24 |Tienes Que Volver

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—... Y aquí está tu Jeep — dijo Poché mientras le retiraba la lona impermeable al auto —Si quieres puedes revisar que esté en buenas condiciones y bien lavado.

—Eso veo. Creo que contigo está mejor cuidado —le dijo la ojiverde mientras deslizaba su mano sobre el vehículo.

—Tu coche también me gusta mucho, y conduces excelente.

—Gracias... Bueno. Ahora vamos adentro, quiero mostrarte tu hogar.

Hogar, es  palabra me gusta. ¿Sabes qué nunca tuve uno? — mencionó mientras caminaba a su lado.

—Pero ahora ya lo tienes — le dijo Poché acariciándole el hombro — Sé que la vida al lado de tu padre no debe ser nada fácil — Mencionó mientras subía las escaleras.

—Así es. Mi vida ha sido muy frustrante y llena de miedo. Te juro que casi todas las noches tengo pesadillas, sueño con todas las cosas que he tenido que presenciar — sollozó la chica. María José se detuvo y luego la abrazó.

—Tranquila Deb, ya no estás sola, me tienes a mí — consoló, rompío el abrazo y comenzó a limpiar las lágrimas. Deborah sonrió.

—No solo eres hermosa por fuera, si no que también por dentro. Eres perfecta, Majo — habló mientras le acariciaba la cara para después besarla — Me gustas... Me gustas mucho... — le decía entre sus labios.

Poché la agarró por la cintura y la pegó más a su cuerpo con fuerza, haciendo el beso más intenso...

—Deb, espera — Mencionó alejándose —No puedo...

—¿Qué pasa Majo? ¿No te gusto?...

—No... Bueno, sí... Sí me gustas, eres muy guapa pero...

—¿Pero?...

Poché bajo la mirada.

—Amo a otra persona...

—Es Daniela. ¿Cierto?— Poché asintió con la cabeza —Pero ustedes no están juntas ¿o sí?— la morena negó —¿Entonces? ¿Por qué no tratas de olvidarla?— Inquirió poniendo las manos sobre sus hombros y acariciándolos.

Poché la miró

—No puedo... —Habló en medio de un suspiro —Y creo que nunca podré hacerlo.

—Sino te das la oportunidad de intertarlo con alguien más entonces no sabrás si lo puedes lograr — Replicó mientras le acariciaba el rostro e intento besarla pero Poché no dejó.

—No te quiero utilizar, Deb — le dijo un poco apenada —Estoy muy herida y no quiero que arrastres con este dolor. Dame tiempo, por el momento solo te puedo ofrecer una amistad.

—Por lo menos no descartes la idea de que algún día lo intentemos — comento mientras le acariciaba el rostro y sonreía. Poché también sonrió —Solo te diré que lo pienses. La vida es una sola y no podemos desperdiciarla sufriendo por personas que no nos quieren. Piénsalo bonita — dejó un beso en su mejilla.

—Lo pensaré — dijo sonriendo débilmente —Vamos, te mostraré tu nueva habitación — mencionó antes de continuar con el recorrido — ¿Y tus cosas?

—Las dejé en casa de mi nana. Pensé en quedarme ahí, pero ese sería el primer lugar en donde mi padre me buscaría.

—Tienes razón., muy inteligente de tu parte. Aquí estarás segura, ya que ni siquiera se imagina que me encontraste.

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—Patrón. Yo que usted no me confiaría mucho en ese supuesto trato que hizo su hija con Germán Calle — Indagó su fiel empleado.

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