𝚞𝚗 𝙺𝚊𝚕𝚊𝚑𝚊𝚛𝚒✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora