Harry.
Cuando esa mañana había recibido la llamada de su madre avisando que su padre estaba en el hospital se había asustado bastante, ahora ya estaba más tranquilo, solo había sido un susto y se quedaría un día más en observación.
Una vez que se ha cambiado y puesto cómodo vuelve hacía el salón, huele demasiado bien a comida dulce, y a él le gusta cuidarse, pero no es de piedra. Se acerca a la zona de la cocina y ve una bandeja enorme de galletas algo raras decoradas y también un plato con un bizcocho muy esponjoso.
Sin poder contenerse coge una de las galletas, da un bocado muy grande, está muy rica, cierra incluso los ojos para sentir mejor los sabores, va a dar otro bocado a su deliciosa galleta pero...
"Ejem" escucha un carraspeo a sus espaldas. Se queda con su lengua fuera y la mano congelada el en aire. Se gira poco a poco para encontrarse a Louis con su bonita cara de recién despertado, con el cabello revuelto. Le mira con las cejas alzadas y los brazos cruzados.
"Hola" dice tímido, y baja la galleta para que no la vea, aunque sea obvio que la ha visto.
"¿No sabes esperar a los demás? Jake y yo hemos pasado toda la mañana cocinando, decorando y preparando estás galletas y el bizcocho para merendar contigo." Dice a modo de regaño. El rizado se pone todo tímido y le sonríe. De repente algo le viene a la cabeza y cambia la sonrisa tímida por una de burla.
"¿Esa decoración ha sido cosa tuya?" ríe un poco al ver la cara de indignación de Louis.
"¡Oye! Como sigas así no vas a comerte ni una más. A parte, no busques distracciones para evitar lo que has hecho."
"Perdóóóóón" el tono que utiliza es como cansado. "Es que tenían muy buena pinta y no he podido resistirme. ¿De verdad las habéis hecho para merendar conmigo?"
Sin ser conscientes los dos se van acercando poco a poco, se quedan a tan solo un paso de distancia. Las manos de Harry arden por querer tocarlo.
"Pues claro que es verdad. Queríamos hacer algo bonito para ti."
"Gracias, os han quedado riquísimas." No puede contenerse más y pasa su mano por la mejilla del ojiazul, que cede a su tacto como un gatito buscando más caricias. Lo que le pilla de sorpresa es que el castaño haga lo mismo y le acaricie su cara, se siente tan agradable.
Se miran durante un momento a los ojos mientras sus manos acarician al contrario. El ceño de Louis se frunce, eso le hace preocuparse.
"¿Pasa algo?" susurra.
"Te ves agotado. ¿Está todo bien?"
"Bueno..." ¿quiere contarle todo a Louis? Sí, ¿sabe cómo decir las cosas? No. Louis se separa de golpe y se pone a pasear por la zona de la cocina, coge el primer trapo que ve y lo comienza a pasar por la encimera como si limpiase.
"No tienes que decirme nada, claro que lo que tu hagas o dejes de hacer no tienes por qué compartirlo conmigo, perdona, no he debido meterme, solo que te he visto decaído y cansado y me he preocupado, pero no estás obligado a compartir nada. Puede que te hayas ido por ahí de fiesta y por eso estés agotado. ¡Yo qué sé!"
Harry le mira con una media sonrisa en el rostro. Como adora que Louis divague de esa manera, es de las cosas que llamó su atención cuando lo conoció y le sigue encantando. La forma en la que mueve las manos, o no le mira mientras suelta todo lo que se le cruce, pero sobretodo el ligero color rojizo de sus mejillas cuando acaba de hablar y se siente avergonzado.
"¿Te preocupas por mí?" pregunta Harry después de un breve silencio.
"¿Estás de coña? ¡Por supuesto que me preocupo por ti! Joder Harry, tú has sido el ser más generoso y maravilloso del mundo con nosotros, como no lo iba a hacer." El rostro de Harry decae, ese no era el motivo que él quería oír.
![](https://img.wattpad.com/cover/344112831-288-k660826.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Caprichos del destino
أدب الهواةLouis vive con su hijo de tres años, las cosas no han salido como esperaba y han tenido una vida difícil. Harry es el director de la empresa familiar, se pasa el día trabajando y no le gusta mucho socializar. O Donde Louis es contratado como aprendi...