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-Leah deberías colocarte en aque-

-Sí Jhon, ya sé donde tengo que colocarme, no hace falta que me digas que hacer, no soy una niña- La cara de confusión de Jhon me hizo sentir mal por unos segundos, pero no tenía ganas de explicarle nada y mucho menos pedir perdón.

-Bueno perdona doña enfados- Vi como suspiraba y me encaminé a mi lugar.

-Bien, en 5 minutos llegarán los de la otra banda- Escuché a Armando por radio avisando y agarré mi arma en posición, era un trato de armas con otra banda que no conocíamos de antes.

-Buenas tardes- Un hombre alto con una máscara de búho se colocó justo delante de mi manteniendo distancia.

-Acabemos con esto de una vez- Contesté intentado no sonar brusca, escuché quejas por mi radio de los demás integrantes.

-Bueno, parece que venimos enfadados ¿no niña?- Aquello fue la gota que colmó el vaso, agarré la Ap que llevaba y disparé al suelo justo a su derecha muy cerca de su pie.

-Mira imbecil, no estoy para tus jueguecitos y menos para tus apodos, asi que lo de niña te lo metes por dónde quieras- Mi voz sonó más enfadada de lo normal, pude ver que se ponía tenso y se aclaró la garganta.

Porfín habíamos acabado aquel trato de armas, esta vez iba en helicóptero con Armando, Gustabo y Juanjo.

-Oye hermanita... No es posible ser entrometido, pero has estado genial, deberías usar tu mal humor más veces- Le dediqué una mirada que quizá hubiera helado el infierno, haciendo que cambiará su expresión y mirara de nuevo hacia alante.

Nadie volvió a decir nada más en todo el trayecto hasta que llegamos a casa, la cual nada más llegar subí a mi habitación sin decir una palabra.
Sabía que me estaba comportando como una niña pequeña, pero lo de Yun me dolió, darme cuenta que me tomaba como una niña ¿me estaba tomando el pelo?

Decidí salirme a la terraza y sentarme en una tumbona, serían las 11 de la noche, comencé a tener frío, llevaba unos shorts deportivos junto a una camiseta básica.

Escuché un ruido detrás mía pero no quise girarme, sería cualquier animal o alguien pasando por la puerta, me abracé a mi misma para entrar en calor, no quería entrar dentro estando todos en la cocina.

-Te vas a congelal- Esa voz, esa maldita voz que conocía tan bien.

-A ti que te importa- Había sonado muy seca, pero a estas alturas no me importaba.

-Mucho, aunque no lo clea'- Escuché como se acercaba a mi tumbona y lo vi de reojo que estaba de pie a mi derecha mirando el cielo al igual que yo.

-Si has venido a decirme que soy una niña chica por enfadarme, te recuerdo que ya lo has hecho- Escuché un suspiro por su parte y ví como negaba con la cabeza.

-Ele' muy cabezota, pelo tienes lazon, no debí llamalte niña- Casi me atraganté con mi propia saliva, ¿se había disculpado? ¿el mismo Yun Kalahari que yo conocía? no me lo podía creer.
Giré la cabeza en su dirección y observe como se sentaba en el borde de mi tumbona.

-Eso no va a solucionar nada Chino- Noté como se tensaba al escuchar ese apodo, sabía que no le gustaba que yo le llamase así, como "todo el mundo"

-Lo sé, pelo me mata velte y no podel molestalte o acelcalme a ti- Mi corazón comenzó a latir demasiado rápido al escuchar esas palabras.
Vi como se desabrochaba la chaqueta que llevaba para después quitársela, confundida levanté la espalda de la tumbona para intentar descifrar lo que hacía.

Sus manos se acercaron a mi cuerpo con la chaqueta entre ellas con demasiado cuidado, como si tuviera miedo de que me fuera apartar, noté el tacto de la chaqueta sobre mis brazos cuando se dispuso a colocarme la chaqueta, mi cuerpo no respondía, solo me dejé llevar y sentí como me trataba como si fuera algo demasiado valioso.

-¿Acabas de decir algo bonito?- Me escuché decir porfin cuando me abrochaba la chaqueta para después volver a su postura inicial, nuestras rodillas seguían tocandose aún así.

-¿No podías sel tú un poquito caliñosa también?- Vi como rodaba sus ojos y se le escapaba una sonrisa.

-Uy perdón jefe de la mafia, no sabía que tenía sentimientos- Mi voz sonaba burlona y sentí que se me pasaba el enfado, pero ¿por qué? yo debería estar enfadada aún.

Antes de que pudiera responder noté unos brazos en mi cintura que me atrajeron hacia él, haciendo que el pelirrojo quedara ahora sentado sobre la tumbona y a mí entre sus piernas.

-Sabe' que solo tú puedes conseguil sacalos lubia- Noté como dejaba un suave beso sobre mi cabeza.

-Aún no sé si te he perdonado Kalahari- Fruncí el ceño e intenté levantarme, mi intento fue en vano pues apretó el agarré en mi cintura y me pegó más a su cuerpo.

-No te va' a escapal tan lapido de mí- Escuché un carcajada sobre mí cabeza sacándome una sonrisa.

-Sabes que no eles una niña pala mí- Ya no hablaba en voz alta, susurraba de forma suave pero que también podía oír.

-Oye Yun...- Mi mente recordó aquellas palabras en el coche.

-¿Mhm?- Noté como apoyaba su mentón sobre mí cabeza.

-Es verdad que cuando acabe todo esto... ¿Vas a irte a vivir lejos de aquí?- Escuché un suspiro por su parte.

-Leah, sabe' que esto no va a dulal pala toda la vida, pelo sí, quielo ilme a vivil lejos, pelo no solo-

-Con quién te vas a ir ¿Con Juanjo y Tonet?- Solté una pequeña risa imaginándolo.

-Contigo Leah, contigo- Mi corazón comenzó a latir de nuevo a 1000 por hora, ¿había dicho eso o me lo he imaginado? Realmente lo había dicho.

Me acurruqué más entre su cuerpo apoyando la cabeza sobre su pecho mirando el cielo, quizá yo también querría irme a vivir con él, ¿pero y si algo salía mal?

𝕊𝕆𝕃𝕆 𝕋𝕌́  ✔︎𝚈𝚞𝚗 𝙺𝚊𝚕𝚊𝚑𝚊𝚛𝚒✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora