5 |Por Mi Familia

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—...Dani

Juliana se sentó en la orilla de la cama de su prima quien estaba a oscuras, arropada de la cabeza a los pies.

—Dani ¿Estás bien? — le , pregunto Juliana mientras le acariciaba el brazo

Daniela salió de las sábanas y se sentó, recostada al espaldar de la cama. Juliana encendió la lámpara.

—No, no lo estoy — sollozó Daniela mientras limpiaba sus lágrimas —. Quiero volver a mi casa —Juliana la abrazó.

—Tranquila chiquita, no me gusta verte así.

Juliana besó la cabeza de su prima, tratando de darle consuelo.

—No sé por qué todos me odian.

—Yo no te odio, no digas eso Dani. Tu eres la prima más cool que tengo.

—¿Será porque soy la única prima que tienes? — le dijo Daniela riendo débilmente. Juliana también río —. En serio, todo el mundo me odia

—A ver... — Juliana rompió el abrazo y buscó la triste mirada de su prima —. Yo te amo y te acepto así como eres: toda fresa, elegante y con clase pero... — Juliana la miró con los ojos entrecerrado

—¿Pero?...

—Tienes que tratar de ser un poco más humilde y dejar de juzgar a las personas sólo por el hecho de que viven en este barrio o porque son de una clase baja; no todo rico es bueno y educado, ni todo pobre es malo y mal educado. El dinero no te hace ser buena ni mala persona, cada quien es como es independiente de su estatus social. Por favor prima, trata de ser un poco más tolerante para con los demás; con esto no te estoy diciendo que dejes de ser tú, no, para nada. Sólo te estoy pidiendo empatía, humildad y generosidad: Eso también es educación.

—Trataré, pero... — Daniela levantó su dedo índice —. A la mugrosa y grosera de María José no la quiero cerca de mí. Así que, como amiga que eres de ella vas y se lo dices, porque no quiero siquiera respirar el mismo aire de esa inmunda.

Juliana negaba con la cabeza mientras reía.

————

Las risas de Brenda y Poché se escuchaban por toda la casa; eran las cuatro de la mañana cuando ellas acababan de llegar, ya que se habían ido de parranda después de salir de la cafetería.

—Shhh mi amor, vas a despertar a Pedro.

Brenda ayudaba a Poché a subir por las escaleras, ya que estaba muy borracha y no dejaba de hablar.

—¿¡Quién diablos es Pedro!? — exclamó Poché en medio de una risa. Brenda también reía.

—Tu empleado, el que cuida tu casa.

—Y bien que cuida la casa el muy pendejo, durmiendo — Poché seguía riendo mientras entraba a la habitación. Luego se tiró boca arriba en la cama. Brenda se acostó a su lado — mierda el techo se mueve, creo que se nos va a caer encima — dijo Poché riéndose.

Se puso de pie y empezó a desvestirse.

—Mi cuerpo necesita mucha agua, siento que me quemo — dijo mientras se sacaba la ropa con rapidez, quedando totalmente desnuda — ¡Rata de dos patas te estoy hablando a ti ... — Poché cantaba en forma de burla mientras entraba al baño, luego empezó a tararear la canción que Daniela le había dedicado.

Brenda también se desvistió y fue rápidamente hacia el baño; deslizó la mampara de cristal, entro a la ducha y abrazó por detrás a Poché, quien estaba bajo la regadera recibiendo toda el agua en su rostro. Poché se espantó al sentir las manos de la rubia en su cintura.

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