Capítulo 1

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Louis.

No podía creer lo que sus oídos escuchan en este momento. Le acaban de decir que ha sido elegido para el puesto de aprendiz y ayudante en una de las empresas más importantes del país. Por una vez en su vida estaba teniendo suerte.

Cuelga el teléfono intentando parecer lo más profesional posible y cuando se asegura de que ha colgado bien comienza a dar saltitos en el sitio y a gesticular con las manos en señal de victoria.

Necesitaba este trabajo, necesitaba que todo saliese bien. Tiene que poner todo su esfuerzo en ello para salir adelante y poder darle más estabilidad y una vida mejor a su pequeño.

Ese pequeño bollito es su vida, no estaba en sus planes quedarse embarazado con apenas 19 años, pero sucedió y sus planes de futuro quedaron un poco en pausa por esa pequeña criatura que estaba creciendo en su interior.

Se enteró que estaba embarazado un jueves por la mañana, lo recuerda bien, fue un momento increíble, lloró en cuanto vio las dos rayitas de confirmación. Guardó el prospecto en su mochila para poder darle la buena noticia a su novio. La dejó en la cocina mientras se preparaba algo para desayunar, y ahí empezó el caos.

Su madrastra entró demasiado arreglada para ser las 8 de la mañana, esa mujer pretendía aparentar ser una Kardashian como mínimo. No tenían buena relación, su madre murió cuando él tenía 14 años y después de dos años su padre un día se presentó con está mujer diciendo que la amaba y que se iban a casar. No tenía buena relación con ninguno de ellos la verdad. Antes de que su madre falleciera ya no se entendía bien con su padre pero en cuanto llegó esta mujer le acabó de comer la cabeza y ahora todo era una mierda.

No se dio cuenta que la mochila estaba abierta sobre la encimera, no se imaginó que la odiosa de Morgan iba a mirar justo ahí, donde estaba el test de embarazo. Lo que pasó a continuación fueron una sucesión de gritos y recuerda también una bofetada en su cara por parte de esa bruja, también en algún punto de la discusión llegó su padre que obviamente se puso de parte de su mujer diciendo que lo que él había hecho era una vergüenza para la familia, que era un desagradecido y una puta. Fue la excusa perfecta para que lo echasen de casa.

Así que cogió todo lo que pudo en dos bolsas grandes de deporte, todos sus ahorros y se dirigió llorando como una magdalena hacía la casa de su querido novio. Nada fue como lo esperó allí tampoco, en cuanto le contó lo sucedido y le dio la prueba de embarazo con una sonrisa. Acto seguido fue negado, le acusó de haberlo engañado con otro porque "eso" como le llamó no podía ser suyo y también lo echó.

El mejor y el peor momento de su vida en el mismo día. Con las hormonas alteradas y unas incontrolables ganas de llorar. Fue a un motel barato que encontró, después de una larga ducha caliente se sentó en la cama, abrió el buscador de su teléfono e instintivamente se acarició el vientre. Con una cálida sonrisa que contrastaba con sus lágrimas saladas prometió hacer todo lo posible por darle todo el amor a ese o esa bebé y trabajar duro para poder tener una buena vida.

De momento estaba cumpliendo solo una parte, le daba todo el amor que podía y más, lo que le estaba resultando difícil era la parte económica. Tubo que dejar la universidad ya que no podía pagarla, se puso a trabajar en un bar durante unos meses, tubo suerte de cambiar de sitio a un supermercado antes de que se le notase la barriga, pero en cuanto fue tan grande que no la pudo ocultar ya corrió la voz. Estuvo unos meses de baja por maternidad pero en cuanto volvió después de los meses correspondientes le despidieron.

Ahí la cosa se le puso muy complicada, no sabía si podría pagar el alquiler, tener un bebé era más caro de lo que nunca imaginó y aunque estar con su bollito le hacía el más feliz del mundo necesitaba dinero.

Caprichos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora