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-¡Leah! Arriba, hoy es tu primer día en el taller- Me despertó Armando asomándose por la puerta de mi habitacion. Me tapé con la sábanas quejándome, no quería levantarme.

-Vaamos Leah, que llegarás tarde- Armando se acercó a mi cama para acariciar mi cabeza e intentar despertarme.
Suspiré rendida y me levanté de la cama.

-Buenos días bella durmiente- Me hablo ahora que estaba despierta.

-Buenos días- Le dije en voz baja y quitándome el pelo de la cara.
Armando se marcho de la habitación y fui al baño para prepararme, me puse unos pantalones de chándal junto a un top negro, me peine dejándome el pelo suelto y bajé a desayunar.

-La tardona ya ha bajado- Comentó burlón Emilio al verme aparecer en la cocina.

-Buenos días a vosotros tambien- Contesté rodando los ojos, mi humor al tener que madrugar no era el mejor que digamos.
Me serví café del que ya estaba preparado, y me senté en la isla de la cocina mientras lo bebía.

-¿De verdad tenemos que hacer la tapadera del taller?- Pregunté cansada mirándolos a todos.

-Debemos Leah, si tenemos delitos y encima no tenemos trabajo nos pillarian enseguida, y nos proporciona dinero-, Me explicó tranquilo Armando.

- La mafia nos proporciona más dinero-, Le contesté en referencia a lo último que dijo.
Armando pasó por mi lado suspirando y con su mano me despeino un poco.

Una vez llegamos todos al taller Armando y Yun comenzaron a enseñarme donde estaba cada sitio, tenía un poco de experiencia en la mecánica, al menos serviría de algo.
Cuando llegamos a los vestidores me dieron un mono rojo que era igual que el de todos solo que algunas tallas menos, fui a cambiarme y me hice una coleta alta para que no me molestara el pelo, una vez hecho, salí de los vestidores y esperé a los clientes.

Después de estar media mañana atendiendo gente, ruedas, pintura...
Porfin llegó el descanso, mi momento favorito, llegué a la sala de descanso y me tire en el primer sillón que vi, a mi izquierda estaba Yun bebiendo una Coca Cola.

-¿Si me quedo dormida me lleváis a casa?- Pregunté mirando al techo.

-O te dejamo' tila' en el suelo- Me contestó Yun burlón mientras giraba su cabeza hacia abajo para mirarme, dirigí mi ojos a los suyos y le saqué la lengua.
El asiático tocó mi nariz suavemente  para dejar un beso sobre mi frente y levantarse a por otra Coca Cola.

-¿Sólo te alimentas de Coca Colas?- Le pregunté mientras observaba como iba a por otra.

-Me gutalia' alimentalme algo mah-Me respondió en un susurro acercándose a mi oído cuando se sentaba a mi lado de nuevo, un escalofrío recorrió mi cuerpo como la última vez que se acercó a mi cara.
Noté mi cara sonrojarse y le pellizqué para que se callara. Soltó una risa que me contagió a mi también y el resto de presentes en la sala se quedaron mirando.

-Bueno ya está bien chicos, hay trabajo que hacer- Armando entro sorprendiéndonos a todos.
Solte un suspiro cansado y me quejé.

-No quiero, tengo sueño- Solté mientras cerraba los ojos.
Sentí unos brazos en mi cintura y de un momento a otro estaba sobre el hombro de cierto pelirrojo que conocía muy bien.

-Yuuuun, bajame no quieroo- Le daba pequeños puñetazos que no le afectaban en la espalda.

-Oldenes de Almando lubia- Me contestó burlón mientras salía de la sala de descanso.

-Si claro, te aprovechas tú mucho de eso- A Yun no se le escapaba ni una, y ningún momento desaprovechaba.
Una vez llegamos me bajó y le di otro pellizco para vengarme.

-AUUUU, me cago en' puta- Se quejó y sonreí satisfecha.

Después de un rato había terminado de pintar un lamborgini rojo de un chico nuevo en la ciudad, me estaba limpiando las manos cuando escuche unas risas.
Me acerqué y pude ver ni más ni menos que a Yun coqueteando con dos chicas, eran morenas y no muy altas, ambas tenían los ojos marrones y miraban a Yun como si fueran a comérselo con los ojos. Empecé a sentir una rabia, ¿celos? imposible, ¿de Yun Kalahari? menos, vi como Yun buscaba mi mirada disimuladamente para ver si estaba viendo lo que estaba haciendo, iba a demostrarle lo que son celos.

-Listo, ya está tu coche...- Me dirigí al chico del coche que había pintado esperando a que me dijera su nombre.

-Nicolas, pero puedes decirme Nick- Me contestó amable acercándose a donde estaba yo.

-Encantada Nick, ¿y qué te trae por los Santos?- Intente sacar un pequeño tema de conversación de forma coqueta, sabría que lo demás lo haría él.

-Oh, pues tengo familia aquí, ¿y tú preciosa?- Una sonrisa se formó en sus labios mientras me miraba.

-Yo llegué hace un mes aproximadamente, la verdad me encanta la mecanica- Le contesté acercándome un pelín más a él, pude ver como bajaba la mirada a mis labios, era fácil que cayeran.

-Y... ¿me darías tu número? ya sabes, para quedar algún día y hablar más- Me preguntó ahora nervioso, no me molestaba dárselo, no era nada feo, cabello oscuro y liso, alto, delgado, y vestía ropa pija, no me molestaría nada, el único problema esque lo miraba y veía a Yun, maldito asiático.
No me gustaba usar mis dotes de manipulación o coqueteo a menudo, pero me lo pasaba bien haciéndolo.

-¡Claro! te digo es- Comencé a dictarle mi número a la vez que lo miraba y me mordía el labio, me resultó muy fácil que cayera.

Una tos un tanto seca se escuchó detrás mía, los ojos de Nick se dirigieron a la persona que estaba detrás mía y yo giré en mis pies, había conseguido mi objetivo y no pude evitar sonreír disimuladamente, ¿qué se siente ahora pelirrojo?

-Leah, necesito que me ayudes con un coche, vamos- Ordenó con una voz ronca y seria, si no mojé las bragas al ver su mirada lo había hecho con su voz.

-Bueno ehh... llámame cuando quieras preciosa, estaré disponible- Me dijo Nick antes de montarse en su Larbogini rojo.

-No te llámala, estala' muy ocupada conmigo- Le contestó Yun a Nick mientras le dirigía una mirada asesina.
Mi cara de sorpresa era digna de una foto.
Yun cogió mi brazo y tiró de él.

-No sabía que iba a estar ocupada contigo, ¿en qué disculpa?- Le pregunté una vez me soltó y encarandole.

-No lo entiende' lubia, ese no puede coquetealte- Tuve que mirar un poco hacia arriba, era más alto que yo y eso lo hacía ver más imponente.

-¿Perdón? desde cuando no puedo hablar con un chico- Me empezaba a cabrear su actitud de celos, pero a la vez me encantaba, sabía que le molestaba bastante.

-Polque vas a sel mia' Lubia- Me contestó cogiendo mi mentón con seguridad mirando mis labios a la vez y con una voz ronca.
Fruncí el ceño confundida pero no me dio tiempo a contestarle ya que se fue dejándome con la palabra en la boca.
¿Suya? no me molestaría, que digo, claro que sí ¿quién se creía?

𝕊𝕆𝕃𝕆 𝕋𝕌́  ✔︎𝚈𝚞𝚗 𝙺𝚊𝚕𝚊𝚑𝚊𝚛𝚒✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora