Stay Together

20 |Sexo Y Amor

—... ¡Por fin apareces hermano! —le dijo Juan Carlos a su hermano a través del teléfono.

—Perdon hermano ahora es que veo tus llamadas, en el lugar en que estaba no tenía señal — explicó —  Dime, ¿cómo estás?

—Con un gran problema...

—¿Qué pasó Juank? Dime — pregunto preocupado.

—Es Poché, tiene tres días desaparecida. La tienen secuestrada.

—¿Secuestrada? ¿Eso te dijo? — Raúl empezó a reír.

—¿Por qué te ríes? Esto no es un chiste Raúl, mi hija está...

—Poché no está secuestrada Juank, que pilla esa niña.— Raúl no paraba de reír.

—¿Que dices?

—Me encontré con Poché hace unas pocas horas, pasó por el control militar. Yo estaba de servicio y me la encontré.— Explicó.

—¿Estás seguro?

—Por supuesta... Una chica muy guapa anda con ella. Creo que es alguna novia, no se.

—Daniela — Susurró Juan Carlos.

—Una castaña muy hermosa...

—Si, es ella. Pero no entiendo porque ellas no han llamado para decir que estás bien.

—No te preocupes Juank seguro están disfrutando, ya te llamará.

—Eso espero... Eso espero — dijo Juan Carlos muy pensativo.

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—Te lo juro Germán, yo misma dejé que tú hija y María José se fueran — le decía Deborah, segura.

—Espera... ¿Que María José? — Preguntó dudoso.

—Pues, la chica que estaba con ella. María José Garzón.

Germán suspiró profundamente

—O sea que, ¿Éste desgraciado también se llevó a la hija de Garzón? — Inquirió señalando a el Guero.

—No lo sé. Lo único que sé es que, las dos llegaron hasta aquí y yo las liberé...

—¿Estás segura? ¿O solo lo dices para savarle la vida a tu papá?

—Te estoy diciendo la verdad. Mis empleados que están adentro te lo pueden confirmar. Si quieres los puedes interrogar a cada uno.— Germán la miraba con dudas.— Estoy segura de que tú hija y Majo ya deben estar llegando a la ciudad.

—Voy a confiar en ti Deborita, y espero no me estés mintiendo, por que de ser así, me conocerás realmente. — Amenazó.

—Necesito hablar en privado contigo, tengo una propuesta que te va a interesar — Germán la miró con sospecha.— No te preocupes, no tiene nada que ver con mi papá. Esto es solo es entre tú y yo. — le dijo señalando hacia la casa.

—Bueno, vamos — Acepto, se dirigió a sus hombres para que vigilaran y estuvieran atentos a cualquier mala jugada por parte de El guero.

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—...Este lugar es hermoso, gordi. Me encanta —le dijo Daniela entre sus brazos.

Estaban envueltas entre las sábanas, sobre una gran cama, en la habitación de aquella hermosa cabaña que rentaron para disfrutar de su amor, sin que importarles las horas, los días.