19 |Volvamos A Perdernos

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—¿Es verdad lo que me estás diciendo? ¿En serio me amas, Dani?— Le preguntó Poché agarrándola por el rostro y mirándola fijamente a los ojos.

—Si Poché. Te amo, te amo mucho.

—Pero... ¿Porque no me lo dijiste antes?, yo...

—Por miedo Poché, por orgullo. No quería aceptar que me muero de amor por ti.

—¿Cuando te diste cuenta de eso?

Daniela suspiró

—La primera vez que estuvimos juntas fue imposible para mí olvidar el ardiente e intenso sexo que tuvimos en tu coche... Después de ahí empecé a sentir cosas que nunca había sentido antes y eso me dio mucho miedo, por eso me alejé... Pero fue imposible alejarme por completo. Creo que cumpliste tu promesa con eso de marcar mi memoria.— Poché sonrió y la volvió abrazarla.

—Mi bonita.— Poché la abrazaba fuerte.— Ahora te amo más de lo que ya te amaba porque sé que mi amor es correspondido. Gracias por decirme la verdad... Te amo mi amor.

—Yo también te amo gordi, y quiero que nos demos una oportunidad .

Poché rompió el abrazo para poder mirarla a los ojos.

—¿Estas segura? ¿De verdad quieres que lo intentemos?, ¿Que nos demos una oportunidad de hacer más fuerte este amor?— Daniela asentía con la cabeza mientras sonreía.

—Estoy muy segura... ¿Tu no?

Los dedos de la morenas se deslizaron por las mejillas de la castaña, mientras se perdía en los ojos avellana.

—Por supuesto que quiero que lo intentemos, que no amemos a cada segundo... Quiero todo contigo, bonita ¡Todo!— le dijo Poché con mucha felicidad, intentando darle un beso. Pero Daniela la detuvo.

—Ah ah... — le dijo, poniendo su dedo índice en los labios.

—¿Qué pasa? — pregunto frunciendo el ceño

—Primero a lavar esa boquita contaminada — mencionó la castaña, agarrándola por una mano la llevo hacia el coche.

—¿Qué?... ¡No inventes, Daniela!

—Si crees que me vas a pasar los gérmenes de la calienturienta de Deborah estás muy equivocada — Daniela abrió la cajuela de Jeep y sacó el bolso.— Aquí tienes — dijo pasándole el bolso — seguramente hay crema dental, agua y cepillo dental ahí dentro — se cruzó de brazos — ¡Ándale mi amorcito! — le chasqueó los dedos.

—Bueno bueno, esta bien — gruñó Poché, para después abrir el bolso y empezar a buscar lo que necesitaba.— Bueno, aquí hay un cepillo — mencionó mostrando el objeto — la crema dental y el agua — concluyo.

Daniela le hizo seña para que empezara a lavarse los dientes, y la morena así lo hizo.

—¡Bien lavaditos!— Vociferó Daniela riendo por dentro al ver cómo Poché la veía mientras se lavaba los dientes.— los labios también, gordi— le ordeno. Poché puso cara de fastidio

—Listo— dijo la morena terminando de lavarse los dientes.

—No tienes alguna mentita...

—Ya Dani, por favor — dijo Poché mientras metía las cosas al bolso.

—Es broma, gordi — dijo acercándose a ella — ven aquí —  la agarró por el rostro, acercándola para besarla. Poché la tomó por la cintura.— Te amo — pronunció entre sus labios.

—Que bien se escucha eso — Sonrió Poché — ¿Quieres que nos volvamos a perder? — le cuestionó en un susurro mientras llevaba sus labios al cuello de la castaña, empezando a besarlo.

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