❥Jealous

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Transcurrieron un par de días desde el altercado en la mansión Doblas.
El pequeño Iván siempre buscaba pasar tiempo con Samuel. Era un poco más apegado a alimentarse con él durante el desayuno y a la hora de ir a la cama. Justo en esos momentos, las miradas furtivas de Lord Doblas ponían nervioso a Samuel. Desde el momento en que descubría su pecho hasta que el niño se quedaba dormido, el alfa no le quitaba la vista de encima.
Esto le hacía sentir una sensación en su estómago que no había tenido desde hacia unos años. "Ser deseado por alguien que le atraía".
No se había sentido así desde que conoció a Fargan. Y se sentía halagado por ello.

Aunque Ruben no había intentado besarlo de nuevo, cuando estaban en la mesa sus dedos acariciaban el meñique de Samuel por algunos momentos. El Lord le sonreía más y desde el incidente con Guillermo, casi no salía de la mansión para cuidarlo a el y al pequeño cachorro.
A pesar de que compartían miradas furtivas al amamantar a Iván, Samuel estaba inseguro de como actuar. Obviamente la atracción era mutua, pero el omega se reusaba a tomar la iniciativa, recordando siempre su posición como servidumbre y la posibilidad de que el alfa se olvidara de él después de un tiempo o cuando encontrara una pareja de su mismo estatus social.
Sentia que era muy pronto para tener una relación furtiva con posible fecha de caducidad.

Una mañana, el azabache despertó más temprano de lo habitual, pues había tenido pesadillas con su cachorro arrebatado. Lo extrañaba tanto que decidió levantarse y caminar por el jardín.
Se vistió y puso un par de zapatos cómodos. Sus pies ya estaban completamente sanos. No había rastro de las heridas que tuvo en cautiverio, así que podía caminar por más tiempo.
La casa estaba en silencio, excepto la cocina ya que Akira se levantaba antes que nadie para empezar a hornear pan y preparar el desayuno. Samuel trató de no hacer ruido al pasar y salió por una puerta lateral al jardín.
Hacía frío y había rocío sobre el follaje. Cruzó los brazos y trató de conservar algo de calor. El abrigo que tomó de su armario era suficientemente aislante como para protegerlo hasta que el sol saliese. Se sentó en una de las bancas ocultas por los arbustos que en primavera estarían en flor, pero hoy con la proximidad del invierno no lo estaban. Era adecuado para su humor.
Suspiró. Hacía un mes exacto que había dejado atras su pueblo y a su pequeño en manos de quien sabe quien.
Miró al cielo. Una lagrima bajó por su mejilla. Aspiró aire y fue como si algo se rompiera. Empezó a llorar amargamente encogiéndose sobre sus rodillas. Sus gemidos de dolor eran llevados por el viento, demostrando cuanto extrañaba a su cachorro.

En ocasiones lo veía en los ojos de Iván y era tal la nostalgia, que a veces parecía que el cariño por su bebé lo había trasladado al otro niño. La verdad era que trataba de no pensar en su partida. Sabía que cosas así, le pasaban todo el tiempo a omegas de clase baja. Ser separados de sus cachorros.
Sabía que debía atesorar los momentos que tuvo con él, tratar de olvidar a Fargan y seguir adelante. A veces era difícil, particularmente cuando estaba sólo durante la noche. Otras veces era tan fácil como cuando desayunaba con los Doblas. Tan fácil sentirse en familia y olvidar que no era parte de ella.

Limpió sus lagrimas y decidió ir en busca del anciano beta jardinero para que le ayudara a cortar unas flores. Esa noche las pondría en un florero y encendería una vela para rezar por su cachorro.

Caminó hacia la mansión cuando notó un carruaje a la distancia. Se acercó lleno de curiosidad, pero ocultó entre los arboles del costado de la mansión.
Una hermosa dama pelirroja con un precioso bestido blanco y una capa corta, salía de la mansión acompañada de Lord Doblas. Al parecer había llegado antes del alba. O tal vez había pasado la noche allí.
El corazón del omega empezó a latir con fuerza cuando Ruben besó el dorso de la mano derecha de la bella mujer. Los azules ojos de esta se encontraron con los del alfa y ambos sonrieron. Luego ella se subió al carruaje y partió.
Samuel corrió a la puerta lateral y subió corriendo las escaleras de servicio saltandose peldaños en su prisa. Cuando llegó a su habitación cerró la puerta y se apoyó en ella. Sus piernas cedieron un poco bajo su peso mientras respiraba agitadamente.

-Soy un estúpido e iluso... Nunca debí soñar por mi cuenta...-murmuro para si-Él nunca me vería cómo algo más que un sirviente...

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Esa noche durante la cena, Samuel habló poco. Se enfocó en el cachorro en su regazo. Ambos comieron muy poco, pero en el caso de Iván, el pequeño consumió un poco más de alimento que durante el almuerzo.
Samuel casi brincó por la sorpresa al sentir los dedos de Ruben rozar el dorso de su mano.

-Omega, estás bien? Te ves distraído. Necesitas algo?-pregunto con suma preocupación el alfa.

Samuel lo miró a los ojos y sacudió la cabeza.

-Estoy bien. Solo necesito dormir...-hizo una pausa-Mi Lord? L-La dama que vino esta mañana es...

Ruben sonrió al ver lo que pasaba. Su dulce omega estaba celoso. Tomó dulcemente la mano de Samuel entre las suyas.

-Ella era Nieves, la hermana menor de Guillermo.

Samuel sintió miedo por la seguridad del alfa. Si ella había llegado a cuestionar a su amo sobre la desaparición de su hermano, entonces pronto vendría la policia. El alfa continuó.

-Llegamos a un acuerdo y revisé su brazo. Guillermo la lastimo y se lo había roto días antes de su "visita nocturna".

Samuel bajó la mirada. En verdad, el brazo izquierdo de la mujer estaba cubierto por su exquisita y fina capa. El no pudo verlo. Pero se sintió mortificado por haber pensado mal del alfa y la pobre dama que habría sufrido a manos del monstruo de Guillermo.

Ruben llevó su mano al cuello del omega, rozandolo con delicadeza, haciendo énfasis en donde antes se encontraba una borrosa marca. Estaba dejando su escencia y marcando al contrario. Un gesto muy íntimo entre parejas.
Samuel se sonrojó, comenzando a respirar un poco agitado y su voz temblaba un poco.

-M-Mi Lord?!

Ruben alejó su mano y sonrió cordial, para luego continuar comiendo. Cuando llegó el postre compartió dos bocados con el pequeño cachorro. Iván abrío la boca ante la cuchara que le ofrecía su hermano mayor, para luego continuar alimentándose del pecho del omega.
Samuel se relajó un poco. También le alegraba que Iván comiese aunque fuera solamente dos bocados sumados al postre. Empezaba a ganar color y sus ojos ya no se veían hundidos. Se veía más saludable.
Samuel se sintió útil y depositó un beso en la frente del cachorro e Iván sonrió adormilado.

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Espero que les este gustando tanto como a mi escribir esto. Gracias por sus estrellitas y comentarios ૮(˶•ω•˶*)ノ

Be Yours ❥Rubegetta Omegaverse❥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora