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Alex. No está.

Fue lo único que cruzó mi mente. Todos veíamos a donde había estado el fuego.

Mis ojos se nublaron, quería partir a llorar sin ningún control, pero en ese momento me sentía fuera de mí misma. Me tiré al suelo, gritando a todo pulmón. Rina me miraba, llorando sin parar.

Alex, mi Alex, se había ido. ¿Por qué mío? No lo sabía, pero era mío. El estaba en mí, en mí mente y mi corazón y se había metido tan dentro de mi alma que no podía imaginar una vida sin él. Sin sus chistes malos, sin su aroma a vainilla y sin despertar a su lado por las mañanas.

Ken me quería levantar del suelo, pero solo me quedé hincada. Se había ido, y me estaba yendo yo también con él.

Algo hizo que levantaramos la mirada, una llamarada de fuego salió de entre todo el escombro, levantó cenizas a todo sitio, nos alejamos unos pasos, pero entonces lo ví.

- ¡Alex!-

Corrí gritando con todas mis fuerzas, nadie pudo detenerme, el estaba ahí. Los ojos de todos se iluminaron, pude sentir mi cuerpo temblando por el miedo que había sentido. El estaba rodeado pero por el fuego que el provocaba. ¿Cómo pude dudarlo? El fuego no lo lastima como a nosotros.

- ¡No, Kitty, no te me acerques, te puedo quemar!-

No me importó, simplemente me lancé a él, lo abracé con toda la fuerza que tenía en mí, el estaba en llamas, y no sentía ese calor, no sentía quemaduras.

- ¿Elisa no se quema con el fuego de Seiya?-

Dijo Moka, Rina se nos quedó mirando, pero ambos estábamos en nuestros propios pensamientos, no estábamos pensando en nada más, sino en que hacía unos minutos, todo parecía perdido.

- ¿Pensaste que había muerto?-

Me dijo, yo lloraba de forma incontrolable, respiraba de alivio.

- Perdón, pero pensé que en serio habías muerto. Y estás aquí, y estás bien, lleno de cenizas, sucio, pero vivo. Pensé que te había perdido-

- Si, y resulta que mi fuego no te lastima, ¿Sabes cuántas veces tuve miedo de dejarte como pescado frito?-

- Siempre dices cosas estúpidas cuando no debes-

Dije riendo y aún sollozando

- Fuí por esto-

Me dijo dándome mi cajita musical, lo regañaba mentalmente por haberme preocupado tanto, todo por la cajita musical. Pero por dentro, no podía estar más felíz.

- A veces te esfuerzas demasiado para hacer que me sorprenda, pero para mí esa caja musical vale tanto porque me la diste tú. Te odio, Drácula-

- Te detesto, Kitty-

Alex besó mi frente. Estaba tan feliz de tenerlo conmigo, jamás había imaginado la posibilidad de nunca más verlo en mi vida, nos vimos unos segundos sin decir nada pero ambos sabíamos todo, sin pensarlo demasiado, sin escuchar a mi mente por una vez en mi vida, nos besamos. Fue increíble, tan profundo. Podría haber deseado morir en ese momento, solo para vivir ese instante para siempre.

Sentí un escalofrío y un calor increíble en mi ser, me conmovió tanto ese simple acto. Ese chico que conocí de una forma tan extraña, siempre provocando que mi corazón diera vuelcos inesperados, haciéndome sentir segura, causando risas y diciendo comentarios sarcásticos. No me había dado cuenta de evité tanto formar lazos con alguien del círculo de fuego, que terminé haciéndolo con toda el alma. Todos nos miraron pero no me importaba, Alex era importante para mí, lo negué tanto tiempo que de la nada ya era inevitable. Alex, simplemente, Alex. Después de eso, regresamos a la realidad.

Todos estaban levantando escombros, muchos hacían de paramédicos, principalmente Cassey y Michael, que me revisaba las rodillas y los codos, que fueron los más lastimados.

Se había salvado lo empacado en la camioneta, y lo que Alex había sacado de la casa, pero ahora algo era seguro, sí nos íbamos era para no regresar. El Dr.Grimm llegó de la nada, en un auto que antes no había visto, verificó que todos estuvieran y Rina le explicaba qué había pasado.

Cuando Alex y yo nos habíamos ido en la noche, un explosivo fue puesto en la cochera por parte trasera de la casa. Este explotó en tanques de gas cerca de la cocina y provocó el fuego. Sin embargo, no les dije de la voz que escuché justo antes de escuchar la explosión.

- Elisa, ¿Tienes tu poder de visión todavía?, ¿No supiste nada de la explosión aún teniendo ese don? Debiste no distraer a Alex-

Me quedé callada pero Alex respondió por mí al Dr.Grimm

- No te pongas a interrogar por ahora, ella no estaba aquí, estábamos fuera, está en estado de shock porque pensó que morí. Y no quieras castigarme por no estar presente, pues tú tampoco estabas-

Le dijo, muy serio. Alex se veía bastante molesto por el hecho de que el Dr.Grimm me dijera eso. Rina seguía levantando escombros cuando me preguntó

- Elisa, el fuego de Alex, ¿No te quemó?-

- No, en ningún momento-

Fue lo único que dije, Rina parecía no entender nada. Después de un rato, las camionetas estaban listas , el Dr.Grimm se aclaró la garganta y habló en voz alta.

- Sabemos que estamos pasando momentos difíciles, pues lo perdimos todo. Nuestra valiosa casa, una de tantas donde muchos de ustedes crecieron. Pero ahora debemos seguir, si estas personas lograron pasar la línea de seguridad que nos protege, significa que aquí estamos expuestos, saben nuestra localización y se han vuelto increíblemente fuertes. Somos un equipo, haremos un viaje largo hasta llegar al Árbol Casa de nuestros demás miembros del Círculo de Fuego. Cuento con que todos lo haremos y saldremos de esto.-

Todos subieron a los autos, yo subí al que conducía Michael, iban Alex, Ken, Moka, Flora y Cassey. Yo iba sentada al lado de Alex, delante de nosotros una camioneta donde iban todas nuestras cosas, sería nuestra guía, en ella manejaban Rina y el Dr.Grimm.

Todos estaban en silencio. Mi mente ahora recordaba que de ese momento en adelante, iba a recibir muchos comentarios. Me sonrojé mucho, no había estado consciente de que nos besamos delante de todos.

- Perdona por preocuparte tanto, Kitty-

- Estoy bien, pero no quiero que vuelvas a hacer algo así jamás. No te vuelvas a poner en peligro, ¿Entiendes? Por favor-

- Estaré bien, lo prometo-

Me respondió tomando mi mano, yo sonreí.

Todos nos miraban, Ken empezó a reír

- ¿Quieren que nos salgamos del auto?-

Dijo Ken, Cassey le dió un pellizco, yo empecé a decirle groserías mentalmente. Todos se rieron de mí. Alex empezó a cabecear, al igual que todos y quedaron dormidos al cabo de un rato que la tensión se fue. Solamente Michael y yo estábamos despiertos. Alex recargaba su cabeza sobre mi hombro. Pensaba moverlo un poco, pero simplemente no podía. Permanecimos así. Sentí una paz que sabía que sería corta. Alex tomaba momentos específicos para sonreírme o darme la mano, cada vez que lo hacía, se erizaba mi piel y mis manos tambaleaban.

- Van a tener que enfrentar mucho ustedes dos, si realmente se quieren, te lo dejo como una advertencia-

Me dijo Michael para luego seguir manejando con tranquilidad.

El camino iba a ser largo, cansado, y no sabíamos qué pasaría después. El circulo de fuego era un enigma para mí. Había llegado sin saber lo que pasaría, pero, creo que había esperado tanto ese momento, que toda mi vida me había sentido adormecida, sumida en un sueño eterno, sin saber qué estaba pasando a mi alrededor, esperando el momento adecuado. No me importaba morir, no me importaba nada, necesitaba respuestas. Estaba lista para continuar.

Era hora de despertar.

El Círculo de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora