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Mis días de "condena" acabaron, ya no necesitaba llevar gasas y podía salir de la mansión, sabía que me vigilarían de cualquier manera pero decidí ignorarlos.

-¡LEAH! LEVANTATE QUE NO VAMOS A LLEGAR- La voz de Jhon retumbó en mi habitación a la vez que sacudía mis sábanas.

-¿Tienes que tener energía desde primera hora de la mañana Jhon?-

-No, es que llevo despierto 1 hora y media-
Mis ojos se abrieron al instante.

-¿Qué hora es?- Pregunté con precaución.

-Ah no, todavía nos queda dos horas pero yo me he levantado antes porque no podía dormir- Hizo un gesto vago con la mano restándole importancia.

-¿Me has despertado 2 horas antes cuando seguro que no hay nadie aún despierto?- Le fulminé con la mirada agarrando mis sábanas de nuevo dispuesta a arroparme

-Si que hay alguien despierto- Su sonrisa se ensanchó al ver mi cara de confusión.

-¿Y es...- le incité a continuar la frase.

-Oh, Armando-

-¡Armando siempre se despierta antes que los demás!- Me quejé.

-Venga Leita, que vas a llegar tarde- Me dio unas palmadas en la frente con una sonrisa para darse la vuelta.

Suspiré sonoramente a la vez que me arropaba de nuevo con las sábanas.

Escuché unos toques en mi puerta, justo cuando iba a levantarme se abrió y pude ver al pelirrojo vestido pero con cara de sueño.

-Me cago en puta, Jhon se ha adelantado- Habló más para si mismo que para mí.

-Que gracioso, ¿os habéis levantado con un petardo en el trasero?-

-No, pelo despeltalte a ti es glacioso- Sonrió y paso la mirada al peluche que llevaba en la mano.

-Oh, ¿también he despeltado a tu señol peluche?- Puso un puchero falso y le miré entrecerrando los ojos.

-¿Has venido a burlarte de mí o vas a decir algo interesante?-

-Mmm no, con la' vistas que tengo me basta- Su sonrisa se agrandó cuando agarré la almohada para tirarsela a la cabeza, esquivó fácilmente.

-Agh, estúpido-

-Uyy, cuidado con la balbie, lo que me ha dichoo- Comenzó a reírse mientras seguía apoyado en el marco de la puerta.

-Te odio-

-Me quieres

-No puedo querer a  la basura- Le sonreí falsamente.

-Yo sí puedo, por eso te quiero a ti- Me dedicó una última sonrisa saliendo de la habitación, estúpido chino, siempre se quedaba él con la última palabra.

Cansada me acabé levantado de la cama y me dirigí al armario, escogí unos cargo negro junto con mis botas y una camiseta del mismo color.

Una vez peinada y vestida, salí de mi habitación en dirección a la cocina.

-¡Leah! Esperame- Las voces de Juanjo se escucharon detrás mía.

-¿Todo el mundo da voces hoy?- Me giré irritada.

-Perdón, pensé que no me escucharías- Casi se cayó mientras iba poniendo una bota.

Solté una pequeña risa negando con la cabeza, me esperé en mi sitio hasta que llegó a mi lado y juntos bajamos las escaleras.

Media hora dispuesta ya estábamos en los coches.

-Vale, si tuvierais que escoger entre vivir triste pero siendo millonario, y vivir feliz pero pobre, ¿qué elegís?-
Iba en el coche de copiloto con Juanjo, Emilio, Manolo detrás, junto a Yun conduciendo.

-Ser millonaria- Fui la primera en responder.

-Pero estarías deprimida- Manolo se asomó entre los asientos esperando mi respuesta.

-¿Y qué? Se me pasaría comprándome cualquier tontería-

-Estoy de acuerdo con Leah, lloraría en mi isla privada-

-Digo lo mismo que Juanjo, sería pinche millonario-

-Sois unos superficiales todos- Manolo suspiró sonoramente.

-¿Y tú Yun?- Juanjo se asomó ahora entre los asientos delanteros aplastando a Manolo que intentó apartarlo.

Giré la cabeza para mirarlo ahora de verdad, después de llevar 10 minutos mirándolos de reojo.

-Saldlia de esta ciudad pala complalme una mansión lejo' de aquí, en cuanto acabala toda esta mielda- Su tono de seriedad me hizo reflexionar, ¿cuando acabaría todo esto?

Juanjo asintió y ahí acabó la conversación, decidí subir el volumen de la música para intentar evitar el ambiente incómodo.

Un rato después, ví que Yun se disponía a cambiar la canción que sonaba en la radio, le dí un manotazo haciendo que girará la cabeza unos instantes en mi dirección, su ceño se frunció ligeramente.

-Eso ha dolido-

-Cuidado, te vas a quedar manco fíjate- Rodé los ojos por su exageración.

-¿Pol qué no me deja' cambiar la música?-

-Porque me gusta esta canción-

-Pilqui mi gisti isti cincin- Se burló de mí haciendo que le diera otro empujón en el hombro.

-¡Auch!-

-¡Eres un quejica!-

-¡Y tú una aglesiva!-

-¡No soy agresiva, eres tú que me irritas!-

-¿Seguro que solo te irrita y no te excita?-

-¡Emilio! No te metas en esta conversación-

-Encima ele' una mandona- Me replicó de nuevo el chino.

-¡Eres de lo peor enserio!-

-¡Oh, ¿yo soy de lo peol? ¿Quién es el que te ha cuidado estas semanas?-

-¡No te pedí que lo hicieras!-

-¡Ojalá no lo hubiela hecho!-

-Chicos...- La voz de Juanjo sonaba bajo en comparación a nuestras voces.

-¡No sé cómo Armando te ha podido ascender!-

-¡Quizá polque me lo melezco, no cómo otlas!-

-¡Oh! ¿Tú sí y yo no? ¡Venga ya, te la pasas follando con tías que ni conoces!-
Mis ojos se abrieron de par en par cuando me di cuenta de lo que dije.

-¡Segulo que tú quieles sel una de esas!-

-Más te gustaría a ti-

-Chicos...-

-Tlanquila, no me lío con niñatas-

-Eso es lo que soy ¿una niñata?- Giré mi cabeza de nuevo hacia él.

-¡QUÉ NOS VAMOS A ESTAMPAR!- La voz de Juanjo sonó más que la de los demás, haciendo que Yun volviera la vista a la carretera y frenará en seco, acabábamos de llegar.

Me quité el cinturón y abrí la puerta rápidamente saliendo del coche ignorando a los demás.

𝕊𝕆𝕃𝕆 𝕋𝕌́  ✔︎𝚈𝚞𝚗 𝙺𝚊𝚕𝚊𝚑𝚊𝚛𝚒✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora