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-Imagínate que se ha desmayado por lo guapo que es-

-Que glacioso ele', a vel si t voy a dejal de pegatina en la paled con tanta glacia-

-Uhh, esos celos tóxicos no son buenos chinito, deberías hacer ejercicios de esos de respiración que cuentan hasta 10, ¿tú sabes no?-

Esas voces se me hacían conocidas, intenté abrir los ojos y enseguida los cerré por la luz de aquel sitio, ¿dónde estaba? Moví mis brazos para poder estirarlos soltando un leve gruñido al notar mi cuerpo entumido.

-Jodel Leah meno' mal, pense que te no' iba'- Antes de poder reaccionar, los brazos de mi novio me rodearon suspirando.

-¿Q-qué me ha pasado?- Tenía la garganta seca y a penas me salían las palabras, apoyé la cabeza sobre su hombro oliendo su perfume y relajándome.

-No sabemos por qué, pero cuando Armando estaba presentando al nuevo, escuchamos un golpe seco y al girarnos te habías desmayado- Jhon me explicó y me hizo fijar la mirada en él al darme cuenta que estaba en esa habitación también.

-No me vuelva' a dal eto susto me cago en puta'- Yun se separó de mí y me acercó una botella de agua al sentir como tosía intentado hablar.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?- Una vez terminé de beber Yun sujetó la botella para dejarla sobre la mesa.

-Pues desde ayer por la tarde y son...- Jhon sacó su móvil del bolsillo mirando la hora y volvió su vista hacia nosotros- Las siete y media- Sonrió tratando de tranquilizarme pero en absoluto funcionó.
Traté de levantarme cuando enseguida un brazo se interpuso en mi estomago tumbándome de nuevo.

-Dónde va' vaquela, quietecita hasta comas algo- El pelirrojo me volvió a sentar en la cama de un pequeño empujón y le asintió con la cabeza a Jhon para después salir de la habitación.

-¿Tenía ojeras o me lo he imaginado?- Me giré al único presente aparte de mí en el cuarto que enseguida me dedicó su atención

-Leah, lleva desde ayer por la tarde aquí, solo salió para mear y creo que comer algo, ni si quiera fue a la reunión del nuevo- Suspiré preocupada a la vez que más enamorada que antes, sentía que no lo merecía.

-¿No te irás a poner ñoña no? Que me recordáis lo solo que estoy a cada rato tío- Me reí al escucharlo quejarse y rodé los ojos ante su exageración.

-Eres un mentiroso, Dios sabe a por cuantas irás cuando sales de fiesta- Le piqué y abrió la boca ofendido dispuesto a responder cuando se escuchó la puerta, me giré con una sonrisa pensando que era mi novio, en seguida mi cara cambió en cuestión de segundos al ver quien era.

-¿Ha despertado?- La voz de mi hermano se hizo presente en la habitación, no le tiré la botella que tenía al lado porque no tenía fuerzas en ese momento.

-Jhon nos harías el amable favor de dejarnos solos un momento ¿por favor?- Le sonreí al recién nombrado que no tardó en asentir y salir de allí al notar la tensión.

-Lo sabías- Hablé tajando impidiendo que pudiera decir algo más, se quedó parado a unos metros de mí al escucharme.

-¿Saber qué..?- No dejé que terminara.- Lo sabías Gustabo, eres el único que ha mantenido contacto con él, y haz decidido meterlo a la mafia, ¿por qué? Es que quieres matarlo, si se enteran que es un sapo no tardaran en dejarlo en una cuneta- Solté el aire retenido una vez acabé y pude ver como su cara cambió al igual que la mía minutos antes.

-Leah no entiendo de qué me estás hablando- Se acercó un poco más hasta sentarse en la silla que se encontraba cerca de mi cama.

-No te hagas el tonto, te conozco, soy tu hermana y sé de lo que eres capaz, quizá no sepa que pasó entre vosotros en el pasado, pero si Horacio está aquí no es por voluntad propia- Suspiró pasándose los dedos por el puente de la nariz y volvió a mirarme.

-Mira, no sé qué peliculas te has montado Leah, pero llevo sin hablar con Horacio hace meses, ¿crees que yo sabía que era el nuevo?- Me miró decepcionado al ver que desconfiaba de él, suspiré y negué con la cabeza.

-Entonces es Conway el que lo ha mandado aquí- Asintió lentamente al llegar a la misma conclusión que yo.

-Es imposible, he ido demasiadas veces a la comisaría y en ninguna me he encontrado con él- Parece que pensó algo determinadamente antes de contestarme.

-Hay... Hay una cosa que no te he contado- Se rascó la nuca incómodo y volvió hablar- Conway nos ofreció trabajar debajo de otras identidades debido a los problemas que tuvimos con algunas personas- Dejó que procesara la información y finalmente lo entendí.

-Me estás diciendo que me he cruzado a Horacio unas 10 veces por lo menos y no lo he reconocido- Las piezas empezaron a encajar en mi cabeza, aquel agente encapuchado con el que me choqué, esos ojos con heterocromía, era Horacio, había sido él todo este tiempo, y él si que me pudo haber reconocido, un sentimiento de rabia comenzó a crecer en mi interior.

-Sé que estas confusa ahora mismo, pero te has dado cuenta de que ninguno de los dos sabe por qué está aquí, no podemos decírselo a nadie o nos echarán junto a él- Se pasó las manos por la cara y pude ver la desesperación en su rostro, apreté los puños al ver como se sentía.

-¿Y cuál es el plan? ¿Dejar que se entere de todo y se lo cuente a Conway?- Negó convencido y asomó una pequeña sonrisa de nostalgia.

-Horacio no es capaz, lo acabarán descubriendo, y tampoco quiero que le pase nada, pero es un sapo...- Estaba indeciso, pero yo no, sabía lo que teníamos que hacer.

-No le va a pasar nada Gustabo, lo cuidaremos, pero no pienso dejar que se chive de nada, podemos utilizarlo para llegar hasta Conway, ¿recuerdas?- Ambos sonreímos al entender al mismo tiempo, si algo teníamos en común aparte del parecido era la facilidad para manipular, y Horacio tenía demasiada facilidad para dejarse manipular.

-Gracias por no dejarme solo en esto hermana, eres lo único que tengo, aunque estos imbéciles supongo que también- Reímos a la vez al estar de acuerdo cuando volvió a sonar la puerta, mi novio apareció a través de ella con una bandeja.

-No quielo intelumpil el momento helmano' pelo Leah necesita comel y descansa'- Mi hermano asintió al momento y se levantó rápidamente encaminados se a la puerta.

-Cuidado con mi hermana Kalahari- Le lanzó una mirada de advertencia que el nombrado solo la recibió una milésima de segundo para luego volver a girarse hacia mí.

-¿Has cocinado todo eso?- Sonreí al ver tantos platos de comida.

-Puede sel- Se encogió de hombros y enseguida me lancé a sus brazos para comerle la cara a besos.

-Eres un trocito de pan Yun- Le sujeté el rostro acunándoselo y frunció el ceño.

-Así no se puede palecel un machote dulo me cago en puta'- Reí ante su intento de voz grave le dejé un suave beso en los labios antes de volver a sentarme bien sobre mi cama.

-Si los demás vieran como eres aquí se morirían de amor- Le sonreí de nuevo mientras cogía de nuevo la bandeja y la dejaba sobre mis piernas.

-Segulo- Habló con ironía y me hizo volver a reír -Anda, ponte a comel lubia'- Señaló con la cabeza el plato de comida y le obedecí a la vez que pasaba su mano por mi espalda por dentro de mi camiseta y me acariciaba la piel.

𝕊𝕆𝕃𝕆 𝕋𝕌́  ✔︎𝚈𝚞𝚗 𝙺𝚊𝚕𝚊𝚑𝚊𝚛𝚒✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora