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Epílogo.

La noche había caído sobre nosotros. Cuando desperté, solo Alex y yo nos encontrábamos en el auto. Estaba estacionado, con las puertas abiertas y todos cenaban alrededor de una fogata. La luna iluminaba el lugar, lleno de árboles y montañas a lo lejos. En el aire se respiraba nostalgia. El sitio donde había vivido tantos momentos ahora era cenizas. Me sentí triste, melancólica y confundida.

Alex despertó un poco y me tomó entre sus brazos. Yo estaba muy sonrojada tratando de liberarme de su agarre. Pensé que había notado que estaba triste.

- Kitty-

- Dime, Drácula-

- ¿Puedes prometer una cosa?-

Me dijo con los ojos aún cerrados.

- Dime-

- Nunca te vayas de mi lado-

Dijo aferrando sus brazos a mí. Accedí al abrazo. Se sentía cálido y a salvo.

- Nunca me iré, Alex-

- Yo tampoco, Elisa-

Cuando acabó de decir mi nombre, se quedó dormido nuevamente. Estaba agotado. Acaricié su rostro por unos momentos. Tenía demasiadas emociones juntas como para pensar con claridad. Sentía algo, algo intenso pero no podía explicarlo.

También estaba muy asustada, asustada por todo lo que podría pasar. Cerré mis ojos, y solo me quedé dormida.

El Círculo de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora